Habitualmente en estos tiempos electorales se usan dos palabras: pan y circo. Y en una sociedad tan arraigada a la “cultura del rebusque” y tan asfixiada, que anda en busca de válvulas de escape, eso se concreta de una manera fácil.
No es nada extraño que cada determinado tiempo se incluya en las agendas noticiosas esas pildoritas que nos mantienen atontados y sedados ante asuntos torales para el desarrollo humano y democrático del país.
Los medios de comunicación social y las redes sociales son los depositarios y las palomas mensajeras en esos menesteres. Son los que por natura llevan los mensajes y crean las condiciones para los debates. Son la maquinaria bien engrasada de la creación de opinión y “debate light”, ese debate de pocas calorías, ese debate que no engorda el pensamiento.
Por mencionar unos cuantos ejemplos: cada cierto tiempo los diputados y diputadas en el Congreso Nacional, con algunos sectores de iglesia y los medios de comunicación se hacen eco del tema del aborto. O el tema de la edad punible.
También los casos en tribunales que generan impacto, por ejemplo, el caso del Seguro Social, el de Kevin Solórzano, el caso de Plutarco Castellano y el más reciente el de Carlos Collier. También en ese combo de mantener atenta a la población toman los casos en los tribunales estadounidenses como el de los Cachiros, los hermanos Valle Valle o el de Callejas y compañía, cuando no salpican demasiado a sus dueños, compinches y similares.
También temas como la pena de muerte, los matrimonios igualitarios, la participación de pastores en la política, peleas de presentadoras de televisión y agarres de la socialité capitalina y sampedrana. O el traslado de personas detenidas y vinculadas a organizaciones criminales, con esas coberturas por aire y tierra, todo un espectáculo que más que noticia es un entretenimiento informativo.
Pero también, los sufrimientos y alegrías de la población por la selección nacional de fútbol, son sabrosa fruta que saben comerse los zares y estrategas de la comunicación.
Dentro de las diez estrategias atribuidas al pensador Noam Chomsky, la estrategia de distracción es una de las más efectivas y populares para las clases poderosas del país. Con eso contribuyen a la cultura de poco pan y pésimo circo. Así que cuando se quiere ocultar un tema o asunto que puede afectar directa o indirectamente a uno de los capos de la política clientelar de Honduras, no nos debe extrañar que los medios de comunicación saquen titulares de un chupacabras, de un ovni, o el endiosamiento de figuras de los capos de las telenovelas.
En fin, es bueno entendernos desde una sociedad en la que los gobernantes, a través de los medios de comunicación, se han hecho usuarios recurrentes del uso de “armas silenciosas para guerras tranquilas”.
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http://radioprogresohn.net/index.php/comunicaciones/nuestra-palabra/item/4009-armas-silenciosas-para-guerras-tranquilas-17-noviembre-2017
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