jueves, 20 de octubre de 2016

Discurso de Clausura de George Mavrikos, Secretario General de la FSM, en el 17º Congreso Sindical Mundial- Durban

Estimados amigos y compañeros,
Quería, en primer lugar, agradecerles por la confianza que me han demostrado con mi reelección al cargo del Secretario General. Por parte del PAME y del movimiento sindical de clase de Grecia, les damos nuestras gracias por el apoyo que demuestran otra vez. Con mi reelección siento aún mayor la responsabilidad ante ustedes y me comprometo que voy a dar lo mejor, todas mis fuerzas a la lucha por el fortalecimiento de la FSM y la emancipación de la clase obrera mundial.

Estimados hermanos y hermanas,
Desde mi elección el 2005 al cargo del Secretario General, he siempre intentado tener una relación camaraderil, sincera, directa y sencilla. Hoy quiero ser exactamente igual y por eso les informo que este mandato va a ser mi último en la FSM al cargo del Secretario General. En nuestro próximo Congreso vamos a elegir a un compañero más joven, bajo los criterios adecuados. Tenemos militantes capaces, valiosos y comprometidos dentro de la familia de la FSM. Sólo a un militante así, podemos elegirle colectivamente y confiarle la dirección de nuestra Organización para los próximos años.

Es nuestro deber, nuestra obligación ayudar en la práctica -no sólo de palabra- la promoción de nuevos cuadros. Al mismo tiempo se trata de una aptitud para que cada liderazgo sepa, se dé cuenta cuando se debe retirar. Un dirigente del movimiento sindical de clase tiene que retirarse y no expulsarse; tiene que irse en el momento oportuno y dejar paso a los más jóvenes. Nuestro movimiento tiene muchos cuadros capaces. Nadie es insustituible. Los insustituibles existen sólo en los cementerios.

Estimados compañeros,
Permítanme agradecer a todos los que han trabajado tanto durante ese año discretamente, detrás de las luces por la organización de este Congreso. Quería agradecer a los camaradas sudafricanos Zola, Lucian, Lulamile, Zanele, Schubuzo, Dobie, Lupert y a tantos otros; gracias también al personal de la Oficina Central de Atenas, a los traductores, a los conductores, a los periodistas que hoy están aquí así como al personal del CIC y de los hoteles que nos dan hospedaje. Por parte de todos los delegados-as y observadores-as les expresamos nuestra apreciación y amor.

Ahora permítanme entrar en las conclusiones del Congreso.
La primera conclusión: Se celebró un Congreso abierto, democrático, clasista e internacionalista; un Congreso que refleja y está a la altura de los 71 años de la FSM. 112 oradores tomaron la palabra desde 103 países. Hicieron sus ponencias libremente. Hicieron sus propuestas, su crítica y algunos de ellos hicieron también su autocrítica. La autocrítica tiene un interés especial porque hay que tener fuerza para hacer autocrítica verdadera; porque la autocrítica junto con la sana emulación y la crítica constituyen herramientas básicas para la mejora del militante.

Las sesiones durante todos los días estaban abiertas a todos los Medios de Comunicación, a todos los observadores e invitados. La dirección del Congreso y la función de todos los Comités se mantuvo en un nivel muy bueno.

Ayer, elegimos al Secretario General por votación secreta, organizada por la Autoridad Independiente de la IEC. Votamos democráticamente y libremente hace una hora y elegimos al nuevo Presidente de la FSM, compañero Mzwandile Makwayiba. Su elección constituye un paso importante para nuestra organización, subrayando la prioridad que damos al continente africano así como nuestro esfuerzo por el fortalecimiento del movimiento sindical. En una hora va a tener lugar la segunda -también secreta- votación; una vez más se organizará por la especial Autoridad Independiente de Sudáfrica para la elección del nuevo Consejo Presidencial y el nuevo Comité de Control Financiero.

Hace poco tiempo que votamos todos juntos el nuevo Programa de Acción, la Plataforma 2016-2020, presentada por parte del Comité de Resoluciones por el compañero Swadesh Devroye. Se trata de una decisión a la vez ambiciosa y realista; no solo actual sino necesaria. Se trata de una decisión que es el resultado de las propuestas antes del Congreso así como de los debates aquí, en nuestro Congreso.
¿Qué confirma esta visión general?
El carácter democrático, abierto y unitario del nuestro Congreso.

La segunda conclusión del Congreso es:
Todos y todas tenemos nuevas tareas organizacionales; aún mayores responsabilidades para nuestros cuadros. Deberes más altos, mayores exigencias para fortalecer aún más el movimiento sindical de clase. Pues sólo un movimiento sólido en términos organizacionales, masivo y combatiente puede defender a sus miembros y a todos los trabajadores-as con eficacia y éxito.
Por eso, nos comprometemos en un Nivel Organizacional con respecto a:
Nuevos miembros a la FSM
Nuevos sectores en nuestras UIS
Nuevos países y regiones en nuestras líneas.

Acabamos de aceptar los 3 nuevos sindicatos afiliados desde Rusia, Angola y los EEUU. La adhesión de estos sindicatos importantes tiene un valor simbólico especial para la historia de la FSM; pero sobre todo abre nuevas vías para hoy y para el futuro.

Entonces decidimos todos juntos, aquí y hoy, votar por unanimidad la decisión de esforzarnos para tener en nuestras líneas hasta el próximo 18º Congreso 100 millones de miembros. Trabajemos, pues, con programación, plan y control por ese objetivo. Podemos conseguirlo.

Nuestro objetivo es que el movimiento sindical se fortalezca en su base. Dentro de los lugares de trabajo, dentro de las transnacionales, dentro de todos los sectores, todas las regiones, en cada país y rincón del planeta.

Necesitamos vivos sindicatos de base, masivos, que puedan unir a los trabajadores contra la explotación y la burguesía. Queremos sindicatos de base que puedan operar como auténticas escuelas para los trabajadores, que puedan enseñarles todo lo necesario para la lucha de clase y los combates. Queremos sindicatos que puedan actuar dentro de las masas. No deben ser clubes restringidos, ligas burócratas o pequeños élites, sino escuelas de lucha abiertas.

Sigo con el asunto organizacional para que se ilustre también la necesidad de mejorar la función del Consejo Presidencial así como la del Secretariado. Las reuniones tienen que ser esenciales, precisos, con temas específicos, evitando las afirmaciones generales y las simples descripciones de los problemas. No somos escritores para hacer descripciones de las imágenes que vemos en nuestros países y en nuestros sectores. 

Somos cuadros, líderes cuyo deber es aunar fuerzas y organizar luchas clasistas para cambiar el mundo; hacerlo socialmente justo.
Las mismas exigencias existen para las Oficinas Regionales y nuestras UIS. Muchas ponencias que han abordado el papel de nuestras organizaciones sectoriales nos dieron algunos ejemplos útiles y correctos. Todos han destacado que bajo las condiciones contemporáneas con las transnacionales, los cárteles, las fusiones empresariales y las privatizaciones, crece la importancia del rol de las UIS. Por eso hay que aportar más ayuda, mayor atención y más asistencia.

Las mujeres que han tomado la palabra, los jóvenes y los inmigrantes mostraron la necesidad organizacional de que se fortalezcan y se operen los respectivos Secretariados. Es muy correcto que las mujeres trabajadoras, la juventud trabajadora, los inmigrantes y los refugiados esperen mucho de la FSM.
Además, proponemos decidir sobre el establecimiento del Comité de Jurídicos y de Expertos Científicos que va a defender a los trabajadores y los sindicatos que lo necesiten.

Asimismo, estamos todos de acuerdo en encargar el nuevo Secretariado de examinar y presentar un informe suficientemente fundamentado sobre el establecimiento de nuevas UIS y Oficinas Regionales. Que aprobemos hoy aquí la creación de una Oficina de la FSM por la Eurasia con sede en Moscú.

La tercera conclusión que resulta del Congreso y de las intervenciones es la necesidad de fortalecer nuestros sindicatos en nivel ideológico y político. No actuamos dentro de un entorno estéril. Estamos viviendo y luchando entre amigos, adversarios y enemigos. Por eso, hay que tener claro dentro de nuestras Organizaciones y liderazgos quiénes somos y a dónde vamos.
Entonces es muy correcto luchar por salarios dignos. Es muy correcto hacer la huelga contra las privatizaciones y exigir contratos colectivos, condiciones de higiene y de seguridad, Educación estatal libre, Salud y mejora del medio ambiente. Todo esto es parte de nuestra tarea principal. Debemos seguir ejerciendo este papel.

No obstante, al mismo tiempo, como movimiento sindical de clase -insisto que al mismo tiempo- tenemos que radicalizar nuestras reivindicaciones. Tenemos que profundizar el contexto y las formas de nuestra lucha con el propósito directo de la emancipación de la clase obrera por la explotación capitalista. Para que la clase obrera se convierta en la líder de clases, en la clase de vanguardia, cumpliendo su objetivo estratégico.

De esta forma, lo más importante es la lucha combinada por los problemas cotidianos, por las necesidades contemporáneas y cotidianas de cada familia trabajadora junto con la lucha que va a profundizar el nivel de conciencia de los sectores populares que no van a soportar más vivir en el mismo régimen de explotación.
Por lo tanto, si hay algunos que dicen: “hoy voy a luchar por el salario y el mes que viene voy a luchar por radicalizar la conciencia de las masas”, están muy equivocados.

No se puede luchar contra la privatización de la mina por este mes y el próximo año luchar para convencer a los trabajadores que la riqueza les pertenece.
No se puede luchar este año por los contratos colectivos y un año después alegar que vamos a luchar por la emancipación. La lucha de clases no existe dentro de cajas esterilizadas.

Nuestras herramientas básicas por el fortalecimiento de nuestro objetivo estratégico son el 
Internacionalismo, la Unidad de nuestra clase y nuestra Línea Militante. Consideramos que casi todas las intervenciones han apoyado y enriquecido todo lo que hemos mencionado en el discurso de apertura. En consecuencia, estamos todos de acuerdo y seguimos.

Debe considerarse a este respecto que nuestro claro nivel ideológico y político es de gran ayuda en nuestra confrontación con la burguesía internacional y sus instituciones, sus títeres dentro de los Medios de Comunicación o las direcciones sindicales.

Hoy día, los capitalistas están mejor organizados en sus propias uniones, tienen sólidos mecanismos de control, han controlado casi todas las Organizaciones Internacionales, han reforzado su agresividad contra los sindicatos y los militantes del movimiento sindical.
Para afrontar de manera suficiente el ataque de los padrones hay que estar armados con conocimiento teórico e ideológico para que -junto con el poder organizacional- nos defendamos y contraataquemos con éxito; en el momento y lugar oportuno.

La cuarta conclusión:
Hay que confiar en nuestro poder, en nuestra fuerza y la superioridad del movimiento sindical de clase contra las tácticas de los sindicatos amarillos. Los sindicatos amarillos constituyen un peligro para el movimiento sindical porque en realidad fragmentan la clase obrera, dan respaldo al capital, apoyan las transnacionales y los monopolios. Son aliados y títeres del imperialismo. Los sindicatos amarillos tienen muchos recursos económicos y corrompen a sindicalistas; compran conciencias.

Nosotros, la familia de la FSM, tenemos que convencer a la nueva generación que la lucha vale la pena. Tenemos que convertirnos en el ejemplo positivo para que el movimiento sindical recupere su prestigio. Únicamente los militantes de la primera línea pueden asumir el papel de llevar de nuevo amplias masas populares dentro de los sindicatos.

Tenemos una Superioridad Moral, Ideológica y Política frente a los liderazgos sindicales amarillos.
Tenemos una Superioridad Moral, Ideológica y Política en términos de cuadros sindicales.
Tenemos cuadros que no se pueden comprar, aun cuando se les ofrecieran todos los diamantes de la tierra africana. No vendemos nuestra Ideología. No vendemos nuestra Historia. No vendemos nuestra clase.

Ahora veo ante mí el camarada Nazario del Perú. ¡Fue tanto el chantaje que sufrió en Ginebra, en junio, para que retirara la queja de la FSM contra el gobierno de Chile, que las embajadas del Perú y de Chile, Ministros, burócratas y sindicalistas amarillos le amenazaban por la medianoche! Nazario no cedió ni un ápice. “Estoy con la FSM”, les contestaba con orgullo.

Felicitaciones Nazario. Te agradecemos por la lección que les diste con tu comportamiento.
Aquí abajo, en la esquina, está Emil Olsen de Dinamarca. Le expulsaron de los Comités de su Sindicato porque toma parte en la FSM. Le pidieron que se fuera de la FSM; en caso contrario, perdiera su empleo. Él se mantuvo firme, al lado de la FSM. Perdió su empleo pero al mismo tiempo ganó el respecto y la admiración en el sector de los constructores en Dinamarca que ya le reconocen como su verdadero líder.

Estos son nuestros cuadros. Esto es nuestro arca. Esta es la respuesta práctica de la FSM a todos aquellos que nos dan “amistosas” palmadas a la espalda, diciéndonos: “Mi corazón es suyo pero…” ¡Temerosos, estáis mintiendo! Tratáis de engañar incluso vosotros mismos.
No sólo vuestro corazón sino también vuestros bolsillos están con los liderazgos sindicales amarillos.

Por último, acabo rogándoles que todos ustedes difundan abiertamente, en masivo, el mensaje de nuestro Congreso: que luchemos todos unidos por la aplicación de las decisiones. Que resaltemos el valor y la necesidad de las luchas en el mundo contemporáneo.   Que defendamos de cada manera el derecho sagrado a la Huelga.

Para que nos convirtamos en dignos sucesores de la historia gloriosa de los 71 años de la FSM. Así pues, tenemos que decirles a los trabajadores cuando nos referimos a la Historia y la Luchas de la FSM que no es por nostalgia; por el contrario, lo hicimos porque así aprovechamos de las lecciones positivas o negativas para edificar el movimiento sindical de clase del futuro. Sin embargo, el presente y el futuro no se pueden edificar sin el pasado.
 Entonces conmemoramos nuestra Historia.
Conmemoramos a los mártires de las luchas.
Mantengamos los pies en la tierra y miremos hacia adelante.
Que comprometamos todos aquí juntos a que – a través de nuestra acción- vamos a poner nuestras firmas, añadir nuestros nombres a las nuevas y modernas páginas militantes de la Historia de la FSM.

¡Viva la clase obrera del continente africano!
¡Viva el Internacionalismo y la Solidaridad!
¡Viva la clase obrera mundial!  


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