Amy Goodman
Democracy Now!
Traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español |
Los pocos miembros
de la prensa que logramos atravesar las barreras policiales fuimos enviados al
área asignada a los periodistas, al otro lado de la calle frente al Zuccotti
Park. Cuando nuestras cámaras comenzaron a grabar, estacionaron dos autobuses
delante para impedirnos ver lo que sucedía del otro lado. Mis compañeros y yo
logramos pasar entre los autobuses e ingresar al parque tras atravesar una
montaña de carpas desarmadas, toldos y sobres de dormir. La policía casi logra
impedir que los medios vean la destrucción.
Entre una pila de
cosas amontonadas vimos una biblioteca destrozada. Ya dentro del parque encontré
un libro en el suelo. Tenía inscripta la sigla “OWSL” de Occupy Wall Street
Library, también conocida como la Biblioteca del Pueblo, una de las principales
instituciones que había surgido de la dinámica democrática del movimiento. Según
los últimos datos de los que se tenía registro, la biblioteca contaba con un
total de 5.000 libros recibidos a través de donaciones. El que encontré entre
los escombros de la democracia que estaba siendo arrojada a la basura fue “Nueva
visita a un mundo feliz”, de Aldous Huxley.
A medida que
avanzaba la noche aumentaba la ironía de haber hallado el libro de Huxley. Lo
escribió en 1958, casi 30 años después de su famosa novela distópica “Un mundo
feliz”. La obra original describía una sociedad del futuro donde la gente estaba
estratificada entre pudientes y desposeídos. A los habitantes del “mundo feliz”
se les proporcionaba placer, distracción, publicidad y drogas intoxicantes para
volverlos complacientes: un mundo de perfecto consumismo donde las clases bajas
hacían todo el trabajo para la élite.
“Nueva visita a un
mundo feliz” fue el ensayo de Huxley en respuesta a la velocidad en que observó
que la sociedad moderna se dirigía hacia ese futuro desolador. Haberme topado
con ese libro no podía ser más pertinente: el campamento, que había sido
motivado en gran medida por la oposición a la supremacía del comercio y la
globalización, estaba siendo destruido.
Huxley escribió en
su libro: “La Gran Empresa, hecha posible por el avance de la tecnología y la
consiguiente ruina de la Pequeña Empresa, suele ser gobernada por el Estado, es
decir, por un reducido grupo de jefes de partido y los soldados, policías y
funcionarios públicos que cumplen sus órdenes. Una democracia capitalista, como
la de los Estados Unidos, suele ser gobernada por lo que el profesor C. Wright
Mills ha llamado la Élite del Poder”. Y continúa: “Esta Élite del Poder procura
directamente ocupación en sus fábricas, oficinas y comercios a varios millones
de los trabajadores del país, domina a muchos millones más prestándoles dinero
para la compra de lo que ella produce y, como dueña de los medios de
comunicación en masa, influye en el pensar, el sentir y el obrar de virtualmente
todo el mundo”.
Uno de los
trabajadores voluntarios de la Biblioteca del Pueblo, Stephen Boyer, estaba allí
cuando allanaron el parque. Tras evitar ser arrestado y brindar primeros
auxilios a sus compañeros, escribió: “Destruyeron todo lo que trajimos al
parque. Nuestra hermosa biblioteca fue destruida. Nuestra colección de 5.000
libros desapareció. Nuestra carpa, que fue una donación, también fue destruida
al igual que todo el esfuerzo que hicimos para levantarla”.
Poco después, la
oficina del alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, publicó una foto de una
mesa con algunos libros y afirmó que los libros fueron bien conservados.
Mientras tanto, la Biblioteca del Pueblo escribía el siguiente mensaje en
tweeter: “Estamos contentos de ver que algunos libros están en buen estado.
Ahora bien, ¿dónde están el resto de los libros y nuestra carpa y nuestras
cajas?”. La carpa había sido donada a la biblioteca por la ganadora del Premio
Nacional del Libro y leyenda del rock Patti Smith.
Muchos otros sitios
de protesta del movimiento Occupy en otras ciudades fueron allanados
recientemente. La alcaldesa de Oakland, Jean Quan, confesó a la BBC que había
participado en una conferencia telefónica junto a los alcaldes de otras 18
ciudades para hablar de la situación. Otro informe de prensa observó que el FBI
y el Departamento de Seguridad Nacional habían asesorado a las autoridades de
las ciudades.
Un juez del estado
de Nueva York falló el martes a favor del desalojo y dictaminó que los
manifestantes no pueden regresar al Parque Zuccotti ni con sus sobres de dormir
ni con sus carpas. Tras el fallo, un abogado constitucionalista me envió un
mensaje de texto que decía: “Solo recuerda: el movimiento está en las calles.
Los tribunales siempre son el último recurso”. O como canta Patti Smith: “El
pueblo tiene el poder”.
Denis Moynihan
colaboró en la producción periodística de esta columna.
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