Agencias | 11 enero de 2012/ Radio Primerisima/Managua
Daniel está listo para iniciar este martes un nuevo mandato de cinco años en democracia plena y con la promesa de dirigir uno de los mejores Gobiernos en la historia de Nicaragua, durante una ceremonia solemne en la cual entregará la banda presidencial al Pueblo Presidente.
José Daniel Ortega Saavedra nació el 11 de noviembre de
1945, en La Libertad Chontales. Inició estudios de Derecho en la
Universidad Centroamericana de Managua. Durante su juventud se destacó
como líder estudiantil antisomocista.
En 1963 ingresa en el Frente Sandinista de Liberación
Nacional (FSLN) y en 1965 fue promovido a miembro de la Dirección
Nacional de esa organización. En 1967 es designado jefe de su movimiento
de resistencia urbano.
Como consecuencia de su actividad revolucionaria, sufrió
prisión desde 1967 hasta 1974. Al salir en libertad marchó al exilio.
Regresó clandestinamente a Nicaragua para incorporarse a la lucha que
puso fin al régimen somocista.
Tras la victoria de la Revolución sandinista en julio de
1979, integró el Gobierno de Reconstrucción Nacional en el que desempeñó
el cargo de Coordinador.
En las elecciones presidenciales y legislativas de 1984,
Ortega fue elegido Presidente de la República. Su gobierno afrontó la
enorme tarea de reconstruir un país devastado por la dinastía Somoza y
por la guerra. También tuvo que enfrentar la guerra interna impuesta por
la contrarrevolución, organizada y financiada por el gobierno de los
Estados Unidos.
Desde el 18 de mayo de 1994, se ha desempeñado como Secretario General del FSLN.
Daniel Ortega fue candidato presidencial en las elecciones
celebradas en los años 1996 y 2001. En los comicios presidenciales que
tuvieron lugar en el mes de noviembre de 2006, resultó electo nuevamente
como Presidente de la República. El 10 de enero de 2007 asumió su alta
investidura.
El pasado 6 de noviembre, logró una histórica victoria con
el 62.4% de los votos y el FSLN alcanzó 63 diputados, la cifra más alta
desde 1984, cuando obtuvo 67 diputados.
Apuntes biográficos
El primer ancestro de la familia Ortega sobre quien se tiene
noticia es el granadino Marco Antonio Ortega. Humberto Ortega Saavedra
afirma en su libro La epopeya de la insurrección (Managua: Lea Grupo
Editorial, 2004) que su abuelo fue profesor y posteriormente director
del Instituto Nacional de Oriente, entre cuyos alumnos estaba Anastasio
Somoza García (1896-1956); que en los años 20 Ortega era un militante
destacado y progresista del Partido Conservador y que abogó "porque el
joven Somoza García, de cuna conservadora de San Marcos, sea nombrado
para jefe del ejército en el marco del espíritu unitario entre liberales
y conservadores para afianzar la paz".Don Marco Antonio gustaba del
ejercicio ligero de la pluma: escribía artículos para los diarios de su
época y compuso la letra de La Patria amada, Himno Nacional de Nicaragua
desde 1918 hasta 1939.
Hasta donde sabemos, aquel docente procreó dos hijos: fuera
del matrimonio, a Daniel Simeón Ortega Cerda (1905-1975) y, con su
señora esposa Mélida Urbina, a Alfonso Ortega Urbina (1925-2006),
prominente diplomático y político liberal.
En 2001, en una entrevista a La Prensa, Ortega Urbina se
refirió a su hermano por parte de padre con estas palabras: "Él (Daniel)
se crió en casa de mi madre, como hermanos, lo reconocimos, pero
teníamos una gran diferencia de edad, así que no disfruté la permanencia
de él en mi casa".
No hemos encontrado datos sobre la madre de don Daniel; él
mismo, de acuerdo con La epopeya..., nació en Los Rincones, Masatepe, y
creció en Granada. Según la misma fuente, era aficionado a la literatura
–la familia conserva numerosos escritos suyos– y la teosofía; admiraba a
Augusto César Sandino (1895-1934) y después del asesinato del General
de Hombres Libres fue encarcelado por haber denunciado el magnicidio por
medio de una carta pública. Fue "obligado a caminar descalzo de
Matagalpa a Jinotega hasta hacerlo sangrar" y escapó de ser fusilado por
la Guardia Nacional en Wiwilí gracias a la intervención de su padre,
don Marco Antonio, ante el general Somoza. Poco después estuvo preso en
La Pólvora, Granada; en 1939 se trasladó a La Libertad, Chontales, para
trabajar allí como contable.
Allí conoció a Lidia –Humberto Ortega siempre escribe su
nombre con y griega, las demás fuentes, con i latina– Albertina Saavedra
Rivas (1908-2005), hija de Benjamín Saavedra y Mercedes Rivas. La
epopeya... informa que en su primer matrimonio doña Mercedes procreó,
además de Lidia, a Alicia, Adela, Lastenia y Emma; cuando casó en
segundas nupcias con don Ramón Mongrío, un señor muy acaudalado, de esta
unión nacieron Irma, Delia y Humberto, a quien debe su nombre Humberto
Ortega Saavedra. O sea, tanto don Daniel como doña Lidia eran personas
de recursos económicos limitados pero con una parentela pudiente.
De acuerdo con la Epopeya..., doña Lidia cursó sus estudios
de secundaria, era la primera mecanógrafa de Juigalpa, de jovencita
bailó con los combatientes del general Pedro Altamirano y fue
aprehendida y llevada a Managua porque su correspondencia epistolar con
un novio fue tomada como una conspiración a favor de los sandinistas...
En marzo de 1941 Lidia y Daniel contrajeron matrimonio; sus
dos vástagos mayores, Germania y Sigfrido, nacieron en La Libertad y
allí mismo fallecieron, "a la corta edad de tres y dos años
respectivamente". Daniel Ortega Saavedra vino al mundo en La Libertad el
11 de noviembre de 1945. Humberto nació en Juigalpa el 10 de enero de
1947; Germania del Carmen, en la misma ciudad el 20 de enero de 1948.
Humberto llegó a ser un descollado cuadro sandinista,
general y jefe del ejército. Germania, dulce y discreta, no tuvo
participación política ni antes ni después de 1979 y murió de cáncer a
inicios de este siglo.
En 1950 la familia Ortega-Saavedra ya vivía en Managua; allí
nació, el 13 de diciembre de 1950, el hijo menor de la pareja, Camilo,
futuro apóstol de la unidad sandinista, que el 26 de febrero de 1978
cayó en combate en Los Sabogales, Masaya. ...Los chavalos crecieron "en
la colonia Somoza, frente al parque Somoza, a la estatua de Somoza y al
Estadio Somoza".!
En cuanto a la situación económica de la familia, era lo
suficientemente buena para que los niños estudiaran en los mejores
colegios capitalinos, como el Calasanz, pero no tan boyante para
adquirir una casa propia.
En la memoria de don Daniel y doña Lidia estaban candentes
los recuerdos sobre la guerra de Sandino; eran antisomocistas
convencidos y, según Daniel Ortega Saavedra, su padre influyó mucho en
la formación de su carácter y sus criterios: "Por primera vez fui a una
manifestación política con mi papá, en el 59. Íbamos los cuatro: él,
Humberto, Camilo –nuestro padre lo llevaba de la mano– y yo".
No olvidemos que eran tiempos candentes. Las luchas armadas y
cívicas estaban a la orden del día y, como muchos otros jóvenes de
aquella generación, los hermanos Ortega no querían ser únicamente
testigos de ellas sino protagonistas.
1960 fue crucial para Daniel. En enero ingresó a la recién
fundada Juventud Patriótica Nicaragüense (JPN), organización de carácter
pluralista que, según señala la historiadora mexicana Lucrecia Lozano
en su libro De Sandino al triunfo de la revolución (Siglo Veintiuno
Editores, 1985 y 1989), "remarca(ba) la importancia del legado de
Sandino en la lucha revolucionaria". Poco tiempo después de su ingreso a
la JPN Daniel fue detenido, junto con Selim Shible, Edmundo Pérez y
Carlos José Guadamuz, acusados todos de pegarles fuego a vehículos
estatales y sabotear instalaciones del Gobierno. Ésa no era precisamente
la línea de la Juventud Patriótica, pero aquellos muchachos estaban
sedientos de acción...La escritora Michelle Najlis (1946), que en su
adolescencia también formó parte de un grupo de muchachos deseosos de
cambiar el mundo, describió el estado de ánimo que en ese entonces los
embargaba: "Cada uno de nosotros pensaba que los demás sabían para qué
nos estábamos reuniendo. ¡Era bastante surrealista! (...) Había algún
entrenamiento militar. (…) Teníamos la voluntad y el entusiasmo, supongo
que pensábamos que debíamos prepararnos para algo. No creo que nadie
supiera realmente para qué".
De acuerdo con Daniel Ortega, su primera acción armada
también data de 1960 y ocurrió luego de la toma de los cuarteles de la
Guardia Nacional de Jinotepe y Diriamba, emprendida por un grupo de
jóvenes conservadores el 11 de noviembre. "Ya teníamos una célula:
estábamos Selim Shible, Carlos Guadamuz, Edmundo Pérez y yo. Nos fuimos
buscando para Jinotepe, nos capturaron en La Concha y conocimos la
Seguridad. Después, caíamos presos a menudo; allí conocí a Gonzalo
Lacayo, a Agustín El Coto Torres López, a Jerónimo Linarte...".
En 1960 Daniel Ortega estuvo cursando su octavo grado en el
Instituto Pedagógico La Salle, pero no resulta extraño que, debido a
tantos contratiempos, se retirara sin concluirlo.
Las detenciones, si bien no duraban más que un mes, eran
inclementes. "Fui detenido como siete veces, y cada vez que caía preso,
me torturaban. Lo primero que hacían los agentes de la Seguridad era
esposarme con las manos hacia atrás y meter un trapo en la boca, con un
pañuelo encima, que provocaba una sensación de ahogamiento; en otras
ocasiones, ponían una capucha. Luego formaban un grupo y empezaban a
golpearlo a uno. Golpes, garrotazos, patadas, hasta que uno caía al piso
ya sin sentido".
"(...) Por nada pierdo la vista porque me reventaron a
golpes los ojos y la ceja y la sien. También tengo cicatrices en las
rodillas"."Luego, cuando uno se recuperaba, venían con la picana
eléctrica a darte choques en las partes donde tenías heridas. (...) Te
metían a una de esas celdas que tantas hay en la Seguridad, llamadas
‘chiquitas’, donde uno no puede estar de pie, nada más acostado. Estabas
esposado, sin comida, sólo te pasaban agua, para que no te murieras.
Cuando a dos, tres días te sacaban al interrogatorio, te escapabas de
desmayar de mareo. Y otra vez, la misma sesión de torturas: los golpes,
las patadas, el chuzo eléctrico...".
"Donde más agredido fui fue cuando me acusaron, y
efectivamente era cierto, de haber incendiado un vehículo de la Embajada
Americana".
En 1960 la familia ya vivía en el barrio San Antonio, uno de
los más antiguos en la capital, en una dirección muy nica: de la
esquina oeste de la panadería La Rosa Blanca, 30 varas al norte. Era una
casa típica de las que fueron construidas después del terremoto de
1932: alta, con paredes de adobe y techo de tejas. Don Daniel Ortega
Cerda "subsistía –según dice Humberto Ortega en su libro– como
representante comercial de casas extranjeras, principalmente alemanas, a
las que representaba bajo la firma Nicaragua Comercial Import-Export".Y
continúa: "Aún conservo el papel membretado con el número telefónico de
cuatro cifras, Tel.-20-76, y la clásica dirección por cable ortegadan, a
la que seguía el apartado postal No. 524. Colocaba pedidos de zunchos
de traslape marca Titán para enfardar pacas de algodón, y alambre de
púas retorcidas de marca Motto, que fueron los primeros en ser
introducidos en Nicaragua. Doña Anita Chamorro de Holmann se relacionó
con don Daniel en esta tarea comercial; también importaba telas, siendo
don Rolando Najlis uno de sus clientes; vendía oro para trabajos
dentales de la firma suiza Degussa Dental". "(...) Un carro marca Buick,
de 8 cilindros muy gastón de gasolina, fue el primer automóvil
familiar. Luego una camioneta station-wagon que sustituye el automóvil,
fue el transporte que Julio Buitrago y yo manejamos para distintas
tareas, la misma que Carlos Fonseca y Óscar Turcios usan para ingresar
en la zona montañosa de Pancasán a finales de 1966".
En 1962, para proteger a Daniel de la represión, para
alejarlo de sus amistades "subversivas" o por ambas razones a la vez,
los padres enviaron a su hijo mayor al Colegio Santa Cecilia de la orden
salesiana, en Santa Tecla, El Salvador.
En 1963 regresó a Nicaragua y, según La epopeya..., se
matriculó en el Instituto El Maestro, pequeño colegio privado del
profesor masatepino Héctor Rodolfo Flores, cerca del barrio San Antonio.
No se trataba de una escogencia libre: una disposición del Gobierno
prohibía la admisión de los hermanos Ortega en los colegios de
secundaria, ya que se les consideraba "agitadores". En efecto, Daniel
caía preso prácticamente todos los años.
Hasta entonces, aquella rebeldía no estaba ligada al Frente
Sandinista de Liberación Nacional, pero el acercamiento era inevitable.
Humberto Ortega lo describió así: "En 1962, Carlos Fonseca se interesa
en los jóvenes como nosotros, los del barrio San Antonio que nos
reuníamos en mi hogar. Entre otros, además de los hermanos Ortega
Saavedra, están Selim Shible, Edmundo Pérez, Julio Buitrago, Jacinto
Suárez, Francisco Moreno, Jorge Guerrero, Enrique Lorente, Jacinto Baca,
Carlos Guadamuz y Guillermo Mejía Cardenal. Nuestro grupo es
caracterizado por Rolando y Adrián Roque como muy impulsivo y vacilan en
reclutarnos. Carlos Fonseca insiste en aglutinar a los jóvenes que como
nosotros luchábamos de manera espontánea. De tal manera que a través de
Jorge Navarro y Adrián Roque, esta línea se ejecuta en 1963-1964 y
todos nosotros nos integramos al naciente FSLN".
A inicios de la década de los 60 tuvo lugar la incursión de
Daniel Ortega en el periodismo. Recomendado por su amigo de entonces,
Carlos Guadamuz –reportero de planta del radioperiódico La Verdad,
fundado en 1960 por Francisco Carranza Chamorro y Justo Castillo
Collado, que se transmitía por Radio Mundial– llegó un día a la emisora.
Joaquín Absalón Pastora, veterano del periodismo pinolero y, en el
momento de aquellos sucesos, codirector de La Verdad, narró la historia
de la siguiente manera: "Carranza le dio credencial de principiante.
(...) Se le mandó a cubrir una conferencia de prensa presidida por el
Ministro de Agricultura de Luis Somoza, que llevaba, creo, el apellido
Chamorro. Ya dentro del recinto oficial listo para preguntar, Ortega vio
que quien diseñaba la conferencia –el director de Relaciones Públicas–
había trabajado como torturador de la Oficina de Seguridad. Ahí mismo
aseveró que dicho funcionario, cuyo nombre quedó en el olvido, lo había
torturado. La exclusividad estaba en que había reconocido y denunciado a
su verdugo. Eso lo hizo notar públicamente al ministro, a quien
disgustó la imprudencia del ‘periodista’. Posteriormente llamó a
Carranza para quejarse. Ortega llegó diciéndole: ‘Traigo la mejor
noticia, descubrí que el secretario del Ministro es un guardia
torturador y se lo dije’. Paco le rompió el carné frente a su propio
rostro sin más explicaciones que la de decirle que ‘era un vago
comunista’".
Jacinto Suárez, amigo y correligionario de Daniel Ortega
desde los 60, recuerda que todavía estando en secundaria ambos
trabajaron como locutores en el noticiero Sucesos, de Radio Capital,
propiedad de Arturo Obregón, hasta que la Oficina Nacional de Radio y
Televisión, encargada de la censura, mandó a cerrar aquel programa.
No es fácil hacer la biografía de una persona que pasó años
en la clandestinidad: los registros son forzosamente incompletos, y
cuando hay poco tiempo para seguir las pistas, las cosas se complican
todavía más.Entonces, elaboré el sucesivo registro recurriendo a varias
fuentes –entre las cuales ocupa el lugar privilegiado La epopeya de la
insurrección, pues su autor, si bien no sabe narrar, es una persona muy
informada. En 1964 Daniel y otros jóvenes nicas viajaron a Guatemala
porque querían unirse a las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) de
aquel país, pero fueron hechos prisioneros, torturados y deportados a
Nicaragua. Entre carceleadas, Ortega se bachilleró en el Instituto
Maestro Gabriel y alrededor de 1965 ingresó a la Universidad
Centroamericana (UCA) de Managua para estudiar Derecho.
En febrero del 65, con motivo del aniversario de la muerte
de Sandino, el Frente organizó una intensa jornada de propaganda,
haciendo pintas y pegando papeletas con lemas sandinistas; durante estas
actividades, Daniel fue apresado por la Seguridad. Una vez en libertad,
ese mismo año fundó, junto con Óscar Turcios, el periódico El
Estudiante, órgano del Frente Estudiantil Revolucionario, y estuvo a
cargo de la organización de los Comités Cívicos Populares en los barrios
de Managua. En junio de 1966, viajó a Cuba al IV Congreso
Latinoamericano de Estudiantes. De acuerdo con las memorias de su
hermano Humberto, "a su regreso de la Isla, porta consigo las primeras
maletas de viaje con armas embutidas –carabinas M-1 y M-2". Aquel viaje
marcó un punto de no retorno, ya que implicaba pasar a la
"clandestinidad cerrada".
Cuando en 1967 Humberto volvió a ver a Daniel luego de la
venida de este último a Nicaragua, lo encontró transformado, porque ya
no llevaba los gruesos lentes que los Ortega usaban desde los 14 años
sino lentes de contacto, que en esos tiempos eran un objeto exótico...
En febrero fue estructurado el mando de la Resistencia Urbana; Daniel
Ortega se desempeñaba como el Responsable Militar. Acorde al testimonio
de Jacinto Suárez, Daniel es uno de los sobrevivientes de la gesta de
Pancasán, que tuvo lugar en agosto de 1967: "Actualmente están vivos muy
pocos: Tomás Borge; Daniel Ortega, quien subía y bajaba porque era
emisario entre la ciudad y la guerrilla y bajó un poco antes de los
combates; Leopoldo Rivas, que bajó junto con Daniel; Gladys Báez, que
bajó poco días antes de los enfrentamientos, porque tenía problemas de
salud...".En octubre del mismo año Ortega participó en el
ajusticiamiento del sargento Gonzalo Lacayo, uno de los torturadores más
connotados del régimen. En una entrevista concedida al periodista
inglés sir David Frost, el dos de mayo del 2009, Ortega recordó aquellos
sucesos: "Era el que me había torturado a mí, a otros compañeros, y a
centenares de nicaragüenses nos había torturado durante muchos años. Era
el especialista en torturas y el Frente tomó la decisión de
ejecutarlo... Fue un momento de mucha tensión. Recuerdo bien que cuando
nosotros sacamos las subametralladoras para disparar sobre él, él hizo
el intento de sacar también su arma, o sea, tuvo reflejo para sacar su
arma, pero lógicamente, el poder de fuego que teníamos nosotros era
mucho mayor y logramos ejecutarlo".
Daniel y Rosario eran vecinos, pues ambas familias vivían en
el barrio San Antonio, y se conocían de vista, pero ese era el único
vínculo. Su relación empezó mientras él estaba preso: "Fue a través de
La Prensa. En la cárcel, nos tenían aislados, estaba prohibido leer
periódicos, todo... Eso nos obligó a hacer muchas huelgas de hambre, una
duró hasta 45 días. Lográbamos meter el periódico a escondidas. A
distancia, fui conociendo a Rosario, porque ella escribía en La Prensa,
era poeta. A mí también me gusta escribir; entonces, hubo una afinidad,
yo le mandaba algunos poemas. Al salir de la cárcel e irme para Cuba,
perdimos contacto. En 1977, cuando estaba regresando a Nicaragua, pasé
por Venezuela. En Caracas hay un museo dedicado a Bolívar; yo iba
entrando y de repente me topé con Rosario que venía saliendo. Nunca
antes nos hemos encontrado, pero hubo como una intuición... Nos
identificamos inmediatamente, empezamos a conversar y de allí, seguimos
desarrollando la relación". De acuerdo con el propio Daniel Ortega, en
asuntos de amor él es "de pocas palabras" y "más bien de acción", y ha
enamorado a Rosario Murillo por medio de unas miradas ígneas. "Hay una
comunicación que es más importante, más fuerte y más profunda que la
comunicación de las palabras, que es la de los ojos. Te lleva a un
acercamiento, y las palabras llegan hasta después". Sobrada razón tenía
Allan Pease, cuando en su libro El lenguaje del cuerpo afirma: "Sólo
cuando dos personas se miran directamente a los ojos existe una base
real de comunicación".
ésa es la versión del encuentro referida por Rosario Murillo
en uno de sus artículos, fichado en mayo del 2004: "Enrique (Daniel) y
yo nos reencontramos, en Caracas, después de vidas con sueños en común, y
en soledades, luego de su salida de la cárcel. Sin que nadie nos
hubiese convocado –¿cita de la Providencia, del destino, de la mano, de
los designios de Dios?– el hado nos reuniría en la casa-museo de Simón
Bolívar, en el centro de la capital de Venezuela. Cada uno, escuchando
su propio llamado, caminaba buscando, entre las terrenales pertenencias
del libertador, quizá la llama, quizá las alas, quizá al Sandino mítico,
delineando su Plan para realizar el Supremo Sueño de Bolívar, quizá
sencillamente la sonrisa interior, que la inquietud y el nivel de
compromiso personal querría descubrir entre los enseres del Maestro"."La
voz del corazón nos juntó, sin preparativos ni advertencias, en una
ciudad inmensa, de millones y millones de habitantes, sin programa, sin
cita, sin cálculos, sin conocimiento, ni del uno, ni del otro, que nos
ignorábamos, entre ese hormiguero humano de la Venezuela de oro y
petrodólares, de los setenta"."(...) Pues bien, allí, entre el alboroto
de carros, voces y helicópteros que dirigían el tráfico, y entre
areperías, y humo de arepas, y cafeterías y jugueterías, y la insufrible
contaminación de la riqueza y la miseria juntas; de la abundancia y el
despilfarro, de la escasez y la miseria, vecinas y enemigas,
inseparables y absolutas... allí nos vimos, nos reconocimos, nos
sorprendimos, nos reunimos, nos quedamos... (...) minutos después,
conversábamos sobre nuestra obsesión y única hoja de ruta: Nicaragua, la
liberación...".La familiaDaniel Ortega suele explicar su afán por tener
una familia numerosa debido al "celibato" que vivió en prisión. "Es que
pasé en la cárcel exactamente siete años y un mes, sin sexo, sin ningún
tipo de relación. Y la clandestinidad y todo eso... Nunca tuve la
oportunidad de formar un hogar. En la guerrilla había tenido, en
condiciones muy difíciles, una relación con Leticia Herrera, tuvimos un
hijo (Camilo Daniel Ortega Herrera). Con Rosario, el triunfo de la
revolución creó las condiciones para que pudiésemos ya tener hijos,
tener un hogar".
Al momento de unir su vida con la de Daniel Ortega, Rosario
Murillo ya tenía dos hijos de su matrimonio con Jorge Narváez Parajón:
Zoilamérica –cuyo conflicto con Daniel Ortega, que duró de 1998 hasta
2008, es de sobra conocido– y Rafael. Luego ella se casó en segundas
nupcias con el periodista Anuar Hassan; el bebé de esta pareja fue una
de las víctimas mortales del terremoto de 1972.
Daniel y Rosario criaron en común siete hijos, entre
biológicos y adoptivos: Carlos Enrique, Daniel Edmundo, Juan Carlos,
Laureano, Maurice, Camila y Luciana. Pasatiempos y gustos Daniel Ortega
prefiere hablar de política y se muestra reservado a la hora de
referirse a sus gustos personales. No obstante, compartió algunos
detalles con el periodista ruso Ígor Varlámov, Director para México y
América Latina de la Agencia de Noticias de Rusia ITAR-TASS, en una
entrevista del 8 de septiembre del 2008.
Indicó que prácticamente no tiene tiempo libre: "Yo no me
canso de decir que éste es un trabajo revolucionario, no es un trabajo
de ocasión, sino que es permanente, de todo el tiempo, sin límite de
horario. De tal manera que aún cuando voy a la casa, a compartir un poco
con la familia, a almorzar, a cenar, depende del horario que lo
permita; generalmente es la cena la que nos reúne un rato... Allí,
inmediatamente viene la plática girando alrededor de los problemas
económicos y sociales del país, es decir, el tema siempre está en la
agenda, aunque en ocasiones, hablamos un poco de cultura, de cine, pero
la discusión siempre está centrada en la problemática nacional y la
mundial. No podemos abstraernos de esa realidad".
"Uno busca cómo descansar un poco, indiscutiblemente, pero
no es fácil encontrar el tiempo para descansar. Incluso, cuando en
ocasiones me he ido a visitar una playa, de repente me encuentro con una
cantidad de pobladores planteándome problemas, demandas, entonces la
visita al mar, la visita a la playa, se convierte en una sesión de
trabajo".
Después de haber sufrido en 1994 un infarto silencioso
–cuyas secuelas fueron descubiertas un tiempo después por los médicos
cubanos durante un chequeo– tuvo que cambiar sus hábitos de trabajo,
dormir más y cuidarse más.
«Será el mejor gobierno de la historia»
"Nos preparamos al detalle para la juramentación (...) para
que sea una de las mejores (administraciones) de nuestra historia
democrática", dijo el lunes la coordinadora del Consejo de Comunicación y
Ciudadanía, Rosario Murillo.
Precisó que Ortega tomará posesión de su segundo mandato
consecutivo y tercero de su vida en la "histórica Plaza de la
Revolución", en el antiguo centro de Managua, en presencia de unas 8.000
personas y donde los sandinistas celebraron el 19 de julio de 1979 el
derrocamiento de la dinastía de los Somoza.
"Estamos preparándonos para un día grande en nuestras vidas,
un día en el que abrimos otro capítulo en esta historia de democracia
plena, de libertad, de unidad, de igualdad, fraternidad y cariño",
remarcó.
Murillo confirmó que por Centroamérica participarán en los
actos de investidura de Ortega los presidentes Mauricio Funes (El
Salvador), Álvaro Colom (Guatemala), Porfirio Lobo (Honduras) y Ricardo
Martinelli (Panamá). Otto Pérez Molina, presidente electo de Guatemala y
quien tomará posesión del cargo el sábado, también asistirá a los actos
de investidura de Ortega.
El líder sandinista también estará acompañado por sus
homólogos Hugo Chávez (Venezuela), Mahmud Ahmadineyad (Irán), Desiré
Delano Bouterse (Surinam) y Michel Martelly (Haití), y el príncipe de
Asturias, Felipe de Borbón, heredero de la Corona española, con quien
Ortega mantuvo la mañana del martes una "reunión de trabajo".
También se encuentran en Managua el primer ministro de Aruba, Michael Godfried Eman, y el de Curacao, Guerrit Francisco Schotte.
Al acto oficial que se celebrará en Managua también
asistirán los vicepresidentes Álvaro García (Bolivia), Ramiro Valdéz
(Cuba), Marisol Espinoza Cruz (Perú) y Rafael Albuquerque (República
Dominicana). Por México asistirá la primera dama, Margarita Zavala.
El acto de investidura de Ortega contará con delegaciones de
Australia, Belice, Bielorrusia, Camboya, Canadá, Colombia, Costa Rica,
Chile, Chipre, Ecuador, Ghana, Japón, Paraguay, República Árabe Saharaui
Democrática, Tailandia, Taiwán y Uruguay, señaló.
Ortega y el general retirado Omar Hallesvens fueron
acreditados el lunes por el Consejo Supremo Electoral (CSE) como
presidente y vicepresidente elegidos, respectivamente, y mañana jurarán
sus cargos en un acto público.
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