Muammar Gaddafi de visita en Italia, fue recibido
por el Presidente del Consejo de Ministros, Silvio Berlusconi. La
curiosidad era que portaba en su pecho una foto en blanco y negro, que
llamó la atención. Inmediatamente fue calificado este gesto como una
provocación, porque recordaba los momentos más crueles de la ocupación
italiana de su país, Libia. Tampoco pasó desapercibido el lento, pero
muy lento descenso del avión, mientras Berlusconi esperaba. Otro
detalle fue que Muammar Gaddafi se hizo acompañar de un anciano, que
vestía su ropaje tradicional, a quien atendía con particular deferencia:
se trataba de Mohammad al Mukhtar, ya octogenario, quien permaneció
junto a él durante el saludo a las autoridades italianas que esperaban
su llegada en el aeropuerto militar de Ciampino, al sur de Roma. El
anciano es una persona que goza de particular afecto en Libia, pues es
hijo de un héroe nacional que combatió a los italianos mientras ocupaban
Libia.
El héroe en referencia es Omar al Mukhtar (1862-1931) a quien llamaban
“El león del desierto”, y fue el líder de la resistencia del pueblo
libio contra el invasor. La foto muestra el momento en que fue
arrestando y encadenado por los italianos, el 11 de septiembre de 1.931 y
condenado a muerte dos días más tarde por orden del "Duce", Benito
Mussolini, quien había enviado a los jueces una carta en la que les
animaba a una "ineludible condena" del patriota: fue ahorcado al día
siguiente.
Aunque poco conocido del gran público, las hazañas de Omar al Mukhtar
han tenido amplia repercusión y dieron origen a una película titulada
“El León del Desierto” (1991), dirigida por Moustapha Akkad. Sin ser
realmente una obra maestra del cine, la película logra su objetivo, que
es el de transmitir las desgracias que trae la ocupación de un país por
una potencia extranjera. Además de la bella historia que cuenta, “El
León del Desierto” fue protagonizada por el extraordinario actor
Anthony Quinn. Otro detalle importante es que el héroe de la película
realmente existió, no fue una invención de Hollywood.
La historia del colonialismo italiano en Libia, en comparación con otras
potencias europeas en África, fue breve, pero no menos sangrienta y
comienza con el arribo en octubre de 1911, de un acorazado italiano a
las costas de la ciudad de Trípoli, con la intención de quedarse. Los
italianos hicieron un llamado a los militares turcos, que entonces
ocupaban a Libia, de entregar la ciudad, o esta sería destruida. Los
turcos abandonaron la ciudad, pero los italianos atacaron de todos
modos, bombardeándola sin clemencia durante tres días. Este hecho marca
el comienzo de una serie de acciones entre los ocupantes italianos y los
“muyajedines”, que es la palabra árabe para designar a los luchadores
por la libertad. En 1912, en la ciudad de Barga, Omar al Mukhtar
organizaba el movimiento y se propusieron las estrategias para dar luz a
la resistencia contra el invasor. Omar al Mukhtar era maestro de
escuela, un educador y como tal también fue un maestro estratega de las
tácticas de guerrilla en el desierto, pues conocía muy bien a su país y
estaba consciente que los italianos no estaban acostumbrados a la
geografía que tenían por delante.
Comenzando con pocos hombres Omar al Mukhtar llegó a constituir pequeños
grupos móviles de combate, que dieron excelentes resultados y notable
éxito en los enfrentamientos con los italianos, a cuyas tropas atacó,
les hizo emboscadas, cortó las líneas de suministro y de comunicaciones,
dejándolos avergonzados ante la decisión y el coraje de pocos
combatientes. Omar al Mukhtar era un discípulo de los senusis, quienes
habían constituido una orden secreta de ascetas islámicos y para su
época ya habían perfeccionado una variante del Islam que tuvo mucha
repercusión en ese país, sobretodo en el Este, donde ejercían una
especie de apostolado ofreciendo acceso a escuelas, a pozos de agua,
etc.. Mukhtar acosó a las fuerzas italianas con su pequeña banda de
guerrilleros, pero finalmente fue capturado y ahorcado.
Hay una lección que nos deja la vida y la muerte de Omar al Mukhtar:
sólo fue vencido cuando el enemigo penetró e infiltró las redes de
combatientes.
http://www.aporrea.org/tiburon/a79735.html
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