domingo, 17 de diciembre de 2017

Honduras: EL PUEBLO EN INSURRECCIÓN Y LA OLIGARQUÍA EN REPRESIÓN // EL PARO NACIONAL,VICTORIA POPULAR HONDUREÑA.

 Galel Cárdenas

Nada hay tan horroroso que tratar con una oligarquía analfabeta, con un ejército fascista, una iglesia retrógrada y unos medios tarifados a cual mejor postor. 

Todos convertidos en una claque indigna, desvergonzada y  portadora del odio de clase más desaforada que pueda uno imaginar.
Todos a la voz de una queriendo tapar el sol con un dedo, con el dedo anticomunista de la época de los años sesentas cuando la guerra fría estaba en su más alto perfil en contra de la revolución cubana y su líder mundial Fidel Castro.
             Desde aquella época han usado la misma aburrida frase del anticomunismo, convertida a lo largo de los años en un cacharro destruido por la misma realidad social, esa realidad que tratan por todos los medios, de  manipular, borrar, olvidar, destruir, manosear, usando los mismos argumentos deleznables, inventando enemigos supuestos que traen a Honduras ideas exóticas con armas supuestas de carácter fantástico  propias de la “Guerra de las Galaxias”, película de ciencia ficción que inundó la mente de los niños pequeños burgueses y burgueses.

Y salen a la palestra pública  personajes que tienen en la cabeza el serrín de la anti patria, el lodo de la explotación, el residuo excrementicio del rencor odioso del poder omnímodo.

Y como no pueden siquiera abrirse campo en el horizonte del conocimiento moderno, de la ideología científica, de la política contemporánea, entonces recurren a la calumnia, al descrédito, a la falsedad, a la mentira y al embuste, al engaño, al absurdo y a la fábula.

Los periodistas chocarreros de los medios de comunicación del poder fáctico económico, político y religioso, todos están  tasados con la misma vara de medir de la corrupción, todos anegados por el dinero del pueblo,  comprados como mercancía de la más baja calidad productiva, dinero incluso del narco tráfico.

Y en cada emisión producen nuevas fábulas, como si ellos fueran huéspedes del manicomio reaccionario y antiguo de un alegato ideológico rebasado por algo que no conocen: la dignidad humana, la aspiración de vivir con equidad en la sociedad de la justicia, la soberanía electoral, el anhelo de construir una nueva patria, que ellos, los  mercenarios de la noticia no se imaginan siquiera la frescura y la igualdad que tendrá ese proyecto de un país libre, soberano e independiente.

Como canes de la infierno, como agoreros de la maldad, como adivinos de poca monta, como nigromantes de la perversión, como hechiceros de la depravación, salen hacia la vía pública a producir una verborrea desquiciada, descompuesta, diciendo la locura de su iniquidad, de su miedo al pueblo, de su aniquilación moral.

Y entonces fabulescos traen a colación monstruos míticos que sólo existen en sus cabezas de monjes enloquecidos por la avaricia, el deshonor, la ambición, el desconsuelo de la pérdida de la credibilidad ante un pueblo que les dice basta.

Y podrán seguir destapando su cloaca de mentiras absurdas llenas de odio insuperable, acusando a la Alianza de  Oposición contra la Dictadura  de cuantos  delitos se les ocurran en su rol de defensores de una dictadura asesina, masacradora del pueblo, represora de la sed de justicia que habita en los corazones y pensamiento de una ciudadanía efervescente que reclama la elección de su presidente justo vencedor de las urnas réprobas del tirano.

El dictador compra a manos llenas todo cuanto puede, convirtiendo a los mercenarios venales y esbirros en loros parlantes de la ignominia, en cotorras parlanchinas y en cacatúas hablantes de un régimen que se cae a pedazos, por su corrupción, por su actividad narcotraficante, por su violación de los derechos humanos.

Y como dice el pueblo en las calles, la dictadura caerá, caerá, caerá.

Aunque saquen a relucir sus viejas tácticas de opresión, acallamiento de la libre expresión, asesinato predeterminado, en fin, saquen a trabajar sus asalariados medios comunicativos del odio y la desmesura calumniosa.
El pueblo está insurreccionado y la oligarquía está asesinándolo en cada toma de carretera, de calle, de esquina, de travesía, de arteria, en fin, una insubordinación generalizada de ciudadano civil, pobre, explotado, esquilmado y perseguido.

¿Callarán las balas el grito de los patriotas  indignados?
 16 Dic.2017.-

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EL PARO NACIONAL,VICTORIA POPULAR HONDUREÑA.
 
Por Carlos Suazo

El día viernes 15 de diciembre el pueblo hondureño se convocó a realizar un para nacional el que se realiza de norte a sur y de este a oeste del territorio nacional, esto como mecanismo de exigencia y llamado de atención al Tribunal Supremo Electoral para que respete la decisión que tomo el pueblo el 26 de noviembre donde a una solo vos grito, no, al continuismo, no, a la dictadura de Juan Orlando Hernández.
Como siempre la represión estuvo a la orden del día, la Policía Nacional, la Policía Militar y el ejército siguen gaseando y maltratando a la población indefensa que protesta y denuncia con justa razón los atropellos que históricamente ha venido viviendo.

El gobierno como siempre busca desacreditar un movimiento digno y justo al quererlo vincular con sectores del crimen organizado llámense estos pandilleros, delincuencia común o hasta el narcotráfico, también pretenden hacer vinculaciones con organizaciones armadas como las FACR-EP de Colombia y con gobiernos como el de Venezuela que nada tienen que ver en el conflicto.

También han llegado a usar estrategias de falsa bandera donde el mismo ejército se auto  sabotea, el ejemplo más reciente fue el de ayer donde le metieron fuego a una de sus unidades, con el objetivo levantar perfiles y culpar a la Alianza de vándalos y darle insumos a la prensa para que se enfocaran en la quema del camión, y no en la muerte la represión salvaje y brutal que está sufriendo el pueblo hondureño.
Los casos de abuso de autoridad por los órganos de represión del gobierno son innumerables pero vamos a mencionar lo que paso en algunos lugares como en Nacaome Valle donde los militares entraron a los hogares de algunos manifestantes a pretenderlos sacar por la fuerza de sus viviendas, pero el coraje y la valentía de los mismos se impuso y no permitieron que se concretizara ese atropello, a lo que los muy cobardes policías y militares respondieron arrojándoles bombas de gas lacrimógeno.

También hay casos como el de San Marcos Octepeque donde interrumpieron el fluido eléctrico, el cobarde ejercito ataca a la población aprovechándose de la penumbra de la noche sin importarles atacar ansíanos, niños y mujeres embarazadas.  

Al parecer los más preocupados son los del medio de comunicación, principalmente HCH que es un medio que cuenta con un elevado rating, día a día se les cae la máscara y defienden al régimen de Juan Orlando Hernández abiertamente, y todo por las canonjías que reciben a cambio de su silencio, esta vez Ariela Cáceres y Eduardo Maldonado se atrevieron a decir que la Alianza pretende ganar la presidencia en las calles cuando la perdió en las urnas, desconociendo de manera absurda el descomunal fraude que se gestó desde el Tribunal Supremo Electoral contra la Alianza y Salvador Nasralla.

El pueblo aun con todo en su contra a demostrado algo y es que ya perdió el miedo, cuando esto sucede la preocupación no solo debe de ser las pérdidas de los empresarios o el tráfico vehicular que esto genera, esto solo indica que el pueblo está decidido a llegar hasta las últimas consecuencias para hacer que se respete la ley, y de paso entrar a una depuración total de todas sus instituciones estas que dejaron de funcionar hace 8 años, y donde la orden del día es desigualdad e injusticias, bajo esas circunstancias la sociedad nunca se desarrollara y siempre buscara como históricamente la humanidad lo ha hecho romper las cadenas del atraso la miseria y el sub desarrollo, que el Tribunal Supremo Electoral pretenden sostener y mantener a toda costa.

El pueblo es valiente y les demostrara en cualquier escenario que se presente que están equivocados y que no harán lo que ellos quieran sino lo que el pueblo les ordene. 

17 Dic.2017.-

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