Estafeta 14 Dic.2017
Águila
no caza mosca, decía con mucha frecuencia el Comandante Hugo Chávez.
Traigo esta referencia para referirme a la reciente actividad de la
Misión de apoyo contra la corrupción e impunidad en Honduras (MACCIH),
convertida en águila caza moscas pues, tras más de un año en funciones
viene a sacar la cara en el momento más álgido del proceso electoral y
ha levantado una tremenda nube de humo, con fines de distracción, para
aplacar los ánimos del pueblo enfurecido por el fraude electoral.
Con bombos y platillos ha salido el señor Juan Jiménez Mayor para señalar a un grupo de diputados, traidores a su partido casi todos, a los que se les acusa de haberse apropiado indebidamente de dineros del Congreso Nacional que les fue aportado para realizar obras en sus departamentos y que también les fueron adjudicados a través de una vía sospechosa respaldada por una ONG. La suma defraudada asciende apenas a 8.3 millones de lempiras. El mismo Jefe de la MACCIH ha hecho una advertencia innecesaria en defensa del Fiscal General del Estado, señor Óscar Fernando Chinchilla. Si tocan al fiscal Chinchilla, tocan a la MACCIH, ha señalado Jiménez Mayor. Advertencia realmente innecesaria porque el tal fiscal es hombre del presidente de la República, obedece a sus dictados, tan es así que se ha hecho el desentendido frente a los crímenes y los atropellos que ha cometido su policía militar en contra de los manifestantes que protestan contra el fraude. Tampoco ha movido un dedo para ordenar la investigación exhaustiva de denuncias graves tales como las que ha hecho el Candidato Salvador Nasralla de que el TSE ha impreso un segundo juego de votos y papeletas para las actas electorales, acto que, de comprobarse, es un delito grave cometido por algunos miembros y empleador del TSE
Para
invisibilizar el fraude electoral que tiene al gobierno en aprietos, al
día siguiente de la denuncia anotada arriba la MACCIH la emprende en
contra de otros posibles 100 diputados y en contra de la señora Rosita,
esposa del expresidente Pepe Lobo y que administró fondos nacionales por
ser la mujer del presidente. De la señora Rosita se ha dicho muchísimas
cosas e incluso la Fiscalía o la prensa, si mal no recuerdo, la acusó
de haber hecho una transacción dolosa con la compra de zapatos para los
niños. Igualmente se dijo que tanto Rosita como Siomara, así con s, la
mujer de Micheletti, recibieron, unos 10 días antes de que sus maridos
entregaran el cargo, en la Embajada de Taiwán, 10 millones de lempiras,
cada una, con el pretexto de mejorar la merienda escolar. Cabe la
pregunta: ¿Habrán podido estas damas, que de ser ciertas estas
acusaciones no
se les puede anteponer el adjetivo de honorables, administrar en 10
días estos fondos en beneficio de los niños escolares? Yo lo pongo en
duda, cosa que no hace la MACCIH ni la Fiscalía pues ignoran estos
hechos de manera deliberada.
La
verdad monda y lironda es que la MACCIH y la Fiscalía son águilas que
cazan moscas y no presas mayores. Ahí sigue sin resolverse, y ya casi
alcanzando el tiempo en que tendría que ser sobreseído, el asunto de
IHSS, en donde robaron descaradamente 7 mil millones de lempiras,
vendieron pastillas de harina y medicamentos de calidad dudosa y
provocaron la muerte de un número no determinado de pacientes enfermos
que no recibieron la atención adecuada por falta de insumos o que fueron
víctimas de los medicamentos falsificados (Algunas fuentes hablan de
3000 fallecidos). Todo lo relacionado con el atraco al IHSS ha salido a
la luz pública: el señor Pepe Lobo admitió que conocía el asunto pero no
lo denunció porque no quería perjudicar la campaña electoral de su
partido que, además, ganó fraudulentamente; el señor presidente Juan
Orlando Hernández admitió que su partido recibió dineros provenientes
del atraco destinados a su campaña electoral; sobre este asunto no se ha
investigado al señor Ricardo Álvarez que es el real padrino del
director del Seguro y, por lo que se ve, no hay intención alguna de
enjuiciar a estos peces gordos que causaron grandes daños a una
institución y al pueblo hondureño que acude ahí para restablecer su
salud. Tampoco la MACCIH, como complemento de este atraco más del de
otras instituciones del estado como el Instituto de Estadísticas, ha
investigado de dónde provino el dinero que se invirtió en la millonaria
campaña electoral del Partido Nacional en 20013 y la de este año.
No
tiene ojos, tampoco, la MACCIH, para investigar de donde vienen los
dineros con que pagan, 50 pesos por cabeza, a los asistentes a las
marchas para respaldar al presidente ni se le ven las garras necesarias
como para que emprenda el escándalo más reciente con motivo de las
elecciones generales, denunciadas por el inmenso fraude electoral que
tiene sus sujetos y cuya investigación es necesaria de inmediato. Ni
Jiménez Mayor, ni Óscar Fernando Chinchilla dicen esta boca es mía.
Escabullen el bulto y salen a cazar moscas, en este momento en que es necesaria
la intervención de la MACCIH y la Fiscalía en contra de quienes
pretenden burlar la voluntad mayoritaria del pueblo hondureño. Estas
águilas nuestras sólo cazan moscas, por dios.
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