Juan Almendares
La guerra es pues un acto de
violencia para obligar al contrario
a hacer nuestra voluntad…Para alcanzar ese fin con seguridad
tenemos que dejar al enemigo
indefenso, y este es en su concepto,
el verdadero objetivo de la acción
bélica…La guerra nunca es un
acto aislado... La guerra no surge
en forma repentina; su extensión
no es obra de un instante…La
guerra es una mera continuación
de la política por otros medios…no es un solo acto político, sino
un verdadero instrumento político,
una continuación del trafico
político, una ejecución del mismo
por otros medios…
Carl Von Clausewitz
“De la Guerra.”
-El concepto dominante: Seguridad Embozada.
La Seguridad embozada es la seguridad enmascarada, encubierta, la
idea falsa de democracia que engendra la libertad del mercado; tiene su
máxima expresión en la guerra. Crea la invención falaz del enemigo interno y la
idea perversa de la “guerra entre nosotros”; cuando en
realidad es la reproducción y mantenimiento de la acumulación y expansión
del capital transnacional; verdaderas raíces de la violencia, que se
manifiestan por medio del racismo, la agresión al género, la
desigualdad social, la extrema pobreza y la degradación ambiental
Según Zubiri, la palabra “emet”
que significa verdad, deriva del verbo hebreo “aman”; cuyo significado es tener
confianza, o seguridad. En latín “seguridad se refiere a securus: “tranquilo, sin cuidado, sin peligro”.
La verdad ha estado ausente en nuestra historia de sufrimiento. El
colonialismo, el neocolonialismo y el coloniaje del poder la han falsificado
con el fin de someternos a sus intereses; es la verdad de ellos. El camino de
la verdad es descolonizar las mentes y las prácticas sociales humillantes y
opresoras. Construirla sólo es posible mediante los sujetos históricos,
políticos y éticos que hacen su propia historia desde la vida
cotidiana, el trabajo, la formación del lenguaje y la creación de la cultura
La verdad construida con y por la dignidad histórica de los pueblos
le da significado a la identidad cultural y al “derecho a ser”, de
todo sujeto humano y planetario
La identidad es un proceso dialéctico e histórico. La cultura se
desarrolla cuando las comunidades o naciones se organizan, movilizan y auto
transforman para tomar sus propias decisiones políticas; para satisfacer sus
necesidades materiales, espirituales, culturales y poder alcanzar el buen vivir, la justicia social y la
dignidad histórica de los pueblos. La verdadera seguridad se fundamenta en la
vida integral de todos los seres vivos. Es humana, respeta los derechos
de la Madre Tierra y es planetaria.
En el contexto neocolonial latinoamericano, el vocablo “seguridad” se
asocia a las políticas de Estado referentes a vigilar, castigar,
reprimir y disciplinar por obediencia patriarcal y humillación. En
síntesis es el dominio total de las poblaciones sometidas a las formas nuevas
de consolidar el imperialismo por la articulación de los aparatos
hegemónicos locales, paraestatales o supranacionales.
En esencia se refiere a todas las formas de protección y defensa de
las relaciones de dominación estructurales e históricas del poder
económico, político ideológico que incide en la vida cotidiana, familiar,
comunitaria, nacional regional e internacional. Se expresa como y por la desigualdad
social, el racismo, la discriminación, la violencia simbólica, de
género, la tortura, la injusticia social, el desalojo de las tierras y
territorios de los pueblos originarios indígenas, el coloniaje del poder de
una guerra contra nosotros y nosotras.
Los instrumentos para realizar la seguridad embozada contienen
cuatro componentes: ideológico (educación alienante, guerra mediática,
fundamentalismo religioso y académico sin ciencia ni conciencia); fuerzas
represivas: (militares, policiales, y civiles de contrainsurgencia);
jurídico (que funcionan mediante la justificación del poder:
Estado Punitivo: Estado Policial Militar, Estado Excepción, Golpe de Estado,
Estado Subalterno, Narco Estado, Estado-Ciudad Charter); económico
(ocupación de la tierra y territorios con desalojos violentos de los pueblos
originarios, indígenas , garífunas y misquitos, las industrias extractivistas
mineras, represas, agro combustibles, transgénicos y megaproyectos turísticos y
las “Ciudades Charter” popularmente conocidas como Ciudades Modelo, Áreas
Especiales de Desarrollo que constituyen la manifestación extrema de la
seguridad embozada o sea del control absoluto de los territorios
de América Latina; particularmente Honduras, bajo el pretexto de una
guerra contra las drogas.
La contrapartida de la Seguridad Embozada es la Seguridad Democrática,
Hemisférica y Multidimensional. En el movimiento dialéctico la una se
transforma en las otras con el rostro enmascarado de la democracia y las ideas
teocráticas.
-Seguridad: guerra contra nosotros por los medios
políticos.
La políticas de seguridad por lo tanto tienen historia (Destino
Manifiesto, Doctrina de Monroe, Doctrina del Espacio Vital, Doctrina de la
Seguridad Nacional, Documento de Santa Fe, Tolerancia Cero, Plan Colombia, Plan
Puebla-Panamá, (Plan Mesoamérica); Plan Mérida, (participación de la DEA en
operaciones conjuntas con ejército y policía hondureño donde han muerto
asesinadas mujeres embarazadas misquitas); Reactivación de la Cuarta Flota del
Comando Sur en el Caribe, Operaciones Rápido y Furioso (armas para las pandillas juveniles);
Plan de Repatriación de los Inmigrantes, La Guerra contra la
Delincuencia, la Guerra contra las Maras, la privatización de la salud,
vivienda, educación y la Seguridad Privada Represiva (Empresas, sicariato).
La filosofía es aniquilar el “derecho a ser” a la pérdida de la esperanza y
al derecho a soñar tanto de los individuos como de las comunidades. La
Seguridad Embozada está constituida por intelectuales orgánicos, tecnología,
métodos científicos y estrategias mediáticas.
Así, a través de la historia han existido diversos enfoques sobre la
seguridad, sin embargo ninguno de ellos excluye a los cuerpos militares ni
policiales: Doctrina de la Seguridad Nacional, Doctrina de la Seguridad
Hemisférica, Seguridad Multidimensional, Seguridad Humana, Seguridad
Democrática y Seguridad Ciudadana.
Lo visible oculta lo invisible.
Una forma ilustrativa de presentar la violencia ha sido la tasa de
homicidios por cien mil habitantes. Es un indicador que señala la manera
de matar en forma deliberada e ilegal a una persona por otra. Es, por lo
tanto, un indicador de los muertos y no cómo sufren de violencia
los vivos que al final tiene la consecuencia de la muerte espiritual,
mental y física.
No obstante de ser aparentemente objetiva la tasa de homicidios se
convierte en un saco donde hay que tirar los datos, que proporcionan los
cuerpos represivos o los propios medios al servicio de la guerra mediática,
sobre los muertos por causas personales e individuales. Se ignoran
los orígenes estructurales de la violencia producida por el sistema
capitalista. Se enmascara por lo tanto la impunidad y la responsabilidad en que
incurren los cuerpos represivos del estado, la seguridad privada y los grupos
económicos poderosos.
Refuerza por lo tanto la ideología dominante de que somos pueblos salvajes
bajo la cultura de la violencia y por lo tanto hay que civilizar a los
bárbaros mediante las bases militares, las operaciones de la DEA y la guerra
espiritual del fundamentalismo religioso, académico y mediático.
En año 2011, Honduras emerge con la tasa de homicidios por cien mil
habitantes mas alta en el mundo (86.5) y en secuencia El Salvador (76.3)
Guatemala (38.6), México(23), Panamá (19), Nicaragua (13), Costa Rica 10.3).
Existe una diferencia significativa en las tasas de homicidio de la
región no obstante de las similitudes históricas y culturales. No se
entrará aquí a explicar las diferencias, lo cual puede ser objeto de otro artículo.
Una diferencia es Nicaragua, cuya política no está alineada ni enajenada con el
Pentágono: tiene menos problemas con la droga, pandillas juveniles, y
una tasa de homicidios baja, respeto mutuo entre las poblaciones
civiles y los cuerpos militares y policiales.
En sentido paradójico el ex embajador de Estados Unidos en Nicaragua Oliver
Garza, por orden del Pentágono, se convirtió en asesor militar del Gobierno de
Honduras y colocó su oficina en la Casa Presidencial. El gobierno de Honduras
no tiene libertad para obtener la cooperación respetuosa del Gobierno de
Nicaragua en materia de Seguridad
-La seguridad es creadora de inseguridad.
El diseño y la estructura arquitectónica de las casas y ciudades se han
transformado. Prevalecen los espacios cerrados con sus cercos eléctricos,
murallas, puertas y ventanas metálicas. Se ha roto la comunicación y
visibilidad entre los vecinos. Las cámaras de televisión abundan en las casas y
calles para el mejor control del poder en nombre de la delincuencia. La ciudad
es a imagen y semejanza de las cárceles. La vida política y la cotidiana corresponden
a una democracia encarcelada.
La política carcelaria es un sistema donde viven los condenados y
condenadas de la tierra. Las quemas y masacres carcelarias en Honduras han
sacudido la conciencia internacional. La salud se altera profundamente
con el cambio arquitectónico. La estética se ha trastrocado. Prevalece la
incomunicación familiar y comunitaria. La convivencia es paranoica. Toda
persona nueva es un potencial enemigo. Se vive en el mundo de la sospecha,
(con “un clavel de sospecha en la solapa”, dijo el poeta Roberto Sosa). Los
árboles se cortan porque pueden esconder de los agresores. Los accidentes
y muertes son frecuentes cuando existen incendios; las personas no pueden
salir de sus casas porque a veces no conocen el sistema para abrir
las puertas o ventanas metálicas. Se vive bajo estrés por temor a los asaltos y el ruido frecuente de las alarmas
y balaceras nocturnas.
La política de privatización neoliberal se ha extendido a la seguridad y la
ha convertido en la industria más lucrativa tanto multinacional como local que
va desde el entrenamiento privado en el uso de las armas, sobre todo en jóvenes
de las familias pudientes. La compra de toda clase de equipos electrónicos para
vigilar y controlar al vecino y al sujeto de la calle. Es un mundo donde todos
estamos vigilados excepto el poder que controla la situación. No existe la intimidad
en las comunicaciones porque hasta las leyes permiten las escuchas telefónicas
y las interferencias cibernéticas.
En el caso de Honduras se vive en un Estado Policial Militar Subalterno; la
Seguridad Privada tiene más de 60 mil hombres y mujeres armadas, cifra que
excede a la suma de efectivos militares y policías. El sicariato es un sistema que
negocia con la muerte y se convierte en mecanismo de seguridad para quien paga
el crimen.
El Presidente de la Republica, los Secretarios de Estado en Justicia y Derechos
Humanos, Instituto Nacional Agrario y Educación han sido amenazados. El poder oligarca conserva toda la impunidad en el
asesinato, persecución y tortura de familias campesinas, mujeres, jóvenes
defensores de los derechos humanos y dirigentes de la oposición y resistencia
popular
En nombre de la seguridad se han violado los derechos humanos, desalojado
de sus tierras y territorios a los pueblos originarios, campesinos y garífunas
y se han cometido los peores crímenes a la democracia como los golpes de Estado
y la instalaciones de bases militares.
-¿Quiénes son los más violentos en el mundo, con la
tasa más alta en armas?
Por Centroamérica pasa el 80% de la droga que entra a Estados Unidos de América
y la violencia se asocia al comercio ilegal de drogas y al contrabando de armas
(crimen organizado). Ha surgido una discusión en EUA sobre la verdadera
función de la Administración Federal Antidrogas (DEA) y la Oficina de
Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), sobre la operación
"Rápido y Furioso" que ha realizado el trasiego ilegal a México
de más dos mil rifles de asalto y 50 rifles tipo francotirador y miles de municiones. Además se ha
mencionado la posibilidad de que ocurra algo similar en Honduras aunque ha sido
negado por las autoridades estadounidenses. Las familias misquitas hondureñas
acusan a los agentes de la DEA de haber participado en los asesinatos de
sus seres queridos, asunto que
también no fue reconocido por dicha agencia.
En el siglo XXI creemos que debe prevalecer la paz y la justicia y la
guerra no es el mecanismo para superar el problema de las drogas. Nuestro deseo
es que no existe el consumo racional y letal de drogas en el mundo, desde
el alcohol, tabaco y todas las demás. El consumo de drogas más alto en el
mundo ocurre en EUA, lo que refleja la crisis social y la falta de
oportunidades de trabajo, educación y recreativas para la juventud
estadounidense. El negocio de las drogas es inseparable del comercio
legal y también clandestino de las armas y de la corrupción. La búsqueda
de la seguridad la tienen los pueblos cambiando las relaciones de mercado y
transformando la desigualdad social y política en una democracia con igualdad
económica y en un mundo sin armas ni ejércitos.
Según el SIPRI (El Instituto Internacional de Estocolmo de Investigación
para la Paz) el gasto mundial de armas es de 1738 billones de dólares (2011).
El país que gasta más en armas en el mundo es Estados Unidos: 711 mil millones.
Centroamérica y El Caribe gastan 7 mil millones de dólares. Los gastos militares
son mayores en países como Honduras, Guatemala y El Salvador. En el caso de
Honduras, uno de los países más pobres de América Latina, el presupuesto de
asistencia militar de EUA se incrementó con respecto al 2011 en un 70 % (51
millones de dólares) y llega a ser uno de los ejes estratégicos de
la política estadounidense.
La Asamblea Nacional Costarricense dio permiso en 2010 para que
atracaran 46 buques de guerra, 200 helicópteros y siete mil marines. En el 2012
dos cuerpos especiales militares han sido creados en Guatemala: Fuerza Tarea
Tecún Umán y el cuerpo elite Los Tigres en Honduras.
-Desafíos del futuro
Frente a esta situación de “políticas y seguridad” se nos plantea el desafío de cómo desarrollar una
conciencia crítica y reflexiva sobre problemas de la violencia en el marco de
dichas políticas de seguridad. Asimilar y reflexionar críticamente a
través de la vida las lecciones de la historia es esencial para construir
nuestro futuro. Los partidos, movimientos sociales, instituciones educativas o
académicas se desnaturalizan cuando se alejan de la realidad social y carecen
de un posicionamiento crítico y participativo frente a la destrucción
progresiva de la Madre Tierra; las violaciones a los derechos humanos, y cuando
están ausentes en la defensa de la soberanía y la autodeterminación de los
pueblos.
Sin construir teoría, verdad e historia y sin desarrollar una práctica
social y política sobre las violaciones de los derechos humanos, tortura
y tratos crueles, inhumanos y degradantes, y trabajar en forma articulada
con los movimientos sociales y las instituciones libertarias no
será posible crear una seguridad integral, verdaderamente humana y democrática
donde lo fundamental sea el respeto a la vida, a la dignidad y a los derechos
de la Madre Tierra.
Nunca deberíamos de olvidar que la forma y la esencia de la pedagogía
de la transformación se fundamenta en el amor, la solidaridad y la liberación
de los y las oprimidas por la unidad y respeto a la dignidad histórica de los pueblos
de América Latina. La inmediatez de la injusta realidad: miseria, hambre
y enfermedad nos entra por los ojos, oídos, por los sentimientos y por esa
percepción de totalidad que genera la solidaridad con el dolor y el sufrimiento.
Lo visible de la inmediatez es el camino para llegar a la esencia que, sin
embargo, no es la esencia misma del fenómeno. La asimilación y transformación
de la realidad debe pasar por la praxis social. No se trata de que cada uno de nosotros se transforme primero
para cambiar después la realidad; por el contrario, no podemos cambiar nuestra
esencia sin la participación activa en la construcción social unitaria y total
de un mundo diverso con paz, justicia, solidaridad humana y planetaria.
No hay comentarios :
Publicar un comentario