Asesinado
campesino de la cooperativa Lempira
Carlos Humberto Rosa Martínez fue asesinado
alrededor de las 7:30 de la mañana de hoy. Joven de 24 años, que deja un hijo
de 4, era miembro de la cooperativa Lempira afiliada al Movimiento Campesino
del Aguán (MUCA), cercana a la aldea Cayo Campo, margen derecha del río
Aguán.
Sus familiares informaron que su cuerpo presentaba 7
impactos de bala y responsabilizan del hecho a guardias de seguridad de
Miguel Facussé.
“Nos siguen matando” nos dijo una hermana del ahora
occiso. En efecto, la región del Bajo Aguán sigue siendo un escenario de terror.
Se cuentan 40 campesinos asesinados en lo que va del 2010 a la fecha, todos miembros
de organizaciones que reivindican tierras para poder vivir con dignidad. El
conflicto agrario no resuelto sigue siendo la razón de la pérdida de vidas y
otras violaciones a los derechos humanos.
El régimen no muestra voluntad para encontrar soluciones
duraderas a la problemática agraria, no protege a la indefensa población del
Bajo Aguán y no intenta siguiera impartir justicia ante tantos hechos
violatorios a los derechos humanos.
Se firmó un convenio entre Miguel Facussé y los campesinos
de MUCA, avalado por el régimen a mediados de junio del 2011, que eliminó al
que establecía el compromiso de entregar 11 mil hectáreas acordado el 13 de
abril del 2010 y firmado el 17 de abril del mismo año.
Tampoco se resuelve totalmente la demanda del
Movimiento Auténtico Reivindicador Campesino del Aguán (MARCA) y del
Movimiento Campesino del Aguán (MCA) que ha quedado sin respuesta del
Instituto Nacional Agrario (INA) sobre las tierras de tumbador; y otros que
no por ser menos visibilizados por la prensa son de menor importancia, como
es el caso de Lis Lis, Movimiento Campesino de Rigores y de Orica, Empresa Asociativa
de Campesinos de Isletas.
Por otro lado, la presencia de militares y policías
integrados al operativo Xatruch II no ha llevado beneficio alguno a la región
del Aguán porque en principio sus comandantes parten de un diagnóstico totalmente
desacertado sobre la situación del valle, de ahí que no proteja a la población
sino que se movilice aparentemente con el propósito de buscar y apresar guerrilleros
y, aún cuando no han mostrado pruebas de tal extremo, el régimen ha aprobado un
aumento en el número de sus efectivos.
Sigue la impunidad y con ella la indefensión de los pobladores
del Bajo Aguán. La respuesta del régimen se limita a crear instituciones
aparentemente para la defensa de los derechos humanos y a promoverlas con eventos
publicitarios sin que muestren algún resultado positivo.
De nuevo pedimos la solidaridad nacional e
internacional que busque presionar al régimen para que cese la violación de derechos
humanos en el Bajo Aguán.
Tegucigalpa MDC, 02 de octubre de 2011
Secretario Ejecutivo
FIAN Honduras
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