Diciembre 14,2017 7 Redacción Criterio.hn
Por: Marlin Oscar Ávila
Al menos
tres generales retirados integran el gabinete de gobierno estadounidense
actualmente. Su coordinador es el G. R. John Kelly. Este general
retirado estuvo hasta cuatro años, hasta el 2016, dirigiendo el comando
Sur, después de haber estado en las bases militares en Irak.
Así es que,
si hay algo que no pasa desapercibido por el actual gobierno en
Washington, es la situación de América Latina. Desde luego, con un
enfoque militar. Su Secretario de Relaciones Exteriores (Departamento de
Estado), Rex Tillerson, es inexperto en la diplomacia y sabe más sobre
petróleo que sobre política militar.
Aún
cuando se habla de las estrechas relaciones entre Juan Orlando Hernández
con John Kelly, para el segundo, prevalece su patria sobre los
negocios, mientras que para el primero prevalecen sus negocios por
encima de todo, para lo cual hace lo que tenga que hacer.
Si lo
anterior, es correcto, el presidente de Honduras debe estar en aprietos.
El Pentágono es indirectamente quien dirige la mayor parte de los
ejércitos en el continente. Así es que si la situación actual del
gobierno hondureño no es del agrado de la mayoría de gobiernos en Europa
y en el Norte de América, debido al desprestigio ganado por el gran
fraude electoral, evidenciado por propios y extraños, en el tablero debe
estarse barajando una posible intervención militar.
A los
militares de las fuerzas armadas hondureñas no les debe agradar el
manejo que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) le ha dado al proceso
electoral y, saben que esta institución como las demás, ha estado bajo
la dirección política del presidente de la República. Entre las
evidencias, está la llamada telefónica que hubo entre Matamoros Batson
con JOH la noche del 26 de noviembre, a partir de cuando suceden
múltiples irregularidades en el proceso.
La
complejidad es mayor, al saberse que ha habido muy estrechas relaciones
con el comando militar y el presidente JOH, a quien se le ha vinculado
con muchos delitos mayores, incluyendo posibles vínculos con algún
cartel del narco tráfico. Nada nuevo en este país es creer que las
mismas Fuerzas Armadas tienen vínculos con el Narco. Si son ellas
quienes deben cuidar las fronteras, por donde ha pasado al menos el 80%
de la droga hacia el mercado estadounidense. Nada de esto es ignorado
por los EUA.
Si lo que
existe como alternativa gubernamental es el ganador de las elecciones
del 26 de noviembre, la Alianza de Oposición Contra la Dictadura, los
“pragmáticos” del Gabinete en Washington, deben estar viendo la opción
militar como factible. Primero, por motivos de “odio conveniente” a
Venezuela y, la Alianza, para ellos, es un amigo de ese gobierno
chavista. Segundo, porque la Alianza se perfila como un probable
gobierno honesto, que va a tomar medidas fuertes contra la corrupción y
seguramente, contra los carteles de la droga. Probablemente, la mafia
compinche que ha estado gobernando bajo la tutela de Washington, va a
tener que exilarse o compartir las cárceles construidas por ellos
mismos.
En una
balanza, pesa más lo segundo que la posible alianza con los Chavistas,
aunque hará que sobresalga lo primero, para cubrir apariencias.
Un
gobierno como el actual en Washington, no debe simpatizar con eso de
honestidad y anticorrupción, aunque la retórica sea otra. Lo que debe
importar más a EUA es Honduras como paso importante para sus planes
bélicos, lo demás es secundario. A los carteles de la droga y personas,
les interesa como paso, pero hacia el Norte, y la DEA lo sabe bien.
Por estas
razones, tiene lógica lo que ahora circula en las redes sociales sobre
una negociación intensa entre el gobierno Ejecutivo con la cúpula
militar, para facilitar una salida negociada al actual presidente de la
república. Si en el 2009 sacaron al presidente en pijamas, esta vez, a
JOH lo quieren hacer en vestido entero y con su maletín cargado.
Si lo que
vemos como una salida que se esté barajando en los altos círculos
políticos y militares, estaríamos ante un hecho lamentable. Es decir,
Honduras estaría experimentando otro golpe militar que le puede llevar
otros años de inestabilidad política, negociaciones entre militares y
civiles para volver a un proceso transitorio hacia la devolución del
poder en manos civiles y así, lograr ser reconocido por la comunidad
internacional. El hecho que los militares lleguen a gobernar nuevamente,
aunque sea por un período corto, la inestabilidad social y económica,
sería un pan de cada día.
La única
manera honrosa de salir de esta crisis política es reconociendo el
triunfo del Ing. Salvador Nasralla. Aunque no será un pase a la
solución inmediata de los agudos problemas que deja el actual gobierno,
es definitivamente el inicio del fin de los problemas crónicos que tiene
este empobrecido país centroamericano.
https://criterio.hn/2017/12/14/una-posible-salida-inmoral/
No hay comentarios :
Publicar un comentario