martes, 10 de octubre de 2017

Honduras / LA FÁBULA DE JUAN Y EL FEROZ NEW YORK TIMES: Rodolfo Pastor Fasquelle // TAPAR EL SOL CON UN DEDO: Galel Cárdenas

En este análisis, “La Fabula de Juan y el feroz New York Times y una propuesta modesta”, el reconocido analista hondureño Rodolfo Pastor Fasquelle, realiza una ampliación del contenido y de hechos íntimos entre los narcos y los políticos hondureños, más allá de la reciente publicación del periódico estadounidense. 
Rodolfo Pastor Fasquelle
Pensador hondureño
Redacción Central / EL LIBERTADOR /  Octubre 10,2017.-
                    Interesante sin ser del todo sorprendente que –por fin— el New York Times publique la noticia de que los Rivera Maradiaga han implicado no sólo a Porfirio Lobo, sino también a Juan Orlando Hernández (actual presidente de Honduras) como beneficiarios del patrocinio criminal. ¿Por qué? ¿lo estuvo tapando? Ya lo habían publicado antes periódicos en El Salvador y en Guatemala. Y la tardanza podría estar programada.

Fabio empezó a hacer tiempo. Yo no sé si es correcto o solamente obligado para el Presidente entregarles a los estadounidenses –que soliciten la extradición— a su hermano “Tony” Hernández, diputado del Partido Nacional, coordinador de su Departamento y a otros extraditables cercanos. ¿Lobo incluso? ¿Delincuentes todos? Para ser investigados. ¿Para, de esa manera, desmarcarse de ellos?

Me río del chiste pero no creo que los salve. Y quiero empezar mas bien defendiéndolo. Aunque entiendo porqué se le puede llamar así desde la tipificación de la Ley Kingpin, en la que el narco abarca todo lo que toca. Y entiendo porqué la DEA asegura haber descubierto en Honduras evidencia de nada menos que narcotráfico fomentado desde el Estado.

Sería mas preciso discernir que ese contrabando cruel, originado en la demanda estadounidense se volvió –en la guerra de la DEA— tan lucrativo que se rodeó de impunidad en un país miserable, que le quedaba en el paso, en donde la clase dominante no encontró mas recurso que cobrar un peaje oportunista, por apartarse de su peligroso camino. Al fin y al cabo, a los estadounidenses poco les ha importado antes de ahora la integridad de este Estado fallido, de que han abusado a su antojo. Juan estaba ahí, era un indito pelo parado, venía de un Departamento pobre. Si aceptó donaciones ilegales del Seguro Social ¿estas por que no?

Entiendo que desde que era Presidente del Congreso, recibió muchas donaciones sospechosas, JOH, de distintas fuentes, algunas que pudieron ser legales en Honduras, aunque no afuera. Tampoco sólo porque un narco le dijo a otro que le había dado 250 mil dólares ¡más de 5 millones de lempiras! puedo estar seguro que los hubiese recibido. ¿Acaso no están obligados a mostrarnos la evidencia de que ese dinero lo ayudó a llegar a la Presidencia de la República? Y si no ¿no sería delito haberlo recibido? Peor si, a cambio de declararlo, el sapo chismoso recibe un beneficio. Fuera de EUA ¿quién le va a creer a un mentiroso al que le favorecen por mentir? ¿Será de otra consistencia el Chapo? Y no creo que por ese concepto, Juan Hernández sea un narcotraficante. ¿Auxiliar? ¿Cómplice? ¿Aceptó? Estuvo ahí. Por supuesto. ¡Cómo podría negar las coincidencias! Y es uno más.

Lo que no es aceptable es que finja, que pretenda, yo no fui, fue Pepé. Que mienta, haciéndose el perseguido. Por supuesto que los gringos saben más de lo que publican. Entonces ¿para qué quiere hacerse el sueco? ¿Pretender que no estaba enterado? (Eso ni Lobo.) De que se le hubiese implicado ante la DEA antes que lo publicara el New York Times. Es desingenuo. No es creíble.

Trascendió hace mucho tiempo, en 2014, que Los Cachiros lo apoyaban en la política. Que Juan Orlando había estado presente e incluso había negociado con “Ricky” Álvarez la designación a cambio del voto por  voto, en su casa, de Rivera. Se les fotografío ahí. El propio Hernández escogió los tres periodistas amigos a los que invitó a hablar del tema en Casa Presidencial, en ese momento. Y en una especie de auto sacramental mediático les dijo claro y pelado que era cierto. Pero que él no sabía quienes eran. El lobo estaba disfrazado de oveja. Que en esas giras de campaña hay un remolino de gente. Y nadie sabe quien es quien. Raúl y Renato no repreguntaron. Al amigo no había que acosarlo.

No tenemos porque olvidar nada, ni tampoco porque fingir sorpresa ni asumir los conceptos del otro. Y las alegaciones de Rivera ya habían trascendido y se habían publicado en Insight Crime, misteriosa publicación cuasi académica y semi oficial.

Lo grave y lo insólito es que ahora diga JOH que porque lo dice este narco no es cierto, en tanto que –-antes— basándose en declaración del mismo imputado, ordenó la persecución de gente que tampoco es narcotraficante por otro vínculo, más que por haber estado ahí. Porque entonces es igual de cierto o ¿por qué es menos creíble, cuando se refiere a su persona?

Y lo curioso, la interesante novedad en todo caso, es que en Tegucigalpa, en el acto, un par de horas después de la publicación del Times, la Ministra de Comunicaciones C. Castro divulgue una carta que no redactó y que expone una teoría martirológica, refinada. La que por lo demás se ubica en el eje de la cuestión.

El que las hace se las imagina. Nos calumnian porque los combatimos, porque les hicimos imposible el negocio, porque nosotros somos los buenos y es lógico que nos mal informen, y hablen mal, los malos de los buenos, pero eso no prueba que sean lo contrario. Y lo hacen ahorita porque estamos a menos de dos meses de las elecciones y nos quieren afectar, sacar de la jugada.

Los narcos no me pudieron matar. Porque con ayuda de… (yo no blasfemo) y de los estadounidenses los detuve. Y entonces ahora me quieren destruir diciendo que soy uno de ellos, que fui su peón y paniaguado, que les hice los mandados antes que me conviniera hacérselos a otros. Destruyendo mi imagen, justo cuando los hondureños masivamente, juran por mi honradez, y están a punto de reelegirme por un margen sin precedente, debido a mi popularidad y la transparencia de las elecciones venideras. Y al algoritmo y la transmisión controlada.

Es que no es convincente, Juan. Esta vez SI es el lobo de verdad. Mejor hagamos esas reformas. Y negociamos algo. Se llama al Fiscal, se les hace enjuicio sumario y multitudinario. Se les ponen multas, al menos que el pisto se quede aquí, y después de una pena simbólica, de servicio personal de acuerdo al “expertisse” de cada cual ¿Una amnistía? ¿Un Perdón Presidencial? Ahí anda Trump después de todo enojado porque Obama perdonó no sé cuantas centenas de detenidos ilegales y diciendo que, en cambio él si se puede perdonar a si mismo. ¿Tu por que no?

 http://www.web.ellibertador.hn/index.php/avance/2458-honduras-la-fabula-de-juan-y-el-feroz-new-york-times 

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TAPAR EL SOL CON UN DEDO

Galel Cárdenas

Los medios oligárquicos, que no son mercenarios, sino sólo sus periodistas, que venden al mejor postor su pluma  —que pudiendo ser de oro es de lodo—, han usado todas las artimañas que posee la tecnología de la manipulación mediática para tapar el sol con el dedo de sus pobres ediciones periodísticas encaminadas a  seguir engañando analfabetas, bobalicones y desclasados acríticos  que aplauden y reproducen noticias y pensamientos completamente apátridas.

Que el imperio —a través de su periódico insignia haya publicado los resultados judiciales que envuelven a los narcotraficantes hondureños en Estados Unidos—  establezca en sus páginas las confesiones de los extraditados, significa que existe una molestia gubernamental porque haya gobiernos que desde su establishment apoyen el tráfico de narcóticos hacia Estados Unidos, sin el menor decoro moral, mismo que burla controles de la misma DEA en Honduras.

El asunto de las denuncias se ha venido destapando poco a poco, hasta que los capos hondureños encarcelados en USA, decidieron delatar sus contactos y cómplices, a cambio de unas penas menores a las que deberían cumplir. Temían por sus vidas en el país de las Hibueras.

Toda la parafernalia mediática ha sido silenciada mediante la dolarización de su silencio. Pero, esa misma dolarización llega a personajes políticos que sin el menor pudor salen a defender un Partido Nacional que está inmerso en esa carrera delictiva, no desde hace ocho años, si no desde que las Fuerzas Armadas asaltaron los poderes públicos.
Tenía que llegar un líder ambicioso, inescrupuloso, insaciable, un personaje mesiánico que propusiera 50 años de gobierno cachureco, a cambio de vender el territorio nacional a diestra y siniestra, aprobar leyes inhumanas de lesa patria, como si fueran confites de piñata barata, y crear todos los organismos de represión posibles, convirtiendo la institucionalidad en una verdadera inquisición social y política, concentrando todo el poder posible en sus manos blancas salpicadas por las pastillas de harina que una conspicua lideresa azul elaboró para cometer un homicidio colectivo en los pacientes del Seguro {social hondureño.

Pero el sol es más grande que un dedo, sea un menique o un pulgar.

El New York Times ahora es desde la dolarización de la conciencia del poder político omnímodo  Johísta,  un aliado de la Resitencia Política de la  Alianza Opositora Contra la Dictadura,  misma que ha pagado una campaña internacional de descrédito, en ese periódico de marras del imperio norteamericano.

Esos gringos de semejante periódico vendido, son  aliados de los malos hondureños que dañan la marca del país, que por cierto en ese gusanito multicolor, una vena invisible de narcotráfico lo alimenta con colores brillantes,  en el mundo internacional de las marcas mundiales.


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