![]() |
El pueblo en Resistencia le dirá a esta parejita: "El que ríe de último...rie mejor" |
Mientras los empresarios locales se rasgan las
vestiduras diciendo que Petrocaribe no es conveniente para Honduras porque abre
la posibilidad de que otro país se entrometa en la política doméstica nacional,
en una acción rutinaria para los funcionarios de Estados Unidos, pero trágica para
los hondureños, un avión “especial” se lleva al Porfirio Lobo Sosa(Presidente
de la Republica) y a Juan Orlando Hernández(Presidente del Congreso Nacional) a
reunirse con personajes de segunda y tercera categoría en el engranaje
imperial, y, después de unas cuantas horas de “reunión”, ellos aprueban otra “reforma
constitucional”, esta vez para legalizar la extradición a Estados Unidos de
ciudadanos hondureños (los extranjeros en Honduras ya podían ser extraditados).
La justificación que dan a su regreso los
mencionados personajes, es que Estados Unidos apoyará a Honduras en materia de
seguridad. Pero los norteamericanos, del pentágono, de la CIA, de la DEA, del
Southcom, de la NSA han estado aquí por décadas, ¿Cuál es la novedad? Pues hay
ya en marcha una conspiración, iniciada con el golpe de Estado del 28 de junio
de 2009, y que se activa hace unos días en Nicaragua, donde un sacerdote “denuncia”
que hay tráfico de armas hacia fuerzas irregulares en Honduras “afines” al
presidente Zelaya[1]; tres días
después, en un acto de diligencia desconocido hasta ahora, el ministerio
publico inicia una investigación “de
oficio” de esta denuncia; antes de una semana se allana el camino para abordar
la cuestión de la extradición.
Históricamente, ni los gringos, ni sus
sirvientes locales necesitaron de un argumento jurídico para llevarse a
personajes que consideraban perjudiciales a sus interés; en 1988, por ejemplo,
extraditaron al señor Ramón Mata Ballesteros, quien aún guarda prisión en los
Estados Unidos, dizque por su responsabilidad en la muerte de un agente de la
DEA (En realidad la trama es mucho más compleja e involucraría altos jefes
militares hondureños[2]).
No hace más de un año, la cancillería hondureña entrego a Estados Unidos un
supuesto submarino[3] del narcotráfico,
con hondureños a bordo, en un acto tácito, ilegal y descarado de extradición,
por el cual, el flamante canciller nunca tuvo que responder judicialmente. En
suma, la extradición, implícita en la reforma constitucional no es el motivo
central de la misma; la dedicatoria va
en otra dirección.
Como dijimos al principio todo parte de una
estrategia muy estructurada; la matriz está formada hace varios meses; de hecho,
los mapas que mostraran los militares hondureños señalando “los puntos ciegos”
por donde “entran” las armas, y quienes las reciben, ya están listos, al menos,
desde febrero de 2010. Hay que recordar la irrupción, hace pocos meses, de fuerzas
militares (policiales o militares, en Honduras es lo mismo) en la propiedad de
un político del partido libre, sin ninguna explicación ni orden judicial
alguna. Además, la matriz de la operación incluye otros factores más difíciles de
captar a primera vista.
Una señal “extraña” es la aparición en un
medio afín a la resistencia al golpe de Estado del ex candidato liberal a la
presidencia de la republica Elvin Santos, en el que hace un despliegue de
dramatismo, pidiendo perdón en reiteradas ocasiones, y argumentando que el jamás
tuvo que ver en la conspiración de la asonada militar, dirigida desde
Washington, contra la administración del presidente José Manuel Zelaya Rosales.
Ahora, sin mayor esfuerzo, el escenario político mediático muestra un
precandidato del opus dei de extrema derecha, y un ex candidato gritando el mea
culpa, dos alas opuestas “artificialmente”, también necesarias para completar
la estratagema que ya se encuentra en desarrollo. Por supuesto, los medios de comunicación
jugaran un papel fundamental para iniciar una campaña sistemática de “destrucción”
de imagen de algunos líderes de la resistencia, y el vacío que teóricamente dejaran
estas, será cubierto por la renovada apariencia transformadora del hombre que
ha “renunciado” a ser presidente de Honduras, porque busca la unidad nacional.
La reforma deja abierta una puerta para la
maniobra de los Estados Unidos, no tanto para actuar contra el narcotráfico, el
cual ve y golpea cuando le conviene, sino para centrar sus ojos en el llevado y
traído “terrorismo”, definición que ellos manejan a su antojo y utilizan
constantemente para castigar a quienes les estorban. La idea de construir una
escenario en el que se acusa de terrorismo a altos dirigentes del Partido
Libertad y Refundación (cuya inscripción misteriosamente ha sido bastante
expedita), incluyendo al propio coordinador general, a quien la inteligencia
gringa bien puede fabricar rápidamente perfiles terroristas (aunque no hay que
descartar que lo hagan por narcotráfico).
La diligencia de las autoridades hondureñas en
cumplir con las ordenes de Washington, deja como secuela, además, que los
verdaderos capos de las mafias de narcotraficantes y del crimen organizado están
a buen resguardo, sin correr ningún riesgo de llegar a rendir cuentas por sus crímenes;
se impone la agenda estratégica de los Estados Unidos y las transnacionales,
que buscan agredir a Nicaragua, Venezuela, Cuba y la misma Honduras. Mientras
tanto, la inseguridad interna queda relegada a un segundo plano. La idea de
traer asesores militares de Colombia, Chile y los Estados Unidos (fácil pensar
en “querubines” expertos en torturas y asesinatos), no es novedosa, ya en el
Bajo Aguan operan paramilitares colombianos en acciones de “limpieza”, que recién
ayer cobro la vida de Matías Valle[4],
ex vicepresidente del Movimiento Unificado de Campesinos del Aguan, MUCA, donde
hace varios meses hay un inusitado despliegue militar, no solo del ejército
hondureño, y donde debemos esperar en las próximas semanas una verdadera
tragedia humana.
La conspiración está en marcha, el objetivo es
desmantelar la fuerza de transformación en Honduras; esta tarea no es
nueva, desde el comienzo de la organización
se ha notado la presencia del sabotaje de la derecha local con apoyo norteamericano,
ahora la alerta para América Latina, y para el pueblo hondureño, ellos planean
el último round, los lacayos hondureños hacen su parte con gran entrega, se
impone la organización del pueblo, y la denuncia internacional. La paz en el
continente no es posible mientras estos señores conspiren y masacren nuestra
gente con tanta alevosía; también queda claro que 2012 no será un año de
dialogo en Honduras.
Ricardo Salgado
21/enero/2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario