EU se disculpa por ensayar con sífilis en Guatemala en 1946
Estados Unidos pidió ayer oficialmente disculpas al pueblo de Guatemala por las “prácticas abominables” y los experimentos encubiertos con enfermedades de transmisión sexual que realizaron hace más de medio siglo sus funcionarios del Servicio de Salud Pública entre prisioneros y enfermos mentales de esa nación centroamericana ABUSOS. El portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, habla de los experimentos con guatemaltecos (Foto: MICHAEL REYNOLDSEFE )
Sábado 02 de octubre de 2010J. Jaime Hernández Corresponsal | El Universal
WASHINGTON.— Estados Unidos pidió ayer oficialmente disculpas al pueblo de Guatemala por las “prácticas abominables” y los experimentos encubiertos con enfermedades de transmisión sexual que realizaron hace más de medio siglo sus funcionarios del Servicio de Salud Pública entre prisioneros y enfermos mentales de esa nación centroamericana. “Lamentamos profundamente que esto haya sucedido y ofrecemos nuestras disculpas a todas las personas que resultaron afectadas por esas abominables prácticas de investigación”, aseguraron en un comunicado conjunto las secretarias de Estado y de Salud, Hillary Clinton y Kathleen Sebelius, respectivamente.
Las disculpas que Estados Unidos ha tardado 64 años en hacer oficiales, están relacionadas con uno de los capítulos más sombríos en el mundo de la investigación científica, con prácticas que algunos han comparado con los experimentos nazis de la segunda guerra mundial.
“La conducta demostrada durante el estudio no representa los valores de Estados Unidos ni nuestro compromiso con la dignidad humana y el gran respeto hacia el pueblo de Guatemala. El estudio es un triste recordatorio de que las garantías adecuadas para la investigación en seres humanos no existían hace medio siglo”, aseguraron en su nota de disculpa Clinton y Sebelius. El motivo de la disculpa, un inusual acto de contrición de Washington frente a una de las más humildes naciones del hemisferio, está relacionado con el escándalo de un experimento seudomédico denunciado por la investigadora Susan M. Reberby en enero de este mismo año.
Más de 600 contagiados
El caso, que se remonta a los años 1946-1948, involucra a médicos investigadores del Servicio de Salud Pública que actuaron en connivencia con los responsables de centros penitenciarios y de instituciones para enfermos mentales para inocular e infectar con sífilis y gonorrea a más de 600 personas en Guatemala, una nación elegida para poder actuar al margen de imperativos éticos y legales.
En algunos casos, particularmente en las cárceles, se utilizaron como vectores o agentes de la infección de la gonorrea y la sífilis a prostitutas.
El objetivo era descubrir si su posterior tratamiento con penicilina les garantizaba su recuperación. Un proceso que, según denunció la investigadora, no siempre se desarrolló con el esmero y la diligencia debida ya que muchos de los enfermos “no recibieron el tratamiento adecuado”.
“El estudio de inoculación de enfermedades de transmisión sexual que se llevó a cabo de 1946 a 1948 en Guatemala claramente fue antiético. Aunque estos sucesos ocurrieron hace más de 64 años, estamos indignados de que tal investigación reprochable haya ocurrido bajo el pretexto de la salud pública”, aseguraron Clinton y Sebelius, quienes se comprometerse a realizar una investigación a fondo de lo sucedido hace más de medio siglo.
Según confirmó el subsecretario de Estado para el Hemisferio, Arturo Valenzuela, Hillary Clinton telefoneó la noche del jueves al presidente de Guatemala, Álvaro Colom, para disculparse por un incidente que había permanecido empolvado entre los archivos del Servicio de Salud Pública hasta que Reberby lo sacó a la luz para convertirlo en motivo de escándalo y de una disculpa que, si bien fue emotiva, se produce tardíamente.
El gobierno de Guatemala aceptó la disculpa de la Casa Blanca, pero pidió una investigación de los hechos. El portavoz de la Presidencia guatemalteca, Ronaldo Robles, dijo que el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, se comunicó telefónicamente con su homólogo guatemalteco, Álvaro Colom, para pedir una “profunda disculpa” al pueblo de este país centroamericano. Colom calificó esos actos de “espeluznantes” y de “crímenes de lesa humanidad”. Dijo que, además, hasta donde sabe, hubo muertos.
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