22/12/2017 / Por Javier Suazo
“Cuándo
un gobierno incorpora otros actores que resultan afectados por una
crisis política en forma indirecta, sin llamar a los afectados en forma
directa, lo que busca no es dialogar sino imponer su posición acuerpada
por los primeros en contra del pueblo”
Víctor Raúl Haya de la Torre
Víctor Raúl Haya de la Torre
Honduras
ha venido de crisis en crisis después de la vuelta a la llamada
democracia de fachada en 1982. Ha habido crisis de poderes, cuando un
poder del Estado (en este caso el Ejecutivo) ha usurpado funciones de
otro poder (Judicial), con el propósito de reelegir al presidente, bajo
la mascarada de imponer un candidato oficialista a la Presidencia de la
Republica. Otra crisis, es la crisis de identidades, donde se cuestionò
la nacionalidad de dos (2) candidatos a la Presidencia de la Republica,
que fueron electos, uno por el Partido Liberal, y otro por el Partido
Nacional. La crisis política de junio de 2009, que provocó el Golpe de
Estado contra Manuel Zelaya Rosales, presidente electo en forma directa
por la voluntad del pueblo hondureño.
Estas
crisis fueron resueltas por la vía democrática, o sea el diálogo entre
las partes en conflicto, actuando como mediadores en las primeras
connotados dirigentes de los partidos denominados pequeños (PINU-SD y
Democracia Cristiana) que gozaban de credibilidad entre la sociedad
hondureña en su conjunto, y también con la participación de las FFAA y
de un mediador internacional.
En
el caso de la solución de la crisis política generada por el Golpe de
Estado contra Zelaya Rosales, también privó el diálogo, donde fue
evidente la voluntad del presidente electo, Porfirio Lobo Sosa
(2010-2013) y Manuel Zelaya Rosales, con apoyo y acompañamiento de
gobiernos amigos, por suscribir un acuerdo para que Honduras pudiera
reinsertarse de nuevo en el concierto de naciones de la OEA, y las
fuerzas disidentes poder participar de la vida pública, conformar un
partido político e inscribirse en el proceso electoral venidero.
Se
acusó a Manuel Zelaya Rosales de desmovilizar el Frente Nacional de
Resistencia Popular (FNRP) y abandonar las calles, con la suscripción de
este acuerdo, pero se otorgó el beneficio de la duda cuando el Partido
Libertad y Refundación (LIBRE) se posicionó como la segunda fuerza
política del país después de más de 100 años de bipartidismo. Mas aún,
las elecciones celebradas en 2013, que ganó Juan Orlando Hernández
(JOH), fueron cuestionadas por ser poco transparentes ya que el gobierno
ejerció un control directo sobre los miembros del Tribunal Supremo
Electoral (TSE), Registro de las Personas y Corte Suprema de Justicia,
en alianza con el lado “Oscuro” del Partido Liberal.
En
todas estas crisis, la solución ha sido un diálogo político franco
entre las principales fuerzas en contienda, actuando la llamada
“sociedad civil” como aval de dichos dialogo y los acuerdos alcanzados,
incorporando también a testigos de honor, o sea prominentes miembros de
la sociedad hondureña.
La
crisis actual debería seguir este patrón, pero al parecer se busca con
el “diálogo” otros propósitos y beneficios individuales y de grupo.
El
presidente Juan Orlando Hernández (JOH), una vez reconocido como
presidente reelecto por David Matamoros Batson, presidente del TSE,
convocó a un dialogo para lograr un gran acuerdo nacional, destinado a
resolver la crisis actual que afecta a la sociedad y economía del país,
destacando que el mismo debe ser conducido por actores nacionales con el
acompañamiento de facilitares internacionales. Habló de robustecer el
sistema electoral y limitar la relección a dos (2) periodos. Para él,
debe ser un dialogo consistente e incluyente con la participación de
todos, pero pronunció en contra de una segunda vuelta electoral (léase
repetir las elecciones), ya que sería como un reconocimiento que perdió
la elección presidencial, pero que el TSE y su empleado, David Matamoros
Batson, dicen que él ganó a Salvador Nasralla.
A
la cita se hicieron presentes los representantes de la llamada sociedad
civil gubernamental, en lo que respecta a dirigentes no a las
instituciones, muchos de ellos impuestos por el gobierno; o sea que los
dirigentes de las organizaciones apoyan a JOH y su política de ajuste
económico neoliberal, pero también se benefician de ello. Destacan el
Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP), liderado por
empresarios de las maquilas, empresas térmicas, industria turística e
intermediarios financieros. Se suman las iglesias evangélicas,
cooperativas agrícolas y organizaciones campesinas cuyos dirigentes
oficiales subsisten con las dádivas del gobierno. Preocupa, sin embargo,
que el llamado sector social de la economía, apoye este tipo y
modalidad de dialogo, cuando su creación respondió a los propósitos de
construir un económica mas justa y sobre la base de una sociedad
solidaria, democrática y de apoyo a los más necesitados.
Un
caso patético es el de la Academia, donde la Universidad Nacional
Autónoma de Honduras (UNAH) se sumó al dialogo, sin analizar causas,
efectos, consecuencias, propuestas de solución; pero, sobre todo, sin
valorar los argumentos de la ilegalidad de la candidatura de JOH, el
fraude y las recomendaciones de organismos internacionales como la OEA,
que recomiendan nuevas elecciones. En contraposición, los obispos
episcopales de la Iglesia Católica, reconocen que hubo irregularidades
en el proceso electoral que ponen en duda los resultados, y recomiendan
la convocatoria a un Constituyente para cambiar la obsoleta Constitución
de la Republica violada y mancilla por los políticos.
Todas
las organizaciones oficiales exigen que paren las protestas y la toma
de carreteras, ya que según ellos las pérdidas económicas, sin mostrar
un análisis serio, superan 17,000 millones de lempiras, unos 15,000
empleos temporales navideños y reducción en 75% las ventas de productos.
Este
llamado al Diálogo ocurre cuando el presidente Hernández ofreció además
una recompensa monetaria para aquellos que denuncien a los dirigentes
que lideran las marchas, toma de calles y saqueo; y nombramiento del
nuevo jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Honduras
(2017-2019), cargo que recayó en el general de brigada Rene Orlando
Ponce Fonseca, que se venía desempeñando como comandante del Ejército,
ex miembro del batallón 3-16, al que se acusa de los desaparecidos en
Honduras. El mandato de JOH a los nuevos subalternos militares es
“Protesta pacífica protegerla, Protesta violenta actuar”, y su Ministro
de Seguridad repite, “No existe ninguna marcha pacífica”.
El
Ingeniero Salvador Nasralla, candidato de la Alianza Opositora contra
la Dictadura, manifiestò que el dialogo es bienvenido, siempre y cuando
JOH reconozca que ganó las elecciones robadas por David Matamoros Batson
y el TSE, y a partir de allí convocar a nuevas elecciones con árbitros
internaciones e independientes, lo que puede hacerse en un periodo corto
a partir de mes de enero próximo, bajo la coordinación de la OEA donde
ya fueron nombrados Jorge Quiroga y Álvaro Colón. Otros miembros de la
Alianza Opositora, señalan que no se rehúye al dialogo, pero el voto del
pueblo expresado en las urnas es innegociable. Lo que implica que no
asistirán al dialogo convocado en los términos propuestos por JOH y las
organizaciones de “sociedad civil” afines, lo cual es compartido por
Luis Zelaya, candidato del Partido Liberal.
Aquellos
analistas políticos que hablan de un gran dialogo nacional liderado por
el Ejecutivo para resolver los grandes problemas de Honduras como la
injusta distribución de la tierra, la pobreza, desempleo, marginalidad y
represión, están usando dicha convocatoria como un distractor para
legalizar el fraude elector y la reelección ilegítima.
La propuesta de dialogo por la legalidad del fraude, gana más fuerza al
reconocer EEUU como presidente reelecto de Honduras a JOH, sin
conocerse los informes finales de la UE y OEA. La explicación es que
Honduras fue de los pocos países (Guatemala, EEUU e Israel) que votaron
en Naciones Unidas a favor de que Jerusalén sea declarada capital de
Israel, otra de las cruzadas del presidente Donald Trump.
Marcala, Honduras, 22 de diciembre de 2017
https://www.alainet.org/es/articulo/190055
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