jueves, 6 de julio de 2017

“Los dólares de los pobres sostienen a los ricos en Honduras”

Ismael Moreno, junto a la sede del centro de estudios de los jesuitas Cristianisme i Justícia, en Barcelona (Xavier Gómez)

La noticia del asesinato de Berta Cáceres el año pasado recorrió medio mundo. Ismael Moreno, conocido como padre Melo, colaboraba con la activista hondureña. Director del Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación (ERIC) de los jesuitas y de Radio Progreso, trampea –con la vigilancia del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos y de Amnistía Internacional– las amenazas de muerte en un país donde la violencia provoca un éxodo en masa hacia Estados Unidos.
“En el fenómeno de la emigración es donde se expresa el deterioro, incluso el fracaso de la sociedad y sobre todo del Estado: cuanto menos estado tenemos, menos derechos se respetan -afirma Moreno–. Y la juventud de Honduras es la que carga con las mayores consecuencias de ese fracaso, porque es la población desempleada, criminalizada y estigmatizada; son los que representan peligro para la sociedad”.
¿Desde el golpe de Estado del 2009 aumentó la violencia en Honduras?
Si tuviera que hacer un resumen sociopolítico de los últimos 25 años diría que a finales de los noventa el país terminó con una situación de inestabilidad por dos factores: empezaron a verse las consecuencias de modelo neoliberal, de empequeñecimiento del Estado, la apertura de la inversión externa, la migración del campo a la ciudad, el aumento del desempleo y el huracán Mitch. Junto con el fenómeno de las pandillas juveniles y la irrupción del narcotráfico, porque a partir de entonces los colombianos y los venezolanos junto con Estados Unidos, los narcotraficantes, convirtieron el territorio hondureño en la plataforma donde llega la droga y de ahí se distribuye en diversos corredores para que pase, por Guatemala y México, hacia EE.UU. De ahí comienza un proceso casi indetenible de deterioro social y político. El Gobierno impuso la mano dura, pero lo que hizo fue más bien que se recrudeciera, se polarizara, porque las pandillas juveniles estaban más fuertemente vinculadas con el narcotráfico, hubo estrechas relaciones con oficiales de la policía y del ejército, de manera que cuando llega el 2009 el golpe de Estado es la culminación de un proceso de deterioro de la situación política y social. Podemos decir que el Estado colapsó, y desde entonces tenemos el “gobierno de los fuertes”, donde no es la institucionalidad del Estado de derecho lo que funciona sino la institucionalidad del Estado que va avanzando a ser más criminal, el estado de los criminales. La población juvenil se encuentra con la presión del crimen organizado, la criminalización de ese estado que protege a los traficantes, el aumento del desempleo y sus familiares en EE.UU. que les están diciendo: vénganse porque los van a matar.
                                
                              LAS REMESAS DE LOS EMIGRANTES
Al menos 3.000 millones de dólares anuales hacen que la economía hondureña no colapse
¿Honduras vive de los emigrantes?
Al menos 3.000 millones de dólares anuales, que están muy por encima del café, el turismo, la industria de la maquila y de cualquiera otra cosa, impiden el colapso de la economía hondureña. Los dólares de los pobres son los que sostienen el modelo de los ricos.

¿Entonces, si se cierran las puertas en México y Estados Unidos...?
Los gobiernos de Honduras juegan ambivalentemente, por no decir hipócritamente. Por una parte están aliados con las políticas de seguridad del gobierno de EE.UU. pero por otra facilitan la huida de los migrantes, porque la economía hondureña, los empresarios, no pueden vivir sin esos dólares. Los 3.000 millones son los que hacen que la balanza comercial no colapse. Hay una desproporción entre lo que se importa y lo que se exporta, entonces lo que la equilibra son los dólares: aunque llegan directamente de familia a familia, después los supermercados, las ferreterías, las tiendas, están como al acecho, agazapadas para recibir los dólares, que después van a los bancos, que después se prestan para la agroindustria, para la maquila y para los grandes negocios…

¿Cuántas familias controlan el país?
Mire, hay datos que están hablando de que los verdaderos ricos en Honduras son 225 personas. Si uno comienza a cruzar los apellidos, no pasan de 17 familias, porque están muy entremezcladas. Y hay datos que circulan que hablan de que cada una de estas personas tiene un promedio de 150 millones de dólares. Es un proceso de acumulación y concentración de capitales creciente cada año.

Y controlan prácticamente todos los rubros de la economía. Esto es lo que se llama oligarquía y hasta plutocracia porque es el gobierno de muy pocos ricos. Todos los productos que se venden, sin excepción, están controlados por estas familias, desde las cerillas al queso o el aceite y el jabón, el combustible que le va a echar a la motocicleta, el colchón donde va a dormir, el televisor donde va a ver la novela… Por una parte te encuentras con esas 225 personas inmensamente ricas y a la par te encuentras en el mismo territorio con personas que no llegan a ganar 60 lempiras diarias, que son menos de tres dólares. Y una libra de queso esa persona la compra a 35 o 40 lempiras.
                         
                                  PROGRAMAS DE AYUDA Y COMPRA DE VOTOS
  La población más pobre recibe una pequeña limosna pero a cambio tiene que votar por el presidente. El gobierno de los grandes ricos es defendido por la gente más pobre
El Gobierno está impulsando las inversiones en eso que llama alianzas público-privadas, en donde el liderazgo lo tiene la inversión de las multinacionales y esas familias son los socios menores, y se reparte. Pero el gobierno no impulsa políticas como por ejemplo para trastocar mínimamente la tenencia de la tierra ni para aumentar una producción que busque una respuesta de algún modo sostenible al desempleo. ¡Sin embargo, tiene una cantidad de programas de asistencia social! Estamos hablando de 72 programas en los que se regala a la gente lo que llaman bolsas solidarias: unas cuantas provisiones que duran uno o dos días. O, por ejemplo, láminas de zinc, o un hornillo, etc. De manera que con ese plan de ayudas la población más pobre recibe una pequeña limosna, pero a cambio tiene que votar por ese presidente que se va a reelegir. Ahí está la gran paradoja: el gobierno de los grandes ricos es defendido por la gente más pobre.

¿Esas ayudas son canalizadas a través de la iglesia católica o las iglesias evangélicas?
No, principalmente son canalizadas por activistas políticos. Se ha hablado de que el gobierno tiene para estos programas cerca de 80.000 personas contratadas. Cada una de ellas es activista del partido del gobierno, que tiene como objetivo asegurar que en su territorio estas personas reciben una determinada ayuda de uno de los 72 programas si asegura que está anotada para votar por el presidente cuando vengan las elecciones.

¿Hay forma de comprobarlo?
El activista tiene que dar cuenta al jefe del partido de que esas personas van a votar el presidente. Hay bastante seguridad, porque para dar la bolsa solidaria el activista se asegura de que esa persona le da su número de cédula y además se compromete a que cuando ya se acerquen las elecciones le va a dar otra pequeña ayuda y el beneficiario le va a entregar la cédula al activista. De modo que cuando va a la urna electoral es cuando le dan la cédula y le da un celular para que tome la foto para asegurarse… Es un montaje nacional. Ya ocurrió en las elecciones del 2013 y está previsto que ocurra lo mismo en las elecciones de noviembre de este año.

¿El presidente Juan Orlando Hernández va a ser reelegido en noviembre?
Sí, porque tiene todo el mecanismo montado, estructurado. Probablemente no saldría electo si tuviera una enfermedad que lo llevara a la muerte o el gobierno de EE.UU. le retirara el aval. Tiene todo organizado, pero particularmente ese control territorial.

¿Qué haría falta para que EE.UU. le retirara el apoyo?
El Gobierno de EE.UU. tendría que poner en marcha un proceso de investigación de Juan Orlando Hernández por sus vínculos con actores del narcotráfico. Su hermano está mencionado en los juicios de los narcos extraditados a EE.UU. Pero en estos momentos Juan Orlando Hernández es el que garantiza la mayor estabilidad política para los programas y el plan de seguridad que el gobierno de EE.UU. tiene en Honduras.
LA POLÍTICA DE SEGURIDAD DE EE.UU. Al gobierno de EE.UU. los hondureños no le importamos en absoluto, si comemos o no, si trabajamos o no...

¿En el caso centroamericano el modelo de EE.UU. sigue sus pautas de siempre, es un modelo que no cambia?
Las políticas hacia Centroamérica, desde mi punto de vista, son invariables, independientemente de quién esté conduciendo el ejecutivo en EE.UU. Puede tener pequeños cambios, en reformas o acentos tácticos, dentro de la invariabilidad de las políticas. En Honduras tiene preemencia una combinación del Departamento de Estado y el Pentágono, que son los que actúan de manera directa. La política para Honduras es bastante clara: a partir del golpe de Estado pero incluso un poco antes, el gobierno de EE.UU. se convenció de que estaba perdiendo el control de Honduras. A partir de esa lectura, define una estrategia que, desde mi punto de vista, tiene cuatro líneas. Primero, una línea de limpieza, comenzando con los forajidos, continuando con empresarios, siguiendo con políticos y con oficiales de la policía y el ejército. Y para esto el gobierno de EEUU puso en marcha un plan para tener de algún modo sus propios investigadores, su propia policía, sus propios fiscales y sus propios jueces.

Una especie de institucionalidad paralela. Una segunda línea es buscar adecentar el Estado contribuyendo a la lucha contra la corrupción. Una tercera línea es prevenir la violencia, invertir en formación sobre la importancia de promover la convivencia y la paz, aliándose incluso con las iglesias evangélicas y católica. Y la cuarta es invertir en relevos de cara a una nueva generación de políticos. Juan Orlando Hernández es una aliado pero lo controla, lo amenaza, le captura a sus amigos más cercanos... Esa estrategia es invariable. Al Gobierno de EE.UU. nosotros los hondureños no le importamos en absoluto, si comemos o no, si trabajamos o no… Lo que le importa es que ese territorio que tiene costa en el Atántico y el Pacífico, tiene fronteras con Nicaragua y Guatemala, siga siendo un territorio con miras geopolíticas para sus intereses de seguridad para el continente, especialmente en la medida en que la conflictividad internacional se va agravando, y tenemos a Venezuela en la mira, tenemos cambios en la política hacia Cuba… Estonces, Honduras es un territorio demasiado espléndido para desaprovecharlo o para dejar que lo controlen otros. Que después eso redunde en que haya políticas que beneficien, eso es secundario. Lo fundamental es controlar el territorio desde sus objetivos geopolíticos.

                                       PARA PREVENIR LA VIOLENCIA
Un funcionario del Departamento de Estado me dijo que quería apoyarme, pero los jesuitas no aceptamos dinero del gobierno de EE.UU.
En cuanto a la prevención social, ¿ustedes los jesuitas no intervienen en estos planes?
Mire, a mi me visitó hace cuatro años un funcionario del Departamento de Estado que venía desde allá. Y platicando sobre el papel de la iglesia, me dijo: el gobierno de EEUU quiere apoyarlo a usted en sus escuelas de formación política. Nosotros tenemos tres escuelas de formación política cada año, para jóvenes. Segundo, el gobierno de EE.UU. quiere apoyar su radio, me dice. Y quiere apoyar en general el trabajo que ustedes realizan aquí porque es un trabajo de prevención de violencia. Evidentemente, nosotros no podemos aceptar una ayuda que, aunque inmediatamente parece muy buena, nos resuelve dificultades que tenemos, sabemos que responde a esos objetivos de control del territorio con propósitos geopolíticos que nos son precisamente los que nosotros buscamos. Los jesuitas no aceptamos dinero del gobierno de EE.UU.

También un señor le había ofrecido millones para crear una universidad…
Sí, eso fue en el 2006. Es interesante esta anécdota porque yo era algo así como el delegado de los jesuitas en Honduras. Un alto empresario que había sido canciller vino y me dijo que representaba a un grupo de empresarios hondureños, con la propuesta de que los jesuitas fundáramos una universidad. Nosotros, dijo, nos comprometemos a aportar 10 millones de lempiras y un terreno de 10 manzanas como semilla nuestra, sobre la base de que nosotros no nos vamos a meter en sus planes, sabemos quiénes son los jesuitas y sabemos que vamos a tener una educación de calidad, no queremos enviar a nuestros hijos al exterior. Las universidades de Honduras son garajes. Bueno, esa fue la propuesta. Nosotros no aceptamos, primero porque tenemos las prioridades bien establecidas.

Tenemos tres universidades en Centroamérica, en una región tan pequeña, y nuestro objetivo es que las tres puedan tener una presencia a través de postgrado en Honduras. Para eso la Compañía de Jesús ha construido un edificio destinado a esto. Quiero decir que hay sectores empresariales que nos buscan y me buscan a mí en ocasiones para que podamos dar un servicio que, de muy diversas maneras, quiebra nuestra autonomía y nuestra independencia. Y nuestra independencia es muy difícil que la negociemos. Preferimos trabajar muy pobremente o incluso vivir apretados pero ser independientes. Pobres pero dignos, digamos..
                                           
                                                       (Foto de Xavier Gómez)
Ustedes están comprometidos enormemente con los movimientos sociales.
Lo que ocurre en que en Honduras el control de la economía por esas familias y por las multinacionales es tan grande que en la práctica lo que tenemos es una dictadura económica y política. Otra cosa es que haya elecciones cada cuatro años. Eso son datos anecdóticos de un proceso de construcción continua de una dictadura económica y política. En esa dictadura la oposición fundamentalmente está controlada, y la oposición que no se controle: palos, represión. Berta Cáceres simboliza esa oposición no controlada. Nosotros, Radio Progreso y el ERIC, los que estamos coordinando este trabajo, nos califican como oposición no controlada. Lo que esperamos de esta dictadura son reacciones represivas y duras que están de algún modo….

                                        EL ASESINATO DE BERTA CÁCERES
  Primero se la ignora, luego se la estigmatiza, se la criminaliza, y por fin el asesinato...
El modelo de Berta es muy importante destacarlo para ver cómo actúa esta dictadura frente a esa oposición que no controla. Primero, se la trata de ignorar. A Berta y a mí nunca se nos entrevista en un medio en Honduras. Segundo: estigmatizar. Si en alguna ocasión voy a salir en un medio va a ser para decir que el padre Melo de nuevo anda de revoltoso, promoviendo la desestabilización del gobierno, hablando mal de Honduras en el extranjero. Tercero: criminalización. Mire, como usted Berta Cáceres ocupó una carretera está violando los derechos de la ciudadanía, los tribunales la acusan de esto y esto… Y finalmente, el asesinato. Entonces, los opositores sabemos que las primeras tres, ignorancia, estigmatización y criminalización, no las podemos evitar. Lo que tratamos, por todos los medios, es evitar la última etapa, que nos maten.La dictadura es tan poderosa que cualquier tipo de oposición que se salga del margen, del control que ellos tienen, ellos van con tanta fuerza que parece que nosotros fuéramos hasta desadaptados sociales, que fuésemos tan extremistas que el Ché Guevara se quedaría corto. No, lo que hacemos no es siquiera oposición sino defender los derechos nuestros, defender el derecho de los ríos, defender el derecho a la libre movilización y defender el derecho a la protesta, al agua, a vivir en las comunidades, defender el derecho a la libre expresión. Eso, frente a una dictadura tan poderosa como la de Honduras se llama oposición, y como no nos pueden controlar, no nos sobornan, no nos callan, entonces se van cumpliendo esos cuatro pasos…

                                           LAS PANDILLAS CRIMINALES
  Ha habido fiscales, jueces, diputados vinculados con estructuras de las maras del narcotráfico porque de por medio hay muchos millones de dólares
¿Hay una colusión entre el Estado y las maras?
Mire, durante mucho tiempo se ha hablado de que las maras o pandillas no son solamente las organizaciones tradicionales de la juventud de los barrios sino que son organizaciones juveniles que acabaron siendo correa de transmisión de los carteles de la droga, que a su vez tienen una plena articulación con estructuras de la policía y del ejército. En una ocasión, una alta comisionada de la policía en situación de retiro, declaró que de cada 10 oficiales de la policía 7 estaban coludidos con el crimen organizado. En otra ocasión nosotros dimos información de un jefe de la policía de una región que recibió el 25% de las extorsiones que se realizaban en la zona. Ha habido unos 4.000 miembros depurados en los dos últimos años porque estaban vinculados con el crimen organizado. Ha habido fiscales, jueces, diputados vinculados con estructuras de las maras del narcotráfico porque de por medio hay muchos millones de dólares que se ganan en estos negocios. Están las extorsiones, el sicariato, la droga, el robo de vehículos, el tráfico de armas… Es un conjunto de rubros que te da como resultado muchos millones y como resultado muchos millonarios. No son maras que están ahí en el barrio y te extorsionan por cien lempiras o cien dólares, son millones.

¿Cuáles son las multinacionales presenten en el país?
Las multinacionales mineras que más invierten en el país son canadienses. Las que más invierten en el resto de rubros, ya sea en el combustible o en productos del petróleo, en las telecomunicaciones, en el industria del turismo, en la agroindustria, son estadounidenses todas ellas. También tenemos transnacionales chinas que andan tras el óxido de hierro y entran en alianza con empresarios hondureños para su explotación en los cerros de Honduras. Las hidroeléctricas son de EE.UU. pero también con capital europeo, de Finlandia incluso, de la banca alemana y entiendo pero no estoy seguro, hay capital de España.

                                          NO SOLO LUCHA ECOLOGISTA
Hidroeléctricas y minería van de la mano y se convierten en amenaza para salud. Hay comunidades que ya van por tres generaciones con consecuencias en la piel, porque el agua queda contaminada
¿Cuál es el impacto ecológico, contra el que luchaba Berta Cáceres?
 La importancia de las hidroeléctricas es una: allí donde se instalan es porque hay una explotación minera. Y la explotación minera necesita abundante agua. Hidroeléctricas y minería van de la mano.

 La política de energía limpia es el discurso de las multinacionales, pero el objetivo fundamental es garantizar el agua que se necesita para la explotación minera. Eso significa desplazamientos de población. Hay varias comunidades afectadas. Significa el trastorno ambiental porque las comunidades se organizan en torno al río, en torno al agua. Entonces, no puedes lavar, no puedes tomar el agua, no puedes ni ir a recrearte. Se trastoca todo, y cuando viene la explotación minera se convierte en amenaza para salud. Hay comunidades por las que ha pasado la explotación minera que ya van por tres generaciones con consecuencias en la piel, porque el agua queda contaminada de manera casi permanente.

Lo que tenemos en mente en seguir invirtiendo en formación de jóvenes, seguir con proyectos que estén vinculados con la protección de los ríos y del ambiente, avanzar hacia una estrategia de comunicación que pueda romper con el cerco mediático. Y también, el objetivo nuestro es apoyar todo aquello que conduzca a recuperar el estado de derecho. Si no tienes institucionalidad no hablemos de derechos humanos, no hablemos de democracia…

¿Todo eso sin ninguna vinculación con partidos políticos?
Nosotros no tenemos ninguna vinculación orgánica con partidos políticos, dialogamos con los partidos de oposición. Tenemos la obligación de dialogar porque lo que sí necesitamos es que se pueda fortalecer en Honduras una oposición política y una oposición social de cara a romper con esta dictadura política y económica que conduzca a la recuperación del Estado de derecho.

 http://www.lavanguardia.com/internacional/20170706/423346527366/ismael-moreno-berta-caceres-honduras-emirgacion-estados-unidos-violencia-dictadura.html?utm_campaign=botones_sociales&utm_source=facebook&utm_medium=social

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