Por: Rodolfo Pastor Fasquelle
Nuestro
predicamento es más profundo de lo que parece a primera vista y más
difícil de superar. Hoy un aparato de justicia imperial desmemoriado ha
dejado en descubierto a la organización criminal que nos desgobierna
desde el 2009. Los gobiernos sucesores del golpe y especialmente el de
JOH ha pretendido reducir el crimen estadísticamente, llevándose de
encuentro -entre las extremidades- al estado de derecho que ahora
quieren invocar como inmunidad, y militarizando al país al punto que las
fuerzas policiales disparan sin control sobre manifestantes desarmados.
Ayer alardeaba JOH de haber desarticulado cinco carteles y haber
combatido la corrupción como nunca antes. Sin explicar cómo fue que
quedó a salvo la organización criminal del propio Hernández Alvarado, su
socio, ni porque la corrupción ha alcanzado niveles o dimensiones de
sistema que nunca tuviera antes.
Del
mismo modo los EUA pretende que nos está liberando del narcotráfico,
pidiendo en extradición a políticos empresarios, policías y militares
mencionados en esa gran industria. Sin levantar un dedo para combatir el
mal en su raíz que es el consumo alienado ni tocar a otros protegidos.
Omitiendo el origen histórico del mal aquí y el hecho de que el régimen
actual se ha sostenido únicamente gracias a su bendición y patrocinio.
No
debe olvidarse la historia del origen. Aquí el tráfico de narcóticos
para el ávido y afluente mercado estadounidense tuvo sus primeros
devaneos con empresarios y militares quienes también encendieron la
violencia en los 1970s. Pero en Honduras, como Industria mayor el
contrabando de drogas y armas se irguió en rubro determinante de la
economía y la política cuando, en medio de la crisis de los 1980s, lo
introdujeron la CIA y las FFAA estadounidenses para financiar la guerra
ilegal de la Contrarrevolución, bajo mando directo del Teniente Oliver
North desde un despacho de la Casa Blanca del Sr. Ronald Reagan. La
corrupción es polvo de aquellos lodos. La denuncia les sirvió siempre
para aceitar su maquinaria de control. Y Juan O Hernández ha sido en
forma ilegal dos veces presidente porque otras tantas la Embajada de esa
potencia hegemónica certificó sus triunfos contra toda evidencia de
fraude y trampa.
A fines
de los 1990s, la mafia (los nuevos carteles locales conectados con los
mexicanos y colombianos) que se enseñoreó de Honduras se apoderó también
del sistema político y, por esa vía, de las estructuras estatales del
país y proliferó la corrupción que era su forma de operar, junto con la
violencia extrema. Su síntoma y su flor del mal. Y el sistema operativo
del estado.
Aunque
se hizo un intento por oponérsele –por la única posible vía, de la
democratización y la ciudadanización– ese cáncer permeó el sistema. Y
luego del violento golpe de estado y la represión de 2009, apoyados por
los estadounidenses, quienes saben y han publicado las estadísticas que
lo demuestran, el crimen organizado tomó el poder, según su retórica en
aras de defender la democracia y la constitución, y se disparó en forma
exponencial el contrabando de narcóticos amparado desde ese poder.
Mientras que por primera vez en la historia de nuestro país las FFAA
dispararon bala viva contra los ciudadanos desarmados que protestaban el
fraude y la corrupción. Con la venia de quien los arma y entrena. Que
una y otra vez allá en Washington y en Viera hasta hace apenas un par de
meses se elogiaba al tirano. Le mandaban dar premios internacionales,
se glosaba y se pasaba por alto el abuso contra derechos, como ahora se
hace con el saudita.
Pero
ninguna exigencia se quiso hacer a la exigencia de legalidad, y nada
avanzaron en la construcción de la paz, como demuestran las caravanas de
miserables y la fuga masiva de la clase media que huyen del país y
deben enfrentarse a la nueva política de bala de goma de Trump. Y los
EUA no solo tampoco son los salvadores como se pretende. Ni mucho menos
quienes tienen y dicen la verdad, si no que son los consumidores del
veneno, los originales pervertidores de las instituciones y los
consentidores del crimen.
Fueron los primeros en mentir y se han seguido
mintiendo a sí mismos hasta ayer. Mientras que JOH se regodeaba bajo su
protección hasta que los medios que no han podido con Trump lo pusieron
a él en evidencia y tuvo miedo. De modo que Honduras hoy vive en vilo y
a la sombra de una indecisión, entre un gobierno que se terminó y otro
tartamudo que no alcanza a decir su nombre porque igual tiene miedo.
Muchos
amigos entienden la coyuntura, pero no saben cómo dar el siguiente paso.
Mataron al tigre y le tienen miedo al pueblo. El Padre Ismael Moreno, a
quien también considero amigo igual que otros compañeros en la
Coalición, pide que el Congreso tome las riendas como manda la ley rota.
Y que llamen a elecciones en tres meses. Sin tomar en cuenta eso, ni
que El Congreso es la expresión prístina de la clase política putrefacta
que tan injustamente nos atraído a este predicamento, tanto así que hay
docenas de congresistas acusados por los casos de Pandora II y de
varios partidos, que Mauricio Oliva quien lo preside es el cabecilla de
otra organización y que están pendientes de ejecución otra media docena
de ordenes de captura y peticiones de extradición que la judicatura
igual de oficialista, la fiscalía personal de JOH y la policía nacional,
bajo mando imputado, no saben cómo manejar.
No se les está pidiendo
permiso, Por favor.
El
manifiesto de LIBRE hoy posesionándose ante la crisis lo dice con toda
la claridad de un viejo lema. Solo el pueblo salva al pueblo, salva.
Estamos en este terrible dilema no por causa del pueblo, si no por
agencia de todos los que le temen y desconfían del pueblo. Para
liberarse de estas lacras, el pueblo de Honduras debe reasumir su
soberanía. Para ese fin -en LIBRE y así debería ser con todos los
opositores genuinos- estamos obligados a la insurrección hasta derrocar
la dictadura y a la genuina depuración de la clase gobernante. Hasta
comenzar la construcción de un nuevo orden legal genuino, legitimo,
consensuado, libre. Un pacto social de verdad que nos enmarque en
nuestras propias leyes justas y eficientes para alcanzar un desarrollo
pacífico y compartido sobre la base de los recursos propios. Bienvenidos
quienes nos quieran acompañar en esa tarea que es de todos adentro y
afuera. Incluso los EUA. Y los demás cooperantes internacionales si
están arrepentidos.
https://criterio.hn/2018/11/29/honduras-en-vilo-historia-verdadera-y-dilema-de-actualidad/
- El Tránsito de Poderes en Honduras
- Con un gancho al hígado, hieren de muerte al dictador
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