No terminamos de saber a ciencia cierta si los planes económicos de JOH forman parte del “cierre de campaña de la presente legislatura o si son el preanuncio e inauguración de la nueva”. Pero de lo que no cabe duda es que son expresión de por dónde quiere “enrumbar” al país y la economía. Y en este momento coyuntural se centra en el turismo.
El presidente JOH pidió hace dos días al Congreso Nacional aprobar el proyecto de la nueva “Ley de Incentivos al Turismo”, que tiene como meta generar 250,000 empleos en los próximos dos años. En sus mismas palabras nos dice que “queremos que Honduras sea repotenciada en el turismo y para ello tenemos que construir más plataformas como hoteles y sitios de diversión y placer, a fin de ponernos en un lugar de primer mundo”.
Y después del qué hacer nos dice el cómo lograrlo: “tenemos que hacer una inversión por parte del Estado por la vía de no cobrar impuestos a los nuevos desarrollos turísticos que se vayan a dar por el orden de los $ 168 millones de dólares en 18 años, pero estaríamos recibiendo alrededor de cuatro mil millones de dólares en ingresos por divisas”. Es decir, que además de tener la solución, como si fuera el “mago de las finanzas” con una inversión mínima pretende obtener una “ganancia máxima”.
Y concluye nuestro presidente: “esta Ley marcará un antes y un después en el crecimiento del turismo y en la economía de Honduras por el enorme potencial con el que contamos”.
Si es muy loable que todos podamos y tengamos la capacidad de soñar proyectando en el corto y largo plazo el deseo y la utopía de un país y una economía que nos haga vivir con dignidad y con trabajo pero todos estos sueños del presidente tienen que contrastarse con la realidad con el objeto de hacerlos viables, operativos y visibles.
El gobierno sigue la misma política que se describe en el texto bíblico cuando Jesús pregunta “¿los reyes de la tierra de quienes cobran impuestos, ¿de los hijos o de los extraños? Y le contestaron que de los extraños, concluyendo Jesús “esto quiere decir que los hijos quedan libres de pagar”. Toda la crítica que se hace al presente gobierno es acerca de su política fiscal porque se cobran los impuestos no a los que más tienen sino a los que tienen menos. La propuesta del Nuevo Pacto Fiscal trata de romper con esta dinámica elitista, injusta, excluyente y concentradora de todo poder.
Por otro lado, sancionar con una Ley el fomento del turismo va a significar en la práctica, vía legal y mediante el Congreso Nacional, el despojo, expulsión y demonización de los grupos originarios, campesinos e indígenas que luchan por vivir en sus tierras, proteger sus recursos y defender sus derechos ancestrales.
En definitiva, los “sueños del presidente” pueden convertirse fácilmente en una “grave pesadilla” para quienes serían las víctimas o el reverso de un turismo de primer mundo que produce inversión y ganancias para unos y sometimiento y exclusión para otros.
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Los sueños de un presidente
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http://radioprogresohn.net/index.php/comunicaciones/nuestra-palabra/item/3771-los-sue%C3%B1os-de-un-presidente-21-julio-2017
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