EDITORIAL
La piedra filosofal y retuit de Nealon
Hay razones para dudar. Aun hoy, la reelección de JOH no tiene más publicidad ¡que la que hacen los opositores al pobre Mel! Otros aseguran que ya es inevitable. No tengo amigos en el palacio, ni en la embajada… que me cuenten. No sé si JOH será candidato, ni menos si será reelecto. Tendría que vencer fuertes resistencias, por ejemplo, la determinación y el rechazo del pueblo. Y resucitar la economía y la sonrisa de la gente.
Me hubiera gustado, ingenuo que soy, que –como
de una pesadilla de la que se despierta a tiempo– JOH anunciara que
renuncia a la reelección, cuya inconstitucionalidad fue el pretexto que
usó para el golpe. No obstante el actual Presidente tuvo el anhelo de
reelegirse desde siempre. En privado lo habló con sus iguales, armó la
jugada quitando del camino todo estorbo. Sin nunca declarar en público
que eso quería ni que no. Permitía el rumor y, si amainaba, lo mandaba a
avivar, porque la especie servía a sus fines, fuera o no cierta. ¡El
continuismo claro es el único recurso de quienes quieren continuar o
escapar! ¿Ignora que es impopular JOH que tanto sabe? A última hora
puede pasar cualquier cosa, aun lo inevitable.
Con garrote y zanahoria consiguió que los burros sigan trotando en la dirección que él y ellos saben que los lleva al despeñadero. Ha quedado solo en el escenario. Hoy atemoriza y confronta a los timoratos con el dilema de reelegirlo a él o a Mel.
Está
a punto para montar la obra. Los órganos contralores están firmes para
desactivar la voluntad popular o cualquier oposición, a menos que la
MACCIH consiga su independencia. Todos
los movimientos nacionalistas postulan a JOH como candidato.
Como los
libres a doña Xiomara, de modo que no tiene contendiente. Los militares
saben y esos pocos ilusos que se oponen, son eso, ilusos y pocos. Bajo
el liderazgo escogido la Corte ya cumplió su papel. “Es cosa juzgada”.
Nada que temer.
El Partido Nacional tiene listo al Congreso para el proyecto de reglamento que sólo necesita –contabilizada, con los votos precisos– mayoría simple, y está instruyendo a los partiditos inventados para tener el control de las mesas electorales donde cuentan los votos. Que prevalezca el resultado. El clero está presto a bendecirlo, aun si antes lo condenaba. Y esto que pide perdón por todo el daño que hace al prójimo.
Sin representación de la mayoría, el Supremo Electoral entiende su papel. Distraer. En nombre de la democracia. La libre empresa está advertida. JOH la protege. Debe colaborar con la tranquilidad pública. Igual la prensa. Todo el mundo. ¿A qué le tira JOH? A conservar el poder ¡por supuesto! ¡Como sea! ¡Haciendo lo preciso! Pero ya se sabe que habiendo sido reelecto o renunciado a ese invicto, el azufre será transmutado en oro de mina a cielo abierto, JOH será otra vez el héroe de las alabanzas, será el limpio en el recuento de los corruptos. El bienamado, sin par, opción ni alternativa. Porque no hay más JOH que JOH. ¿Qué quiere? ¡Qué sé yo! ¿Ser el sobreviviente después del diluvio? ¿El nigromante del poder? ¿El guasón que, en su triciclo, rebasa a Mel en batibicicleta? Que pudo reírse de nosotros, y ¿que se va ileso? ¿Impune? Así desvariaban muchos.
http://www.web.ellibertador.hn/index.php/avance/liberarte/1772-portada-y-editorial-el-libertador-oct-2016-retuit-de-nealon
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