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Al menos 400 estudiantes universitarios se lanzaron a las calles para protestar contra la Nueva Ley Educativa y el alza de los combustibles, pero resultaron atacados por contingentes policiales.
La manifestación que inició a las 10 de la mañana, por las calles cercanas a la Universidad Pedagógica Nacional "Francisco Morazán" UPNFM, en Tegucigalpa.
Pasada menos de una hora, elementos de la Policía Nacional llegaron en varias patrullas a desalojar la zona, los y las jóvenes propusieron quedarse un momento más, pero empezó la represalia.
Los agentes lanzaron bombas lacrimógenas en reiteradas ocasiones, por lo que los y las manifestantes corrieron a las instalaciones universitarias para resguardarse del ataque.
Producto de la represión resultaron algunos estudiantes con golpes por empujones, irritación en los ojos y piel, y un automóvil dentro del parqueo universitario, incendiado con las bombas lacrimógenas.
Una vez dentro continuó el bombardeo de gases lacrimógenos contra los universitarios, desde la vía pública, fue así que al menos tres artefactos impactaron en el vehículo, propiedad de una catedrática, calcinándolo por completo.
Muestras de los empaques de las bombas lacrimógenas, fueron recogidas por los estudiantes, quienes manifestaron que iban dirigidas para ellos de manera directa.
Pedro Amador, dirigente estudiantil, aclaró que ellos sólo reclaman sus derechos, pues con la nueva Ley de Educación se está excluyendo a los y las mayores se quince años, a quienes les pretenden tratar como adultos y además la legislación señala que deben costearse sus propios estudios, cuando siguen siendo niños y niñas, de acuerdo a lo que ya señalan los tratados y convenios internacionales de protección a la juventud.
Asimismo afirmó que el automóvil incinerado, fue por las bombas utilizadas por la Policía Nacional, que además llegó con una tanqueta para rociarles agua con químicos nocivos para la salud, al igual que los gases.
Sarahí Sánchez, también universitaria, dijo que la manifestación era pacífica, en ningún momento fue para que los uniformados los llegaran agredir pues ellos están haciendo uso del derecho a expresar su descontento por la forma de legislar en este país, donde se benefician unos pocos y hacen daño a la mayoría que además son desposeídos.
"Es increíble que los ataques vienen de parte de quienes se supone tienen que cuidarnos. Sin embargo son los que nos persiguen y maltratan" dijo Sarahi.
El 'chepo' me tiró una bomba en los pies, salí corriendo, casi me muero, dijo la joven ligeramente cansada y con los ojos y piel enrojecida producto de los gases lanzados por la policía.
Somos estudiantes, no somos delincuentes; ellos andan armados, nosotros no, por lo tanto ellos son los que nos atacan, enfatizó Cruz.
En la muchedumbre, salió con algunos raspones en el brazo derecho Sergio Ulloa, de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, UNAH, quien se solidarizó con sus compañeros y compañeras universitarias, pues tiene la convicción que la lucha debe ser en un marco de unidad.
La tolerancia de parte de las autoridades gubernamentales es nula, pues no dejan que el pueblo se manifieste, dijo Ulloa, militantes del Movimiento Autónomo Universitario, MAU, del Alma Mater.
Cabe mencionar que ante esta nueva represión las autoridades de la UPNFM, rectorada por Orlando Marin, no hicieron nada en defensa o apoyo a los estudiantes, únicamente suspendieron las clases por un par de horas, sin decir nada más, informó la dirigenta estudiantil Kelly Núñez.
La represión contra los y las universitarias se ha dado en reiteradas ocasiones, en el primer semestre del 2011, cuatro estudiantes corrían el riesgo de ser expulsados por una orden de la rectora de la Universidad Pedagógica Nacional, Lea Cruz.
El argumento fue que Kelly Núñez, Martha Parada, Pedro Amador y Erlyn Gutierrez, habían participado en una manifestación en apoyo a la lucha magisterial, en abril pasado, donde también fueron bombardeadas las instalaciones de la UPNFM, y pretendían culpar a los jóvenes antes señalados criminalizando su lucha.
En ese momento hubo transición de mando, donde se nombró al actual rector, Orlando Marin, quien mediante acta les notificó a los y las afectadas Kelly Núñez, Martha Parada, Pedro Amador y Erlyn Gutiérrez, que por bondad no los iban a expulsar.
En la actualidad, las autoridades universitarias muestran tranquilidad, pero no nos confiamos, y muestra de ello es que en la represión del día de hoy, el rector y sus allegados se mantuvieron en sus oficinas, denunciaron los estudiantes.
Además, los y las estudiantes aseguran que ninguna represión detendrá su lucha, que los órganos represivos del Estado no los amedrentan y por lo tanto están más fortalecidos.
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