Panamá, 20 de julio de 2012.
Profesor
Carlos A. Voloj Pereira
Rector de la Universidad Santa María La Antigua, USMA
E. S. D.
Respetado Señor Rector,
Aunque
han pasado varios días, y tomando en cuenta que los medios de
comunicación continúan dándole cobertura, no podemos dejar de hacerle
conocer, de manera respetuosa, nuestras honestas consideraciones en
torno al reconocimiento y homenaje que la USMA le hiciera recientemente
al Cardenal de Honduras, Monseñor Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga al
concederle el título “Doctor Honoris Causa”, el 3 de julio del presente
año.
Nos
sorprende enormemente la concesión de tan alta distinción de nuestra
querida Universidad Santa María La Antigua, USMA, a una persona tan
gravemente cuestionada por gran parte de la sociedad hondureña,
especialmente sectores pobres, organizaciones populares, gremios,
organismos no gubernamentales, y otros muchos, y por la comunidad
internacional, a raíz de su asentimiento y posición pro activa, por
decir lo menos, al trágico Golpe Militar que las fuerzas políticas,
empresariales, gubernamentales y extranjeras, concretamente Estados
Unidos,perpetraran contra el Estado hondureño, a lo cual se sumó el
señor Cardenal Rodríguez Maradiaga y la jerarquía de la Iglesia de
Honduras, con la honrosa excepción del señor obispo de la Diócesis de
Santa Rosa de Copán, que tuvo como objetivo separar de su cargo, de
manera
violenta al presidente electo Manuel Zelaya,elegido
democráticamente,violentando así la Constitución del país.
Lo
que sucedió posteriormente, hasta la fecha, a lo largo de más de tres
años, es historia conocida y repudiada por la persecución, la represión,
las desapariciones forzadas, los asesinatos y la violación de los
derechos humanos de dirigentes populares, sindicalistas, educadores,
comunicadores, defensores de derechos humanos y todos aquellos que
cuestionaron el Golpe de Estado y las políticas represivas y de
violación de derechos humanos que se aplicaron a partir de entonces.
Los
hechos, el título de Doctor Honoris Causa y el papel del Cardenal
Rodríguez Maradiaga en los acontecimientos trágicos de Honduras,
presentan una profunda contradicción con el espíritu que debe animar a
toda universidad en donde se conforma la conciencia ciudadana y social
de un sector tan importante para la sociedad como es la juventud, con
mayor razón la USMA, conocida como católica. Por supuesto
que la contradicción se hace más grave cuando analizamos esta situación
desde el punto de vista del Evangelio de Jesucristo que sintetizaba su
misión en la consigna y recomendación: “Busquen el Reino de los Cielos y su justicia, ylo demás vendrá por añadidura”. Evidentemente, Jesús miraba las cosas desde las perspectivas de los empobrecidos, los necesitados y
los excluidos y no desde el poder.
Al final, nos queda una preocupación: ¿Qué mensaje estaría inculcando la Iglesia y sus instituciones, como la USMA, a nuestra juventud panameña? ¿Mirar la realidad desde el punto de vista de los poderosos? ¿Darle la espalda a los pobres? ¿Apoyar
mecanismos violentos como los Golpes de Estado Militares y concertados
entre las fuerzas de poder político, económico, empresarial, extranjero? Pareciera
que la respuesta a estas preguntas se encuentran en el reciente golpe
político ejecutado en Paraguay, en donde las fuerzas políticas del
Estado confabuladas con el poder empresarial y transnacional, y no se
excluye para nada la siempre intervención de Estados Unidos, procedieron
a separar de su cargo al presidente democráticamente
elegido. Y otra vez, la alta jerarquía de la Iglesia se hizo presente, los primeros, para avalar la injusticia cometida.
No dejamos de señalar también que la jerarquía de nuestra Iglesia Arquidiocesana hizo
otro tanto al invitar al Cardenal Rodríguez Maradiaga a dar su
“testimonio sacerdotal” en la XLI Cena de Pan y Vino, ese mismo día, en
horas de la noche, en beneficio del Seminario Mayor San José y de las
vocaciones sacerdotales, que nos lleva a reiterar la pregunta: ¿Qué clase de sacerdotes la Iglesia está preparando para servir al pueblo en el futuro?.
Concluimos
esta carta, señor Rector, animados por el espíritu de la libertad de
los hijos de Dios, con el ánimo sincero de poner otro punto de vista
para la reflexión de temas como el que nos ocupa que tienen su
repercusión en la sociedad panameña y en la vida de nuestra Iglesia y
que debe ser de interés de todos y todas.
Atentamente,
Conrado Sanjur
Sacerdote diocesano.
Con copia: Medios de comunicación social.
Comunidades cristianas.
Organizaciones de derechos humanos, solidarias e inspiración cristiana y social.
German H. Reyes R.
Periodista
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