viernes, 10 de noviembre de 2017

Honduras: La reelección es corrupción

Viernes, 10 Noviembre 2017
Las pláticas electorales obviamente acaparan buena parte de la “comidilla política” del país, tanto en las tertulias, como en la prensa, los canales televisivos, las redes sociales y una gran diversidad de colectivos regados por todo el país.
Aún resuena y está el eco de la gran marcha de todo tipo de sectores sociales manifestando y rechazando la reelección.

                  Como otras veces, y aunque no se ha prodigado mucho, algo han dicho los obispos de Honduras respecto al proceso electoral que se realizará en breve. Vamos a rescatar algunos elementos de reflexión que proponen a la Iglesia y a la ciudadanía en general.

1.- En una crítica velada al “bipartidismo”, único que ha gobernado en el país, señalan que no habrá cambio ni futuro mejor para Honduras si la política sigue siendo la misma de las últimas décadas y si falta la participación y compromiso de la ciudadanía.

2.- En continuidad con la Iglesia liberadora de todo el continente lo primero que señalan es que hay que ver la realidad socio-política-eclesial desde las periferias existenciales, desde los pobres y los marginados.

3.- A los políticos se les pide evitar los eslóganes y concretar propuestas. Que se analicen diferentes opciones político-económicas y no solamente las que proponen el FMI, los inversionistas y las transnacionales.

4.- Que la política y los políticos respondan a los desafíos que tenemos como país: corrupción, violencia, impunidad, desconfianza institucional, acceso a la vivienda, al trabajo, la salud, a una seguridad alimentaria; atender al hambre, al dolor y la sed de los inmigrantes.

5.- Habrá democracia cuando los gobernados tengan la posibilidad de elegir y controlar a sus gobernantes, o, bien, sustituirlos de forma pacífica; cuando puedan ser evaluadores, auditores de las políticas, programas y proyectos del gobierno; cuando haya rendición de cuentas y se ejerza la vigilancia ciudadana.

6.- Para que haya un “Estado de Derecho” es imprescindible la separación e independencia de los poderes: legislativo, judicial y ejecutivo. En caso contrario, habrá desorden jurídico y social, se violará la Constitución y habrá falsa legalidad.

7.- Ha habido confusión y ambigüedad con la reelección presidencial. Ha sido considerado inconstitucional y con una falta de voluntad política para dar a conocer la reglamentación de la reelección presidencial. No ha habido ninguna claridad por los poderes del estado.

La gran marcha realizada recientemente, así como la oposición y la alianza electoral, juntamente con todo tipo de colectivos sociales, alternativos y culturales, han rechazado la reelección por considerarla ilegal y anticonstitucional.

Con la concentración de poderes tan omnímoda que tiene JOH la maquinaria gubernamental se convierte en una apisonadora de todo tipo de derechos, leyes, reglamentos y normativas. Esa concentración supone un grave retroceso democrático, una concentración totalitaria donde pasan a gobernar unos poderes que no necesitan acudir a las urnas y a los procesos electorales pues ya todo está todo decidido y arreglado de antemano. Si en el país la crisis política del 2009 terminó en el “golpe de estado liberal”, hoy, mediante la reelección, estamos consolidando el “golpe de estado nacionalista”. Es decir, aparece un “bipartidismo” bicolor que trata de imitarse y superarse recíprocamente.

Pero queremos terminar con las palabras que el papa Francisco dirigió a los jesuitas en su Congregación General reciente. Ya sabemos que el pensar y sentir del Papa Francisco en numerosas ocasiones, se sitúa por delante y distante de comunidades cristianas, parroquias, movimientos eclesiales y conferencias episcopales:

“A veces, la audacia profética se une con la diplomacia, con un trabajo de convencimiento y al mismo tiempo con signos fuertes. Por ejemplo, la audacia profética está llamada a combatir una corrupción muy difundida en algunos países, como es la de buscar la reforma de la Constitución para permanecer en el poder, cuando terminan períodos constitucionales. Creo que la Compañía, en su trabajo de enseñanza y de sensibilización social, tiene que hacer un buen trabajo de audacia para convencer a todos de que un País no puede crecer si no se respetan los fundamentos legales que el País mismo se ha dado para la propia gobernabilidad futura”.

Con esto no necesitamos más que volver a repetir que la reelección es corrupción.






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La reelección es corrupción - 10 N

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