Antes de ganar fuerzas para
enviarles un mensaje a los 376 difuntos cuyas llamas borraron sus
tatuajes y sus nombres, debemos considerar que la sociedad hondureña desde
diferentes espacios y con sus distintas pasiones desbocadas ha mostrado su
rostro más cruel e involutivo, precedido por la descomposición social que ha
generado un sistema criminal, como criminal es el gobierno que se comporta
indiferente ante el volumen más elevado de la violencia ya sea en las calles
sumando cifras de muertos que hoy nos ubican en el país más violento del
continente o ya sea encerrados en una cárcel que nos
ubica como el país que tiene las peores cárceles del mundo como si
el estado fuera un artista de la muerte.
Si por cada 100mil habitantes
se cometen 88.1 homicidios al año, se calcula que en las ciudades más pobladas
se comenten alrededor de 17 muertes diarias, podríamos decir que
esta masacre nos gano la carrera del tiempo y de los cálculos ya que
prácticamente consumimos 5 días y medio de muertos en tan solo dos horas como
máximo, tiempo suficiente para dos cosas; dejar que las llamas hicieran su
trabajo o abrir los portones para liberarlos de la muerte, aun y cuando los
guardias supieran que se escaparían por los puntos cardinales cosa que les
costaría sus puestos y les pesaría mucho a los directivos de la granja
penal.
En la parte superior de la
entrada principal de la granja penal o de la hoguera de presos,
yace un letrero que no recuerdo exactamente su redacción pero que en
síntesis quiere decir “Que la Justicia debe hacerse aunque el mundo se caiga
o se muera” este epitafio condenó
a todos los reclusos desde su entrada al penal y
sobre todo condenó a los 376 quemados, esto sin importar si ya habían o no
cumplido con sus condenas, como si todo indicara que las palabras
cobran fuerza cuando el destino así lo desea o cuando la seguridad del estado
ensaya pequeños holocaustos a los nazi.
No es cuestión de misticismo ni
mucho menos mandatos divinos los que rodean el caso de los privados de libertad
y que murieron consumidos por las llamas, sino más bien una fundamentación
hipotética que después de dos masacres en los centros penales
en menos de 12 años y después de tantas recomendaciones por parte
de expertos nacionales e internacionales en sistemas penitenciarios para que
cambiaran las condiciones de las estructuras físicas que encierran sin control
alguno a los reclusos concluyeran en que se pudo evitar que se desatara el
infierno que los consumió y que hoy nos consume moral y éticamente a la sociedad
hondureña.
Desde esta moralidad que tiene
distintos matices es que podríamos repetirles la pregunta a los muertos ¿Cómo
se le habla a los muertos? Y se les explica, que ellos fueron parte de un
experimento nacional con dimensiones mundiales para que los empresarios
inviertan en la gestión privada de los centros penales y de esta manera poder
convertir estos recintos de inadaptados en prisiones modernas como en la que
invirtió el señor Ricardo Maduro Joest recientemente y que lo publicita
como una cárcel al estilo Hollywood.
El señor Alejandro Alvares
presidente de la cámara de construcción ha dicho que el estado
no va a poder con esta carga tan pesada; “desde hace tiempo tenemos listo el
proyecto de PRISIONES PRODUCTIVAS donde el reo se convertirá en un huésped para
su rehabilitación y se convertirá en un obrero que bien puede producir en la
fábrica o en un campo industrial agrario para importación y exportación, por lo
que contemplamos tener mano de obra barata en su proceso de rehabilitación y por
supuesto ser atendido como se merece un huésped temporal el cual pagará por los
eficientes servicios de alimentación, estudio y estadía en el complejo
penal”
¡Qué incentivo más atractivo
para el crimen organizado! tener un lugar donde pasar vacaciones pagadas. ¡Qué
manera de generar empleo y proyectar ganancias exorbitantes a costa de la
calamidad humana! ¡Qué oportunidad más seductora para encerrarnos a todos
y a todas con el fin supremo de mejorar la producción y productividad del
país y ser competitivos en el comercio exterior! ¡Qué idea tan
futurista!...
¿Cómo se le habla a los
muertos? Desde esa esquizofrénica moralidad religiosa de algunos líderes de
la iglesia protestante y católica que después de su bendita activación en el
golpe de estado plantearon públicamente desde el púlpito, uno de sus proyectos
pilotos; dirigirse a las cárceles de Honduras para transformar a
los presos en hombres y mujeres de bien bajo el costo que sea y que para hacerlo
era necesaria la mano justa de la empresa privada que siempre ha visto en las
cárceles lugares para invertir y en donde todos podemos ganar, esta simbiosis de
Evelio Reyes y el cardenal ha sido objeto de agradecimiento por parte de la
actual clase política empresarial corrupta y violenta que hoy se ve complacida
con las oraciones de ambos aunque sean estilos distintos ya que avivaron las
llamas que garantizarán el negocio de la cárcel.
¿Cómo se le habla a los
muertos? Y se les explica que gracias a sus sacrificios no
necesitamos sistema de justicia que juzgue hasta sus huesos calcinados ya que
buena parte de la población se han vuelto jueces de su destino, invocando sus
mejores ignorancias a favor de la justicia divina que purgarán sus culpas y
confortarán a las víctimas de estos 376 muertos como en los mejores tiempos de
la inquisición o en el mejor de los casos han hecho eco de la profilaxis social
necesaria para que el estado no tenga que sostener a 376 cifras humanas. “De
todos modos” como dijo un señor por la tele “Esos no aportaban nada y eso
que les paso es mejor que nada”
Esto quiere decir que de ser
intelectualmente provocada la masacre, el plan es tan sagaz y astuto que de
todas maneras el golpe fue dirigido a una población que no estaba generando
buenos pensamientos y si así fuera lo demás será borrado por nuestra
narcoleptíca memoria colectiva.
¿Cómo se le habla a los
muertos? Y se les explica que la balanza de la justicia ayer derramaba
sangre desde las togas, leyes, códigos y demás… y hoy apesta a mortandad, estos
elementos son propios de una institucionalidad que lejos de impartir justicia se
convierte en los sepultureros de sus cuerpos calcinados.
¿Porque hay que explicarles
en estos términos? Anecdóticamente el sistema de justicia debe hacer lo
mismo que hicieron los guardias de la granja penal a la hora de la quema, no
encontrar las llaves que es igual a que el sistema de justicia nunca encuentre
la verdad y no aplique la justicia porque si así fuera el primer responsable de
todo esto sin contemplar los orígenes del siniestro seria el mismo estado de
Honduras.
El reto está en aquellos que
siguen creyendo en la institucionalidad hondureña y para muestras un botón;
sacan a un presidente y matan a cientos de miembros del Frente
opositor al golpe de estado, matan a un estudiante universitario
hijo de la rectora, matan a un miembro de la policía por señalar con nombre y
apellido a los miembros de la policía que son parte del narcotráfico y el crimen
organizado, persiguen y reprimen al pueblo cuando quieren alimentar la cultura
del miedo, descalabran al movimiento reivindicativo con prácticas coercitivas,
promueven 17 muertes diarias lo que genera el mayor índice de impunidad en el
país y se pudieron salvar del siniestro 376 privados de libertad, ¿Qué más? ¿Y
la institucionalidad?... ¡Ah! Podríamos decir que la institucionalidad está en
la labor que hace la Fiscal Daniela Ferrera quien ha encubierto la
contaminación de la escena del crimen, acto que ha denunciado los
órganos de derechos humanos y que corrobora nuestra anécdota anterior.
¿Cómo se le habla a los
muertos? Para comunicarles que sus familiares también son
parte de ese experimento desalmado de la actual clase política empresarial que
en silencio les ha prometido continuar con el bono 10mil por familia del
carbonizado como disfraz de indemnización, más un cajón por familia a un costo
de 300 lempiras, lo que la final arroja una cifra de 8 millones
para evitar las denuncias masivas.
Entre más lloren por sus
parientes carbonizados, entre más larga sea la agonía para recibir a los cuerpos
que nunca sabrán si son o no sus familiares, entre más se intensifique el drama
humano más compasiva será la recompensa para el estado y sus
experimentos humanos.
¿Cómo se le habla a los
muertos? Para decirles en secreto que las llaves de los portones nunca se
fueron tan largo como para romper los techos.
¿Cómo se le habla a los
muertos? Para explicarles que el agua que calmaría las llamas nunca llego
según dos versiones que se manejan en el argot popular; la primera
es que esa noche las unidades de los bomberos no estaban preparadas para salir a
la escena del fuego ya que no tenían suficiente agua en los contenedores, lo que
alargo la espera de 10 minutos que es lo que tardan en llegar los bomberos hasta
la granja penal y se extendió a 25 minutos y la segunda es que tampoco había
llaves para abrir los portones exteriores y dejar entrar a las unidades de los
bomberos lo que alargo la espera, tiempo en el cual ya estaban abrazados entre
si los cuerpos y acobijados por las llamas de más de 7 metros de altura.
¿Cómo se le habla a los
muertos? Para explicarles que por más que gritaran tan escalofriantemente a
esas horas de la noche desde las flamas de Dante en Comayagua y para el mundo
entero, nunca despertaría la sociedad a tiempo para salvarlos del
experimento.
¿Cómo se le habla a los
muertos? Para explicarles que las balas eran necesarias para acortar el
sufrimiento humano ante la asfixia y el crujir de las llamas, esto
se lo deben a la obediencia de los guardias que nunca recibieron órdenes de
ningún director ni sub director de la granja penal ya que no estaban esa
noche.
¿Cómo se le habla a los
muertos? Y se les cuenta que en nombre de la DIGNIDAD HUMANA algunos nos
sentimos insultados por las perversas palabras de los titulares de los tres
poderes del estado quienes reciben las condolencias de los internacionales como
parte de un circo tragicómico.
¿Cómo se le habla a los
muertos? Para expiar culpas de una sociedad que más allá de reconstruir el
tejido social debe reconstruir su dignidad desde la fuerza de las víctimas, que
al final somos los y las que formamos parte de las mayorías de abajo y que
encontraremos las llaves para soltar los heraldos de la verdad y la justicia en
nombre de los desechos humanos.
...Caín
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