martes, 24 de enero de 2012

Congreso hondureño esconde al pueblo conocer discusión legislativa sobre seguridad nacional

Ellos  son,allí están,los que siempre  al pueblo TRAICIONARÁN!

“La causa
de la libertad

se convierte
en una burla

si el precio a pagar

es la destrucción

de quienes deberían disfrutarla”.

Mahatma Gandhi


Incógnito el poderoso consejero estadounidense en seguridad para la presidencia
Se avizoran graves riesgos de mayor criminalización de la lucha social



Tegucigalpa, MDC, 20 de enero de 2012. El Congreso Nacional  decidió, ayer,  no grabar la sesión, ni dejar registro electrónico, de la aprobación de la reforma al artículo constitucional 102, que permitirá la extradición de los hondureños solicitados por Estados Unidos por crímenes de narcotráfico y terrorismo. 

La extradición reasentaría uno de los muchos compromisos en seguridad que vienen acordando Honduras y Estados Unidos, a través de las estrategias regionales de seguridad para Centro América y México basadas en el Plan Colombia, y manejadas en una secretividad casi absoluta.

Si bien los congresistas emitieron  un comunicado sobre el asunto,  no es comprensible  a qué en realidad le temen los diputados para evitar que la población conozca las posiciones y los votos de cada uno de los representantes de los partidos en esa cámara legislativa, relacionados a los acuerdos de seguridad con la potencia mundial de la Unión del Norte.

Aunque los diputados alegan que, de ese modo, en un supuesto anonimato, se protegen de represalias del crimen organizado, es prácticamente imposible que estos  no lleguen a saber que el Congreso ha aprobado tales  medidas, por aclamación o por una mayoría de los partidos políticos representados, según ellos mismos han aplaudido en casi todas las resoluciones de ese tipo. 

Por lo que cabe suponer que todos serían objeto del desquite y ninguno podría escapar  a la venganza de cualquier organización criminal, si fuera ese el caso  en que se basan los alegatos  para pretender argumentar que el Congreso prive al pueblo del derecho a informarse. 

Además, cabe considerar que ha sido denunciada la existencia de diputados vinculados al narcotráfico y, de ser así, esos mantienen bien informados, sin duda, a sus narcogrupos aliados.  Incluso de acontecimientos que nosotros desconocemos.

Y ocultar la sesión  pretendería, en vez,  tirar un velo sobre cuál es el verdadero papel de cada diputado en todas estas acciones y protegerse más bien del escrutinio crítico, a fin de resguardar falsas imágenes políticas, engañosamente limpias, que  contribuyan a sembrar dudas en la ciudadanía.

De tal manera, las sesiones del Congreso a puerta cerrada no tienen ningún propósito más que socavar el derecho de información al pueblo. Pues los informantes están adentro.  Y uno de los temores  predominantes entre ellos es, justamente, que alguno de los mismos sea extraditable a EEUU. 

La justificación alegada no tiene  lógica, y crea suspicacias sobre la realidad de lo que esconden a la población al deliberar, principalmente en un Congreso que se jacta de transparente.

Sobre todo si se considera que  lo trascendental de la medida acordada, la extradición, ha sido utilizado para opacar la censura a la que la ciudadanía se va acostumbrando, al punto de ver normal y pasar inadvertida la privación de la verdad.

Lo que sí está claro, es que la sesión cameral fue provocada, como una especie de demanda urgente, al día siguiente de regresar del viaje  a los Estados Unidos  que hicieran, a hurtadillas, el gobernante, Porfirio Lobo, y el presidente del legislativo, Juan Orlando Hernández.

Tampoco sorprende, puesto que toda la Estrategia Regional Centromericana de Seguridad es dirigida por lineamientos estadunindenses y colombianos, ya evaluados, según un informe del Grupo del Senado de los Estados Unidos para el Control Internacional de Estupefacientes. 

Las reformas incluyen  leyes de privación de dominio de bienes procedentes de narcotráfico, de judialización de escuchas telefónicas, entre otras. La ley de extradición, fue abiertamente alentada por la embajadora estadunidense en Tegucigalpa, Lisa Kubeski, durante una visita del jefe del Comando Sur, Douglas Fraser, en noviembre de 2011.

El incógnito asesor “especialísimo” habría sido embajador estadunidense  en Nicaragua

El miércoles 18 de enero, había sido anunciado, por voceros oficiales, que un expertísimo sería puesto en calidad de asesor en Seguridad,  para el acompañamiento por parte de los Estados Unidos al gobernante, Porfirio Lobo. 

Sin embargo, el actual secretario de Seguridad, Pompeyo Bonilla, desvendó, este jueves, que la persona que trabajará directamente con el gobernante Lobo Sosa, es un exembajador de EEUU en Nicaragua, quien sería, además, especialista en materia de seguridad.

Bonilla indicó, en una especie de acertijo, y al menos pareciendo desconocer el nombre del consejero  que se le ha asignado a Porfirio Lobo, además de haber sido embajador de EEUU en Nicaragua, habría estado, asimismo, en dos o tres países de América del Sur.

Como también, que el asesor esperado ha estado “íntimamente ligado a las agencias de seguridad en Estados Unidos”.

Una batería de candidatos expertísimos, anticipa preocupantes medidas de criminalización contra la lucha social 

Al  separar de su gabinete al exministro de Seguridad, Óscar Álvarez, el año pasado, Lobo decidió, según lo hizo público, que  se encargaría él mismo de manejar  personalmente los asuntos de seguridad nacional. 

Y para ello creó un Consejo Nacional de Defensa y Seguridad,  también responsable  directamente de la unidad de inteligencia en comunicación y de escuchas telefónicas, y de una oficina que supervisaría la investigación nacional.

La decisión, evoca la concentración de poder presidencial instaurada por el expresidente colombiano, Álvaro  Uribe,  creador de una nefasta agencia de inteligencia que él manejaba directamente, el DAS. Que por su vez, hace recordar la oficina de seguridad interior establecida por George W, Bush,  con extralimitados poderes presidenciales, bajo la excusa de los actos terroristas del S-11.

Y ha sido dicho  que uno de los motivos para el despido de Álvarez fue el comportamiento desautorizado del exministro que lo llevó a hacer acuerdos con Estados Unidos, sin que lo supiera el propio Lobo.  Probablemente en su intención de politizar las acciones de seguridad y granjearse la simpatía popular concretizada en votos para su candidatura pre presidencial. Pero que, amenazaba con opacar el protagonismo de Lobo en el parapeto de las reformas legales en seguridad. 

Por primera vez un gobernante hondureño tendrá -al menos no oculto- en la casa de gobierno, o en la embajada de los Estados Unidos, un asesor estadunidense de tan alto calibre. 

Es predecible que el asesor no será tan solo un consultivo en seguridad, sino que se trata de alguien que ha dirigido, en directo, desde alguna de las poderosas embajadas estadunidenses las políticas del gobierno mismo de los EEUU  en países latinoamericanos, y en épocas claves para esa potencia.

Razón  que hace suponer que la función que tendrá la nueva figura, extrapolaría  la de un mero asesor para convertirse en una especie de ministro [extranjero] sin cartera ¿en seguridad?  Pues será  desde ese cargo  que se tomen las decisiones puntuales, o sus indicaciones serán seguidas al pie de la letra, según la guía estadunidense.

¿Sería Callaham, sería Powers…? 

Al desvelar el actual ministro de Seguridad, Pompeyo Bonilla, que en realidad más que de un “experto”, se trata más bien de un diplomático estadunidense, indica que este podría ser entonces cualquiera de los más recientes exembajadores  de EEUU en Nicaragua, que además cumplen los otros requisitos aludidos por el funcionario.

Según las pistas proporcionadas en el acertijo de Bonilla, podría suponerse que los candidatos estarían entre los diplomáticos que han sido embajadores en Nicaragua más recientemente: Robert J. Callahan, Arthur Trivelli y Phyllis Powers, aunque esta ha sido recién nombrada y, de hecho no ha concretado su traslado al país centroamericano, su destino y sus planes podrían cambiar de giro.

Robert J. Callahan,  hombre de la CIA

Callahan,  fue  juramentado en el cargo de la diplomacia nicaragüense en julio del 2008 y concluyó su misión el 19 de julio de 2011. Quedando interinamente en la sede diplomática estadunidense, el encargado de negocios, Robert Downes. 

Aunque más allá de un especialista en seguridad, Callahan es uno de los recientes exembajadores  en Nicaragua  vinculados a asuntos de inteligencia.  Considerado como hombre de la CIA, es un experto en Operaciones Psicológicas. 

Enseñó Estudios Estratégicos en el Colegio Nacional de Guerra, en Washington, designado por el Departamento de Estado, cuando regresó a los EEUU en el 2002.  En 1989 fue nombrado como Consejero de Asuntos Públicos en La Paz, Bolivia. 

Callahan, un calificado miembro republicano de línea dura, como agregado de prensa de la embajada de Estados Unidos en Honduras fue vocero y redactor de los discursos del embajador, John Dimitri Negroponte, desde donde apoyó  la contrarrevolución nicaragüense en la década de los ochenta.  Y estuvo también en Irak.

Cuando Negroponte fungió como Director Nacional de Inteligencia, colocó a Callahan como su director de asuntos públicos. Además, actuó como Agregado Cultural en Costa Rica, también en los años ochenta.

Al destinarse a Callahan como embajador en Nicaragua, apenas dos meses antes de las elecciones municipales que podrían o no respaldar al gobierno de Daniel Ortega, el general retirado y entonces diputado suplente, Hugo Torres, analizó que un embajador con el perfil de Callahan, llegaba con la misión política de fortalecer a los liberales, oposición de la derecha al sandinismo.

Más todavía, Torres, también integrante del Movimiento Renovador Sandinista (MRS), definió en ese momento que los antecedentes de Callaham, dicen de “…el valor que se le da como funcionario para estar en lugares delicados en términos políticos, militares y de inteligencia”.[1]

El ex embajador de Estados Unidos en Nicaragua, Robert Callahan, llamó  "farsa" electoral,  a la victoria del presidente Daniel Ortega, quien fuera  reelecto con el 62.4 por ciento de los votos en las elecciones en noviembre de 2011, según el dato oficial.

Ante las críticas de Estados Unidos a la reelección de Ortega, se discutió si estos debía suspender relaciones con Nicaragua, y la llegada de la diplomática designada no se ha concretado aun.

Entonces Callaham  opinó que Estados Unidos debe mantener su presencia en Nicaragua,  pero debe "continuar impulsando abiertamente el buen gobierno [como Estados Unidos indica], de cualquier manera apropiada y con todo el mundo, incluyendo a jóvenes sandinistas".[2]

No obstante, advirtió  que  si el gobierno de Ortega se vuelve "aún más autoritario, debemos prepararnos para reducir o eliminar la ayuda y reconsiderar nuestra presencia diplomática".

Phyllis Powers, experta en narcotráfico, responsable de Plan Colombia

El gobierno de los EEUU, confirmó en noviembre de 2011, a su actual  representante en Panamá, Phyllis Powers, como la nueva embajadora en Nicaragua,  cuyo gobierno dio el beneplácito a la diplomática. 

La que habría de ser sustituida, como  delegada  en Panamá, por Jonathan Farrar,  luego de que senadores criticaran la capacidad de este para manejar la relación con Ortega [para los fines estadunidenses]. 
 
Sin embargo, EEUU ha mantenido en un largo suspenso el traslado de  Powers a Nicaragua, en tanto su nombramiento no sea aprobado por el Senado. Y, porque una vez que el gobierno estadunidense ha puesto en duda el nuevo triunfo electoral del presidente Ortega, pidió a la Organización de Estados Americanos (OEA) nombrar una comisión para investigar las elecciones nicaragüenses.

Aunque Powers aun no ha fungido como embajadora en Nicaragua, de cambiarse ese plan, la diplomática podría ser trasladada como asesora de Lobo; puesto que de los embajadores estadunidenses en Nicaragua más recientes, es ella probablemente más experta en temas de seguridad y narcotráfico. Si  fuera ese el propósito.  

Phyllis Powers, graduada en biología y tecnología médica, ha sido designada por dos veces  para América del Sur. Fue la Directora de la Sección de Asuntos Narcóticos en Colombia, responsable del Plan Colombia, o programa de Lucha contra la Droga, hasta el 2005. Y desde ese año hasta junio de 2007,  actuó como Jefa de la Misión Adjunta de la Embajada de EEUU en Lima, Perú.

También  fungió como Consejera de Gestión de la Embajada en Colombia. En Washington, sirvió como Oficial Superior de Gestión Pública de la Oficina  para Asia Sur y Asia Oriental, con la responsabilidad de supervisión de Afganistán, Pakistán, Bangladesh y los países del Golfo Pérsico.   

Paul Arthur Trivelli… alérgico a la revolución sandinista ofreció financiar elecciones para candidatura única opositora

Paul Arthur Trivelli, embajador en Nicaragua por el gobierno de George W. Bush desde septiembre de 2005 hasta agosto de 2008. A partir de ese año, se desempeñó como el asesor de política exterior  del almirante, James G. Stavridis, jefe del Comando Sur de Estados Unidos. 

Trivelli  es biólogo graduado con un máster  en Artes en Estudios Internacionales.  En 1996, recibió una maestría en Estudios de Seguridad Nacional de la Escuela de Guerra Naval.  Ha sido enviado de los EEUU a la Ciudad de México; del Departamento de Estado Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, para Quito, Ciudad de Panamá, El Salvador, Monterrey, y Managua.

Desde 1998 al 2002, Trivelli se desempeñó como Jefe de Misión Adjunto de la Embajada de EEUU en Tegucigalpa, Honduras. Fue director de la Oficina de Asuntos Centroamericanos, de julio 2002 a noviembre de 2003.

El exembajador Trivelli  provocó mucha controversia por sus comentarios sobre las elecciones presidenciales de 2006 en Nicaragua,  con sus advertencias sobre represalias económicas de EEUU, si el candidato sandinista, Daniel Ortega, ganaba las elecciones.

Expresó, sin disimulo, el deseo del gobierno de los Estados Unidos para que los partidos conservadores, divididos,  se unieran tras un candidato único,  llegando al  extremo de ofrecerles  financiar una elección primaria conjunta. Además, amenazó explícitamente con cortar 175 millones de dólares de la Cuenta del Milenio.

Se ciernen sombras sobre la protesta social

Dados los perfiles de los posibles “asesores”, se anticipa un riesgo de persecución para contener las fuerzas sociales, la mayoría de ellas concentradas en el movimiento nacional de resistencia,  contra las medidas legislativas y ejecutivas que profundizan el neoliberalismo y que han agravado las ya precarias condiciones de vida de la clase trabajadora y de los más pobres. 

Aunque los detentores del poder político, empresarial y gubernamental, suelen alegar que las medidas de mano dura que están tomando a través del Plan Mérida-México-Centroamérica-o Plan Colombia,  solo  afectan a los criminales;  esto es una fantasía axiomática bastante distante de ser verdad.

En Honduras la interpretación de la ley ha sido utilizada en forma retorcida, caprichosa y convenienciera.  Y, no en pocos casos, su aplicación ha servido como herramienta de opresión política contra los opositores.

Por lo que nadie puede estar seguro de que las medidas antiterroristas y contra narcotráfico, como las de extradición, no le sea aplicada, basada en la interpretación cabalística de algún juez terriblemente contaminado. 

El ejemplo más preciso al respecto es justamente, aunque en sentido inverso, el  secuestro en su país de Ramón Mata Ballesteros, por agentes estadunidenses en una figurada extradición,  prohibida constitucionalmente,  y habiendo sido antes juzgado localmente. Lo que indica que cualquiera sea el supuesto, la ley puede ser violentada sin consecuencias para los usurpadores.  Como ya lo ha sido.

O, también, la artimaña legal de sucesión constitucional contra Manuel Zelaya. Cualquier ciudadano puede estar en ese riesgo.

No es sólo asesoría extranjera como afirma Lobo

El jefe del Ejecutivo hondureño, Porfirio Lobo, refirió en conferencia de prensa, este jueves 19 de enero, una anécdota en la que dijo haberse sentido incomodo [apenas] cuando, cierta vez, un soldado estadunidense le hizo una parada de atención en el territorio de su propio país.

Sin embargo, consideró Lobo que la "asesoría" del gobierno de los Estados Unidos, que reconoce estar recibiendo, es… ¿una cuestión diferente?  

No obstante, hay que recordar que el exministro de Seguridad, Óscar Álvarez, admitió el año pasado acciones ejecutorias de  acompañamiento en operaciones  por agentes de la Drug Enforcement Agency (DEA) estadunidense. 

En igual manera, las reformas judiciales policiales según el informe del Grupo Internacional para el Control de Estupefacientes, incluiría establecer unidades de investigación de la DEA. 

Y el New York Times informó de cinco comandos que ya han sido desplegados para acompañar operativos en Honduras, República Dominicana, Guatemala, Belice y Haití.  Aunque no de una sede permanente.

De otra parte, dirigentes campesinos de la zona del Bajo Aguán donde se incrementó la militarización a raíz del golpe de Estado, han denunciado acciones de soldados y de aviones militares estadunidenses en esa región.

El Frente de Resistencia del Valle del Aguán, aseveró que en las rondas de supuesta vigilancia, los policiales y militares locales, son «acompañados por colombianos y militares norteamericanos que permanentemente caen en helicópteros en la pista de aterrizaje del municipio de Trujillo».[3]

El dirigente del Movimiento Unificado Campesino de El Aguán (MUCA) y representante nacional de la juventud en el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), Juan Chinchilla, cuando sufrió un secuestro temporal, aseguró que sus captores hablaban inglés, y así también, en otro idioma que él no pudo reconocer.[4]

Así mismo, el presidente del Congreso, Juan Orlando Hernández, ha declarado que de ocurrir represalias de criminales contra funcionarios nacionales por las medidas de seguridad adoptadas, esas serán  justiciadas con operaciones internacionales en las que  participarían Estados Unidos, Colombia, Chile y España. Lo que trasciende a la competencia jurídica nacional.

Se avizora ¿… municipalización y contratos de compañías privadas de seguridad?

El secretario hondureño de Seguridad, Bonilla,  agregó que otro asesor en materia de investigación criminal trabajará con él en la secretaría de Seguridad. “Ya ha estado con nosotros el doctor Hugo Acero, quien fue secretario ministro de Seguridad en la ciudad de Bogotá”, sostuvo.

Justificó que al no estar  EEUU  “en bonanza”, la ayuda de estos para Honduras será de  asistencia técnica.  Lo que haría suponer que  la nueva deuda con bancos internacionales aprobada para la Estrategia Centroamericana de Seguridad, apoyada por el proyecto Carsi  (en inglés),  serviría al pago de contratos con empresas privadas internacionales.  

Y ese mecanismo de contratos privados constituye una forma ideal para encubrir las violaciones a los derechos humanos que estas medidas represivas  provocan.

Bonilla ha asegurado también que el sociólogo colombiano, Hugo Acero Velásquez,  experto en seguridad ciudadana, le asesorará en materia de investigación criminal en la secretaría de Seguridad.

Habiendo sido, Acero Velásquez, durante tres gobiernos sucesivos, parte del equipo que diseñó e impulsó las políticas de convivencia pacífica y de seguridad ciudadana para Bogotá, la capital colombiana, su participación podría orientarse a organizar los sistemas municipales de seguridad.

Un operativo policiaco militar permanente llamado Relámpago se instaló en Honduras en noviembre de 2011, por el gobierno de Porfirio Lobo, quien sostiene que los resultados de su ejecusión muestran un dramático descenso de la criminalidad. Al parecer no es percibido así por una buena parte de la población, pero Lobo sostiene que los asesinatos que siguen ocurriendo, se tratan de otra forma de criminalidad.

Sin embargo, estas cifras son opacas.  Las mismas estadísticas de la violencia y la criminalidad se vuelven más nebulosas, si se considera que siempre han tenido como fuente a las propias agencias estatales de seguridad, ahora evidenciadas de estar infiltradas (hace muchos años) por organizaciones criminales unas,  y por corrupción, otras.


DC21012012



[1] General retirado Hugo Torres analiza contexto de nuevo embajador. No es casual llegada de Robert Callahan. Matilde Córdoba. Managua, Nicaragua. 29 de enero de 2008. http://www.elnuevodiario.com.ni/politica/7104
[2] Ex embajador pide que EEUU siga en Nicaragua pese a "farsa" electoral. AFP. Diego Urdaneta. 1 de diciembre de 2011.
[3] Red Popular de El Aguán. Coordinadora de Organizaciones Populares de El Aguán (COPA).Más sangre de mártires en El Aguán. Correo Electrónico <repopa@yahoo.es>. 8 mayo, 2011, 01:16
[4] El pueblo hondureño se movilizó para rescatar al líder popular secuestrado por un grupo paramilitar. Dick Emanuelsson - Mirian Huezo Emanuelsson(especial para ARGENPRESS.info). Tegucigalpa, Honduras. 11 de enero de 2011. http://www.argenpress.info/2011/01/el-pueblo-hondureno-se-movilizo-para.html

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