miércoles, 31 de enero de 2018

Honduras: El salvajismo de la policía militar del gobierno de JOH

Las imágenes de un policía preventivo, auxiliado por Policías Militares (PM) y de la Policía Nacional (momentos antes de su muerte, provocada por un proyectil que impactó en su cabeza), han sorprendido de nuevo a la población hondureña.                         Parafraseando: de acuerdo con el compañero del policía asesinado, ambos se encontraban realizando un patrullaje de rutina cuando fueron notificados que la presencia de miembros de la pandilla 18 en una zona de Tegucigalpa. Relató en su informe que en la zona había policías militares y que estos ya habían requerido a tres ciudadanos que se encontraban cerca de la zona. Afirmó que al regresar ellos al vehículo policial en el que se desplazaban (que habían dejado a unos 300 meros de la escena de la captura en donde se llevó a cabo un intercambio de balas), empezaron a escuchar varias detonaciones de arma de fuego y que en ese momento se percató que su compañero estaba tirado en el suelo, sin vida. Concluye diciendo en su reporte que las personas que dispararon le pidieron  que se identificara mientras le manifestaban que ellos eran policías militares, y que habían iniciado a disparar pensando que se trataba de mareros.

A pesar de las diferentes expresiones que he escuchado y leído en torno al preventivo asesinado por un PM (unas lamentando y otras indiferentes), este policía se suma a la lista y deuda, de casi 40 asesinatos que se han perpetrado desde las elecciones generales, que tiene el Estado y gobierno de Honduras con el pueblo.

De acuerdo con informes que se me han dado, a pesar de que el Departamento de Medicina Forense ha documentado y determinado la forma de muerte de quienes fueron asesinados en los enfrentamientos entre manifestantes y policías y militares, y que se establece claramente la participación de los PM, el Ministerio Público no quiere actuar y se hace el de la vista gorda.
Pero desde el actual gobierno, muy al contrario de castigar las acciones y el comportamiento de policías y militares, se continúa con una postura armamentista y de franco apoyo a las instituciones llamadas del orden público.

En diversos informes producidos por el Centro de Estudio para la Democracia CESPAD y de otras organizaciones vinculadas al tema, se ha venido insistiendo en la creciente importancia del gasto militar en el presupuesto. De acuerdo con el CESPAD, el presupuesto del 2018 presenta una consolidación de la supremacía del gasto en seguridad y defensa sobre el gasto social. Los gastos en seguridad y defensa ya son superiores al gasto en salud en el 2018 y equivalen al 105% del presupuesto de dicho sector (en el 2017 eran el 101%). En tan solo cuatro años, incrementaron esta proporcionalidad en un 30%.

El CESPAD advierte que la priorización del gasto en defensa y seguridad sobre el gasto social se muestra palpablemente en el presupuesto de 2018, en el hecho de que para este año ya es netamente superior al gasto en salud (equivale al 105% de dicho gasto, cuando en 2017 solo era el 101%). También equivale ya al 54% del gasto en educación (42% en 2015) y pasó de ser el 32% del presupuesto del Gabinete de Desarrollo e Inclusión Social, cuando en 2015 era el 23%. Esta tendencia sobre el gasto social es mayor cuando se considera el presupuesto del sector Justicia, Defensa y Seguridad.

En otras palabras, el gasto militar sigue siendo la prueba más evidente de la irracionalidad del presupuesto fiscal y del accionar del gobierno de turno, el que persiste en financiar una política de terror con la que intimida, ataca y asesina a la población hondureña y ahora hasta a los propios miembros de sus cuerpos policiales.

http://cespad.org.hn/2018/01/26/en-presupuesto-2018-gasto-militar-se-impone-al-gasto-social-justicia-y-seguridad/

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