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sábado, 7 de enero de 2012

El Grupo Unitario Internacional  de Apoyo a la Resistencia (GUIAR)  y su blog www.hondurastierralibre.com  se une al  pesar  de la familia  del compañero  Julio  Rivera  Galeas fallecido  el 5  de  este mes   de  enero 2012 en San José, Costa Rica.  Se le recuerda como activo organizador  de la jornada de lucha huelguistica  del año 1954 en las bananeras  en  el norte de Honduras. Nuestras  muestras de condolencia   mas  sentidas   y de fraterna solidaridad con su familia y  amigas/os  cercanos y  la firme voluntad  de recordar  ese  ejemplo de lucha  en favor  de  los  trabajadores  explotados en América Latina.

                                                             
Julio Rivera, precursor y organizador de la gran huelga de 1954 en Honduras
Por Juan Moreno

Al mediodía del 5 de enero de 2012, falleció en San José, Costa Rica, Julio Rivera Galeas,  precursor y organizador de la gran huelga general de 1954 en los campos bananeros de la región norte de Honduras. Su respetada familia, encabezada por doña Nimia Rivera y su esposo, el dirigente sindical Luis Fernando Alfaro, estuvo acompañada por una profusa concurrencia de amistades que don Julio y su familia han cultivado a través de largos años. Es importante mencionar la presencia de distinguidos representantes de agrupaciones sociales y políticas que históricamente se han distinguido en las luchas sociales y políticas de Costa Rica. Es pertinente destacar también la presencia de ciudadanos hondureños residentes en el país, que reconocen el legado de este luchador histórico por el derecho de huelga en Honduras. El funeral de este extraordinario ciudadano hondureño que, como consecuencia de la persecución sufrida en Honduras convirtió a Costa Rica en su segunda patria durante 45 años, tuvo lugar el día de hoy, 6 de enero, en el cementerio del cantón de Coronado. Julio Rivera contaba con 94 años de edad al momento de su deceso.
De Aramecina a la Costa. Julio Rivera nació en Aramecina, pueblo de paso en la región Sur de Honduras. Según datos biográficos ya publicados, él todavía era un bebé cuando su familia decidió trasladarse al “Dorado” hondureño  de  las primeras cuatro décadas del Siglo XX: la Costa Norte.  “Nos vamos pa´la Costa” decía la gente en tiempos en que, como en la actualidad,  Honduras se debatía en permanente crisis. La familia tomó rumbo a la ciudad de El Progreso, muy cerca de otro poblado conocido como “La Lima”,  sede de una de las dos  grandes compañías bananeras, negadoras en aquellos tiempos de los más elementales derechos laborales. Fue en El Progreso donde ejerció como maestro y como empleado en los comisariatos de la Tela Rail Road Company. Ya en 1943, Julio trabajó como educador en el entonces recién fundado Colegio de El Progreso. Rivera Galeas  se sumó  con toda energía a la acción emprendedora y, junto con su familia, se destacaba también en actividades agrícolas y ganaderas.
Observando el ambiente de brutal explotación en que se desenvolvían los trabajadores de los campos bananeros de todo el litoral atlántico hondureño, Julio Rivera no tardó en reaccionar impulsando iniciativas organizativas entre los campesinos, acciones que fueron a la vez tomadas como ejemplo por los trabajadores bananeros deseosos de reclamar sus derechos (ver la otra nota adjunta que ofrece un recuento de la acción motivadora, educativa y organizadora de Julio Rivera que culmina con la gran huelga de 1954 y su participación en el Partido Democrático Revolucionario Hondureño).
Determinante en la toma de conciencia y compromiso social y político de Julio, fue haber sido testigo de la masacre perpetrada en 1944 contra miles de manifestantes indefensos (hombres, mujeres y niños) por la soldadesca asesina del dictador Tiburcio Carías Andino en la ciudad de San Pedro Sula. De aquel trágico día en adelante, Julio Rivera dedicaría su vida a las luchas reivindicativas por la implantación de un régimen de auténtica democracia y justicia social en Honduras. Desde entonces, la acción represiva y persecutoria contra este gran revolucionario no descansaría hasta verlo en la cárcel o en el exilio.
Fue como consecuencia del golpe de Estado de 1963 contra el entonces presidente liberal Ramón Villeda Morales,  que Julio Rivera se vio obligado a exiliarse en varios países, entre ellos México y El Salvador. En 1964,  este gran luchador hondureño y su familia  establecieron su residencia definitiva en Costa Rica, donde, luego de un difícil comienzo, lógico y natural para todo exiliado sin recursos, demostró su capacidad emprendedora, contándose entre otras iniciativas, la fundación de Taxis Unidos y la producción agrícola en una localidad de la Meseta Central.
Julio Rivera Galeas llegó al fin de su residencia en la Tierra con la convicción firme del deber cumplido, un deber de todo hombre y mujer libre por la construcción de un mundo más justo para todos. En el acto en memoria de este precursor de las luchas sindicales y políticas de nuevo tipo en Honduras, todos y todas reconocieron su legado, un legado y un testimonio digno de ser seguido por las nuevas generaciones de luchadores por la justicia social y los derechos humanos en Honduras, en Costa Rica y en la América Latina. Para todos y todas: ¡Julio Rivera vive!


1 comentario:

  1. Julio Rivera Galeas vive, porque:
    * Sembraste la semilla de Construir un mundo con mayor justicia.
    * Eres todo un ejemplo de lucha,perseverancia y éxito, para todos-as.
    * Estarás en el recuerdo de tu familia biológica y revolucionaria.
    Hasta pronto. Te adelantaste.

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