Publicado el 1 de Diciembre 2018
El
descaro de la corrupción de esta dictadura, llega a límites ilimitados,
y la empresa privada ha formado parte de ella al no oponerse. ¡No
romperla ya! siquiera por sus intereses para finalizar este caos
absoluto que conlleva daño y riesgos a todos los sectores del país, más
para los que siguen haciendo negocios con JOH.
La
Navidad es símbolo de cambios. ¿No les parece empresarios del COHEP, o
se conforman con la inestable licitación pública y siempre vender
foquitos y flores plásticas en diciembre, encerrados en la esquina de
alguna tienda sin futuro, porque la mayoría de hondureños no tiene
dinero para consumir?
Los
hondureños/as nos levantamos en la madrugada a tratar de empujar la
carreta, para poder vivir dignamente en medio la violencia, la
incertidumbre y la corrupción, pero el problema es que la dignidad solo
se queda en concepto, y otros disfrutan las aureolas del poder, con ello
la navidad que imagino, no puede celebrarse en este ambiente miserable.
Por Irina Bandé
EL LIBERTADOR
Los
empresarios que acuerparon con su silencio tan vil acto del fraude que
con respaldos hizo JOH en noviembre de 2017, para terminar de instalar
su dictadura, ahora a través del presidente del Consejo Hondureño de la
Empresa Privada (COHEP), piden a gritos a los grupos opositores, al gobierno y a todos los actores políticos que no nos roben la Navidad, como nos la robaron el año pasado.
Juan
Sikaffy dijo: “son tonteras que están haciendo en un país donde lo que
necesitamos es trabajar. Llamar a la insurrección es descabellado”, lo
que no sabe, porque él no sufre los embates de la pobreza, es que la
navidad hace años nos la robaron los políticos corruptos que
sistemáticamente han depredado el país, ya que la corrupción en Honduras
no es reciente, inició con los gobiernos democráticos hace más 35 años,
y aun mucho antes que eso con las “gobiernos” militares, entre otros,
porque la corrupción en Honduras es histórica, lo único es que ahora es
una corrupción legalizada por el gobierno.
Sin
embargo, el descaro de la corrupción de esta dictadura, llega a límites
ilimitados, y la empresa privada ha formado parte de ella al No
oponerse o pronunciarse en contra de tan vil fraude y todo lo que
conlleva, que dicho sea aún sigue siendo la mofa de los tan ingenioso
memes, en donde hasta al retorno de la caravana montado por el gobierno
de JOH, fue parte del conteo rural de David Matamoros Batson que nunca
llegó, y a quien parece que los años de estudios en la universidad, no
le calaron su cerebro.
¿Quién
entonces disfruta una navidad, cuando aquí no importa cuánto se
trabaje? El dinero no rinde, le rinde a las clases privilegiadas, a esas
sí, pero al resto de la población cada vez nos rinde menos. Y aquí cabe
reflexionar sobre la tan trillada frase que nos ha estigmatizado tanto
“los hondureños son unos haraganes”. Me
trae a la memoria lo que decía un español que trabajó en Honduras: “si
nosotros los españoles nos levantamos a las 5:00 de la mañana como lo
hacen los hondureños, seríamos el país más rico de Europa”.
Y
eso es lo que pasa señores empresarios, que los hondureños/as nos
levantamos en la madrugada a tratar de empujar la carreta, para poder
vivir dignamente en medio la violencia, la incertidumbre y la
corrupción, pero el problema es que la dignidad solo se queda en
concepto, y otros disfrutan las aureolas del poder, y con ello la
navidad que me imagino, no la celebran en este miserable país.
Una
de las razones por la cual no disfrutamos la navidad es porque la
capacidad adquisitiva cada vez más se convierte en una incapacidad; otra
porque la pobreza mental que nos han instalado estos gobiernos
corruptos juntos con sus aliados, ha culturizado en forma atroz a los
hondureños/as, donde su vida gira alrededor del “cuánto tienes, cuánto vales, nada tienes, nada vales”.
Entonces
viven de la sociedad de consumo, pero sus larga lista de llamadas
bancarias y comerciales para cobrarles las moras de los productos y
prestamos, ya nos les permite embarcarse en otra deuda más, todo eso,
para que ustedes los empresarios, disfruten sus navidades con su
familia, al contrario, en el pueblo, son los médicos y las farmacias las
que se están lucrando, atendiendo la múltiples enfermedades crónicas
que trae consigo la desesperación del endeudamiento familiar, eso sí no
terminan suicidándose. ¡Triste verdad!
Y bueno, la
otra es porque de la misma forma que nos culturizan, han instalado una
cultura del terror, que nos deja tal como lo planea la ecuatoriana
Gabriela Bernal, del Comité de América Latina y el Caribe para la
Defensa de los Derechos de las Mujeres (Cladem): “No hay violencia más
maquillada, sutil y perversa que la enseñanza del miedo. Miedo
encubierto de seguridad, de protección, de cobijo, de certezas…”, esto
escrito para las mujeres, pero creo que nos toca a todos los/as
hondureños/as.
Quién
en este país, con ese panorama y sin pertenecer a una estructura de
poder oligárquica o política corrupta, puede disfrutar de una navidad,
si no es que no tiene que comer, está velando un muerto derivado de las
armas que nos deberían de proteger, o de los grupos delictivos del país,
o está emborrachándose en una de las tantas pulperías promotoras del
alcoholismo, que más parecen una estrategia de embrutecer al pueblo,
similar a la que usó Hitler cuando asesinó a 50 millones de humanos/as.
Sumado
a ello, las bajas oportunidades de desarrollo que insertan cada día más
a los/as hondureños/as en un mercado laborar explotador, ante la
necesidad de mantener a una familia, y que no son más que modalidades de
Trata de Personas, hipócritamente disfrazadas, para disminuir las tasas
de desempleo ante la opinión internacional.
No
podemos dejar atrás el insultante salario mínimo que a duras penas
ajusta para cubrir la canasta básica, que cínicamente ya incluye las
recargas de teléfono y en breve no me extrañaría que hasta las cervezas.
Entonces
señores/as empresarios, después de explicarles quien nos ha robado la
navidad, les explicaré por qué el llamado a protestar contra la
situación que vivimos en nuestro país, es importante. Es tan sencillo
como esto, porque en un país donde los medios de comunicación nacionales
e incluso, algunos internacionales están “supuestamente” tarifados por
el gobierno dictatorial, y pagado con nuestro dinero, es muy difícil poder visibilizar toda la corrupción y opresión que estamos sufriendo.
No
se puede difundir por ejemplo, las varias muertes impunes de carácter
político ya reconocidas internacionalmente; las detenciones de nuestros
compatriotas que luchan por nuestra libertad; o la criminalización y
asesinato de los/as defensores/as de nuestros territorios en donde
perdemos nuestro ecosistema, hondureños/as que son ultrajados en base a
leyes fabricadas en el congreso beneficio de quienes nos someten.
Que
se destapara otra parte de la olla de pudrición en Honduras, se lo
debemos a los/as valientes hondureños/as que iniciaron su éxodo rumbo al
Norte, sin la esperanza de contar con un Moisés que extendiera su
cayado para separar las aguas, pero esperanzados a encontrar una mejor
vida, aquella que les prometieron en Honduras pero que no existe.
Y
es claro, que después de ver que la turbulencia de las agua que casi
mata a unos compatriotas, no era más que un helicóptero mexicano que
trataba frenar el éxodo y no lo hizo, al ver el ahínco de los
hondureños/as, Donald Trump al fin despertó
de su sueño eterno de la Alianza para el Progreso de los países del
Triángulo Norte, y me imagino que pensó: es hora de poner orden en
Honduras, sino, se vendrá toda América Latina a Estados Unidos.
Entonces
señores/as empresarios/as, lo que ustedes nunca han entendido, que
llamarse al silencio o ser cómplices de la depredación de nuestro país,
es claro que iba a impactar en la economía de ustedes a mediano o largo
plazo, y que no solo la clase media y los pobres nos veríamos afectados.
Si
a ustedes les roba la navidad la inestabilidad del país, porque no van a
poder generar los ingresos que están acostumbrados a acuñar, para
los/as hondureños/as que no somos de la clase privilegiada, les diremos
que no es el silencio, ni el dinero el que nos va regresar la navidad.
La
mejor navidad que podremos tener es que Donald Trump al fin saque a JOH
del país junto con todos los que lo han depredado, que ustedes los
empresarios reconocieran que al llamarse al silencio ha sido
copartícipes de este desastre histórico, y que este no es un problema
político de izquierda o derecha, es sencillamente el problema de un país
atrapado por criminales que sobreviven porque los que se dicen
“buenos”, en verdad son indiferentes por conveniencia.
http://www.web.ellibertador.hn/index.php/avance/3111-honduras-carta-a-empresarios-no-nos-roben-la-navidad
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