De nuevo Honduras se prepara para los ambientes bulliciosos de las campañas políticas que aunque no están autorizadas ya se están dando en el país. Y los nervios están “a flor de piel” y está dando paso a las acusaciones y contra-acusaciones, a los ataques y hasta a la renuncia de algunos integrantes de su partido político. Nada nuevo para un proceso electoral que comienza a calentarse.
Es curioso que un país tan pequeño como Honduras tenga inscrito a 10 partidos políticos casi como para dar la impresión de que este país vive en democracia y es multipartidista. Aunque el problema no es tanto la existencia de 10 o más partidos políticos, el problema radica en que se incrustan en un sistema electoral bipartidista y se convierten en partidos “bisagra” al servicio de un sistema que garantiza la operación a sus anchas del bipartidismo. En la Honduras actual a más partidos más control de un minúsculo grupo que acapara el poder para sus propios intereses.
De los 10 partidos políticos que existen apenas cuatro tienen un arrastre electoral importante. El resto se beneficia y sobrevive gracias a una ley electoral que no quiere ser trastocada o desechada para darle paso a unas nuevas reglas del juego político. Es en esos partidos políticos que no tienen vida en el país donde se fragua “el fraude electoral” según la opinión de algunos analistas.
Esta realidad plantea reformas electorales como la ciudadanización de las mesas electorales. Es decir, que sean verdaderos ciudadanos los que las manejen sin la participación de activistas políticos con el fin de que se respete la voluntad y la decisión del pueblo. Además del voto electrónico es sumamente importante que se cumpla la ley que dice que el Tribunal Supremo Electoral debe ser un órgano autónomo e independiente por lo que allí no tienen cabida los partidos sin importar su ideología política.
Pero este panorama que hoy vivimos entre amenazas y contra-amenazas, entre dimes y diretes, marcan un escenario bastante precario e inclusive incierto de lo que podemos esperar de las elecciones primarias y generales del próximo año. Incluso algunos son tan escépticos que se atreven a pronosticar que no habrá elecciones generales y que el país va camino a una crisis política más aguda que la del golpe de Estado de 2009.
Las cosas no pintan nada bien en el escenario del proceso electoral que estamos comenzando. Los políticos discuten sus temas sin tomar en cuenta lo que el pueblo está pensando y demandando. La ciudadanía, que al final es lo más importante en un proceso electoral, debe activarse y exigir más respeto a los políticos y demandar de ellos más responsabilidad en un proceso que debe ser democrático y que busque el bien común de la población y del país.
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Radio Progreso Políticos y reformas - 24 Septiem
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