Tegucigalpa,31 agosto, 2016 / defensores Por Marvin Palacios
“COFADEH no quiere mucho, COFADEH solo quiere que el pueblo acuñe la verdad, acuñe la justicia y haga esfuerzos para no dejar olvidar la memoria histórica de este país”, expresó a los medios de comunicación la reconocida defensora de derechos humanos, Bertha Oliva en el marco de la conmemoración del Día Nacional e Internacional del Detenido Desaparecido, llevada a cabo el 30 de agosto.
Bertha Oliva fue consultada acerca de los intentos de sectores de extrema derecha interesados en borrar la historia y de cambiar la realidad sobre los desaparecidos en toda América Latina.
Al respecto Oliva expresó que desde este “Hogar contra el Olvido” (el lugar de memoria del comité ubicado en Santa Ana, Francisco Morazán) les enviamos nuestras voces para decirles que hemos declarado una ofensiva a favor de los derechos humanos y cuando se declara una ofensiva como ésta, no hay monstruo que nos pueda pisotear.
Además de eso le decimos a aquellos y aquellas que luchan por la justicia en todo el continente, en todo el mundo, (porque el mundo está lleno de injusticias), que no hay que rendirnos, al contrario, el que piensa que borrando y atropellando a los que hacemos patria y a las que queremos hacer matria van a lograr algo; perdieron su tiempo.
“Pobres de los que conspiran, pobres de ellos y ellas, porque son unos empobrecidos de mente y empobrecidos de alma, y por eso se convierten en tiranos”, apuntó la Coordinadora General del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), Bertha Oliva.
Ketil Karlsen, embajador de la Unión Europea (UE) en Honduras
Por su parte el embajador de la Unión Europea (UE) en Honduras, Ketil Karlsen expresó a www.defensoresenlinea.com que solamente a través del diálogo nacional con la creación de puentes y mayor colaboración entre el estado de Honduras por un lado y la sociedad civil por el otro, es que podemos hacer esta construcción de la institucionalidad y la justicia que todos queremos ver.
Ketil Karlsen: “Ha habido demasiada impunidad”
Ha habido demasiada impunidad en los últimos años, lo vemos en los 184 desaparecidos en la década de los años 80, pero evidentemente también en los defensores de derechos humanos que han perdido sus vidas recientemente, sostuvo el diplomático.
“Yo creo que la construcción de la democracia, la construcción de la paz de Honduras debe tomar hincapié en la justicia en estos procesos, porque si olvidamos la historia, nos convertimos en ignorantes a final de cuentas, la construcción de todas las políticas deben tomar un punto de partida en lo que ha ocurrido en la historia, porque si no, lo que ocurre es que vamos a crear círculos viciosos donde la historia se repite”, advirtió Karlsen.
El embajador de la Unión Europea en Honduras dijo que, de lo que se trata es aprender de la historia y de mejorar, para buscar formas de no repetir los errores del pasado; y por eso el día de hoy ha sido muy importante (Día Nacional e Internacional del Detenido Desaparecido) de escuchar los testimonios de los que estuvieron aquí en los ochenta, los que vivieron los problemas de aquel momento, debemos aprender de ellos, para mí me ha inspirado bastante y creo que algo que debería inspirar a todos los actores y todos los socios cooperantes, desde el Estado a la sociedad civil.
Entretanto el líder histórico de los derechos de los trabajadores y trabajadoras, presidente del Sindicato de la Industria de la Bebida y Similares (STIBYS), Carlos H. Reyes dijo que en la actualidad se está defendiendo un “statu quo” (conjunto de condiciones que prevalecen en un momento histórico determinado), que ya no tiene defensa por inhumano, por injusto, por atentador de los derechos humanos; un statu quo, que definitivamente lo único que le interesa es el capital, defender el capital y precarizar el trabajo.
Respecto a preservar la memoria histórica sobre las desapariciones forzadas de la década de los ochenta, durante la llamada época del terror, Reyes señaló que eso es algo clave en nuestra vida, porque si no hacemos eso, que es lo que está haciendo el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH) vamos a avanzar en este siglo XXI en peores condiciones que las que pasamos en el siglo XX.
“Felicito al COFADEH por el trabajo que está haciendo de armar cuadros, ese proyecto Defendiendo Derechos y Libertades para vos y para tu Voz, va a venir a llenar en el caso de los derechos humanos, un espacio en el cual necesitamos más cuadros”, apuntó el líder sindical.
Reyes subrayó que necesitamos más cuadros en el movimiento sindical, en el movimiento campesino, en el movimiento magisterial, todos los movimientos tenemos deficiencias de cuadros que sepan entender e interpretar el momento histórico que vivimos, recuperando la memoria histórica y armándonos con argumentos para saber defender lo que tenemos y lo que nos viene por delante que es nada más, que quitarnos derechos, fundamentalmente humanos.
Al citar el “manifiesto” que luchadores históricos como Oscar Aníbal Puerto, José Guadalupe Ruelas, Juan Almendáres Bonilla, Isidro España, Liduvina Hernández, Elvia Zelaya, Estela Zelaya, Austra Berta Flores, Mario Argueta, Miriam Mercado y Manuel Gamero, entre otros, dieron a conocer a las nuevas generaciones, el luchador histórico sindical finalmente dijo que lo importante del manifiesto es la relación histórica implacable que se hace de quiénes son las víctimas y quiénes son los victimarios.
Y el llamado lógicamente a seguir en esta lucha, que eso no acaba con el recuerdo ni acaba con rezar, ni hacer plegarias, hay que organizarnos y seguir adelante; entonces el mensaje es un sabor a que tenemos que seguir luchando.
El Día Nacional del Detenido Desaparecido (declarado oficialmente por el gobierno mediante decreto legislativo 284-2002), fue conmemorado en el “Hogar contra el Olvido”, un sitio de memoria del COFADEH localizado en la aldea la Joya, municipio de Santa Ana, Francisco Morazán.
Durante el evento, el COFADEH dio a conocer con el apoyo de la Unión Europea y Diakonia, el proyecto “Defendiendo Derechos y Libertades para Vos y para tu Voz”, que tiene como objetivo mejorar las condiciones de protección, garantías, reconocimiento y sostenibilidad de la labor de los defensores y las defensoras de los derechos humanos y sus organizaciones.
Serán beneficiadas con este proyecto organizaciones sindicales, magisteriales, campesinas y redes de defensores y defensoras de derechos humanos a nivel nacional.
http://defensoresenlinea.com/cofadeh-declara-una-ofensiva-a-favor-de-los-derechos-humanos/
“COFADEH no quiere mucho, COFADEH solo quiere que el pueblo acuñe la verdad, acuñe la justicia y haga esfuerzos para no dejar olvidar la memoria histórica de este país”, expresó a los medios de comunicación la reconocida defensora de derechos humanos, Bertha Oliva en el marco de la conmemoración del Día Nacional e Internacional del Detenido Desaparecido, llevada a cabo el 30 de agosto.
Bertha Oliva fue consultada acerca de los intentos de sectores de extrema derecha interesados en borrar la historia y de cambiar la realidad sobre los desaparecidos en toda América Latina.
Al respecto Oliva expresó que desde este “Hogar contra el Olvido” (el lugar de memoria del comité ubicado en Santa Ana, Francisco Morazán) les enviamos nuestras voces para decirles que hemos declarado una ofensiva a favor de los derechos humanos y cuando se declara una ofensiva como ésta, no hay monstruo que nos pueda pisotear.
Además de eso le decimos a aquellos y aquellas que luchan por la justicia en todo el continente, en todo el mundo, (porque el mundo está lleno de injusticias), que no hay que rendirnos, al contrario, el que piensa que borrando y atropellando a los que hacemos patria y a las que queremos hacer matria van a lograr algo; perdieron su tiempo.
“Pobres de los que conspiran, pobres de ellos y ellas, porque son unos empobrecidos de mente y empobrecidos de alma, y por eso se convierten en tiranos”, apuntó la Coordinadora General del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), Bertha Oliva.
Ketil Karlsen, embajador de la Unión Europea (UE) en Honduras
Por su parte el embajador de la Unión Europea (UE) en Honduras, Ketil Karlsen expresó a www.defensoresenlinea.com que solamente a través del diálogo nacional con la creación de puentes y mayor colaboración entre el estado de Honduras por un lado y la sociedad civil por el otro, es que podemos hacer esta construcción de la institucionalidad y la justicia que todos queremos ver.
Ketil Karlsen: “Ha habido demasiada impunidad”
Ha habido demasiada impunidad en los últimos años, lo vemos en los 184 desaparecidos en la década de los años 80, pero evidentemente también en los defensores de derechos humanos que han perdido sus vidas recientemente, sostuvo el diplomático.
“Yo creo que la construcción de la democracia, la construcción de la paz de Honduras debe tomar hincapié en la justicia en estos procesos, porque si olvidamos la historia, nos convertimos en ignorantes a final de cuentas, la construcción de todas las políticas deben tomar un punto de partida en lo que ha ocurrido en la historia, porque si no, lo que ocurre es que vamos a crear círculos viciosos donde la historia se repite”, advirtió Karlsen.
El embajador de la Unión Europea en Honduras dijo que, de lo que se trata es aprender de la historia y de mejorar, para buscar formas de no repetir los errores del pasado; y por eso el día de hoy ha sido muy importante (Día Nacional e Internacional del Detenido Desaparecido) de escuchar los testimonios de los que estuvieron aquí en los ochenta, los que vivieron los problemas de aquel momento, debemos aprender de ellos, para mí me ha inspirado bastante y creo que algo que debería inspirar a todos los actores y todos los socios cooperantes, desde el Estado a la sociedad civil.
Entretanto el líder histórico de los derechos de los trabajadores y trabajadoras, presidente del Sindicato de la Industria de la Bebida y Similares (STIBYS), Carlos H. Reyes dijo que en la actualidad se está defendiendo un “statu quo” (conjunto de condiciones que prevalecen en un momento histórico determinado), que ya no tiene defensa por inhumano, por injusto, por atentador de los derechos humanos; un statu quo, que definitivamente lo único que le interesa es el capital, defender el capital y precarizar el trabajo.
Respecto a preservar la memoria histórica sobre las desapariciones forzadas de la década de los ochenta, durante la llamada época del terror, Reyes señaló que eso es algo clave en nuestra vida, porque si no hacemos eso, que es lo que está haciendo el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH) vamos a avanzar en este siglo XXI en peores condiciones que las que pasamos en el siglo XX.
“Felicito al COFADEH por el trabajo que está haciendo de armar cuadros, ese proyecto Defendiendo Derechos y Libertades para vos y para tu Voz, va a venir a llenar en el caso de los derechos humanos, un espacio en el cual necesitamos más cuadros”, apuntó el líder sindical.
Reyes subrayó que necesitamos más cuadros en el movimiento sindical, en el movimiento campesino, en el movimiento magisterial, todos los movimientos tenemos deficiencias de cuadros que sepan entender e interpretar el momento histórico que vivimos, recuperando la memoria histórica y armándonos con argumentos para saber defender lo que tenemos y lo que nos viene por delante que es nada más, que quitarnos derechos, fundamentalmente humanos.
Al citar el “manifiesto” que luchadores históricos como Oscar Aníbal Puerto, José Guadalupe Ruelas, Juan Almendáres Bonilla, Isidro España, Liduvina Hernández, Elvia Zelaya, Estela Zelaya, Austra Berta Flores, Mario Argueta, Miriam Mercado y Manuel Gamero, entre otros, dieron a conocer a las nuevas generaciones, el luchador histórico sindical finalmente dijo que lo importante del manifiesto es la relación histórica implacable que se hace de quiénes son las víctimas y quiénes son los victimarios.
Y el llamado lógicamente a seguir en esta lucha, que eso no acaba con el recuerdo ni acaba con rezar, ni hacer plegarias, hay que organizarnos y seguir adelante; entonces el mensaje es un sabor a que tenemos que seguir luchando.
El Día Nacional del Detenido Desaparecido (declarado oficialmente por el gobierno mediante decreto legislativo 284-2002), fue conmemorado en el “Hogar contra el Olvido”, un sitio de memoria del COFADEH localizado en la aldea la Joya, municipio de Santa Ana, Francisco Morazán.
Durante el evento, el COFADEH dio a conocer con el apoyo de la Unión Europea y Diakonia, el proyecto “Defendiendo Derechos y Libertades para Vos y para tu Voz”, que tiene como objetivo mejorar las condiciones de protección, garantías, reconocimiento y sostenibilidad de la labor de los defensores y las defensoras de los derechos humanos y sus organizaciones.
Serán beneficiadas con este proyecto organizaciones sindicales, magisteriales, campesinas y redes de defensores y defensoras de derechos humanos a nivel nacional.
http://defensoresenlinea.com/cofadeh-declara-una-ofensiva-a-favor-de-los-derechos-humanos/
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Manifiesto
31 agosto, 2016 Por defensores -
En el día Nacional e Internacional del Detenido Desaparecido, a la
comunidad nacional e internacional, al Estado de Honduras y ante la
cooperación internacional nos pronunciamos de la siguiente manera:
En la década de los 80, lo que llegó a denominarse el terror institucionalizado y década perdida, paradójicamente, junto con el inicio de un periodo de democracia formal, se agudiza la antidemocrática represión y persecución de mujeres y hombres por su forma de pensar y de actuar, en la búsqueda de justicia, igualdad, equidad y el bienestar de las y los pobres.
El poder político, el poder económico y el poder militar, apoyados por la política intervencionista de Estados Unidos (EEUU), impusieron LA DOCTRINA DE SEGURIDAD NACIONAL, con lo cual de la manera más impune, cruel y selectiva se dieron la tarea de dar seguimiento, secuestrar, torturar, asesinar y desaparecer a cientos de hombres y mujeres valientes que luchaban por la paz, la justicia y la igualdad.
La afluencia internacional de protesta ante lo que Ernesto Sábato (“Nunca más”) llama “la figura fantasmagórica del desaparecido”, dio pié a consagrar un mes y un día del año para ofrendar nuestra gratitud y respeto al “detenido-desparecido”. Gratitud, en tanto que ofrendaron su vida en la lucha contra la creciente situación de miseria que asola los pueblos de la América Latina. Contra el hambre, la insalubridad, la falta de techo y el analfabetismo, que afrontan millones de seres; todos ellos, obviamente, ubicados en la franja de los sectores de menores ingresos: los explotados, los desposeídos, los desempleados, los oprimidos por el imperialismo norteamericano y las oligarquías locales.
Contabilizar el número de desaparecidos es una tarea fatigante y, en extremo, dolorosa. Argentina parece llevar el primer lugar en estas cifras macabras. A nivel centroamericano es Guatemala.
Honduras, a través de sus organismos de derechos humanos, reporta 184 desaparecidos, representan muchos y muchas cualitativamente hablando; los mejores hombres y mujeres de la patria. En los difíciles años 80, la guadaña, guiada por la mano del Imperio, segó la vida de los mejores hondureños y hondureñas.
A los que se suman, extranjeros: salvadoreños, costarricenses y hermanos latinoamericanos de varias nacionalidades.
¿Quiénes eran los desaparecidos? La fina flor de Honduras. Obreros, intelectuales, estudiantes, en fin; los motores del cambio y del desarrollo.
La FUSEP, los COBRAS, la DIN, G-2, el DIES, el 3-16, fueron despiadados instrumentos operativos para implantar una cultura de terror en la que, gracias a datos del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), sabemos que al menos 184 personas fueron detenidas y desaparecidas.
Después de tantos años, toda esta dinámica de sicariato gubernamental y de crímenes de lesa humanidad, continúa en la completa impunidad y desde el poder siguen actuando y reciclándose, los perpetradores de ayer y hoy, que siguen persiguiendo y asesinando a campesinas, a indígenas, estudiantes, a defensores y defensoras de derechos humanos, periodistas, comunicadores sociales, abogados, niños y jóvenes.
El COFADEH y sectores que le son políticamente afines, se unen a esta conmemoración, con lágrimas en los ojos; y a la vez con gratitud hacia ellos y ellas ya que, parafraseando al poeta, fueron: “capitanes de este sueño que hoy nos quema los puños”. Ese sueño no es otro que el de una Honduras socialmente justa. Con pan colectivo, techos dignos para el pueblo, educación de calidad y gratuita, arte, cultura, hospitales con médicos humanitarios y medicamentos también gratuitos. Una Honduras, en fin, digna y feliz. Al logro de ella murieron nuestros hijos, nuestros maridos y nuestros hermanos.
Hoy mantenemos viva la memoria de las y los vencidos, que desde la lógica del vencedor ha querido ser borrada, gracias a ello podemos decir que las y los desaparecidos han muerto muchas veces, pero siguen viviendo en el corazón de sus familiares, amigos y en las luchas de nuestros pueblos.
Por todo lo anterior, hacemos un alto como defensoras y defensores históricos de derechos humanos, para expresar nuestras demandas:
1. Exigimos justicia, porque se los llevaron de sus hogares, de sus centros de estudio, de sus trabajos y nunca más volvieron. En algunos casos, sus familiares presenciaron impotentes las capturas. Los facinerosos no llevaban nunca órdenes de allanamiento domiciliario ni tampoco de captura. Se les negó el derecho de defensa, la presunción de inocencia y todas las garantías contenidas en la Constitución de la República y en los convenios internacionales de derechos humanos.
Ningún desaparecido fue capturado con armas en sus manos. No hubo hecho probado que fueran subversivos. Los desapareció el Estado de Honduras. Que el Estado responda qué hicieron de ellos y de ellas. No respetaron edades, desaparecieron a quienes recién habían abandonado la infancia. Se llevaron a ancianos. No respetó sexo, hay mujeres, mejor dicho muchachas desaparecidas, violadas y torturadas. No respetaron creencias, desaparecieron por igual a marxistas como a cristianos; dentro de estos últimos, seleccionaron a los celebradores de la Palabra de Dios.
Fue en la espantosa década de los años ochenta. El cruel suceso se aproxima a las cuatro décadas… y, “noche y niebla”, como en la Alemania Nazi. Los secuestradores llenos de presunción caminan por calles, avenidas y centros comerciales. Conducen carros de alto cilindraje. Sus hijos –inocentes sí de llevar el apellido de sus padres- estudian en colegios bilingües. Nadie sabe de dónde salió tanta riqueza, y nadie lo investiga. Allí no funciona la Misión de Apoyo contra La Corrupción y la Impunidad (MACCIH) ni comisiones de depuración; a ninguno de estos organismos caros, se les ha dado el mandato de investigar el caso de los desaparecidos. Ahora hay otros problemas: corrupción (aunque ésta siempre ha existido); narcotráfico (de irrupción reciente); asesinatos y violación a todos los derechos constitucionales.
Todo esto ha contribuido a relegar el caso de los desaparecidos al olvido. Si no existiera el COFADEH, sus hijos e hijas hubieran muerto de inanición. COFADEH los ha alimentado y les ha dado educación. Muchos de ellos y ellas hoy son brillantes profesionales. Llevan muy hondo, el orgullo de ser hijos de héroes y heroínas nacionales… ¡Castigo para los verdugos!
2. Exigimos el fin de la impunidad. A pesar de los valientes esfuerzos en la búsqueda de verdad y justicia, el Estado hondureño mantiene una postura de protección de los perpetradores. Los victimarios y torturadores, lejos de ser enjuiciados, se han convertido en prósperos asesores de gobiernos, empresas y funcionarios. Exigimos el fin de la impunidad porque no renunciamos, porque no olvidamos a ninguna y a ninguno de los detenidos desaparecidos.
3. Exigimos reparación. No pueden avanzar los derechos humanos si no hay reparaciones. Es cuestión de conciencia colectiva. El Estado –aunque lo controlen pocos- somos todos. El grueso de la población desea una compensación a los familiares de los desaparecidos, asesinados políticos y torturados. Fue un hecho atroz en el que casi todos tienen algo de culpa. Los militares en primer orden, independientemente del grado que hayan tenido; porque vieron personas civiles detenidas en los cuarteles y batallones y callaron. La población civil, exceptuando a los activistas de los derechos humanos de entonces, no quiso problemas. Se encerró en sus casas. Sabía lo que estaba ocurriendo en Honduras y se llamó a silencio (hubo excepciones honrosas, desgraciadamente muy pocas). El país necesita la reparación del daño. Así lo exigen los principios de equidad que han inspirado a la humanidad desde las más remotas edades históricas. Y este asunto de elemental justicia no hay que someterlo a estúpidos plebiscitos. Es una exigencia histórica para conformar la Honduras que todos y todas necesitamos.
4. Exigimos espacios de memoria histórica. Hay que crear el museo de los desaparecidos. Todavía es fácil recuperar la senda de sus costumbres cotidianas. Los libros que leían (todos fueron lectores y lectoras apasionadas; por eso vislumbraban un mundo mejor). La música que escuchaban (generalmente contestataria). La ropa que usaban… en fin, lo que hace humano, al humano.
5. Exigimos una ley de víctimas. Que algo hagan los diputados. Que legislen en favor de las víctimas y sus descendientes. Que sea Honduras el primer país en América Latina en tener una ley de víctimas. Sin perjuicio de los tratados internacionales afines a la materia.
6. Exigimos que se incluya la figura de la Desaparición Forzada en las leyes y códigos nacionales conforme a estándares internacionales. Que se cree la cátedra de derechos humanos en todos los centros educativos. Se discuten códigos penales, en ellos se contemplan nuevas figuras delictivas: narcotráfico, extorsión, secuestro y crimen organizado, entre otras. A los que figuran en cursivas hay que ponerles mucha atención. El “secuestro” por ejemplo, hay que contemplarlo también como un acto político, porque los desaparecidos, sin excepción, fueron secuestrados.
Fueron secuestros flagrantes, las más de las veces perpetrados a la luz del día, a pleno fulgor del sol. Los escuadrones de la muerte actuaban de esa manera con el fin de exhibir su impunidad y aterrorizar a la sociedad. El nuevo Código Penal debe, además, definir con mucho cuidado el concepto de crimen organizado, incluyendo en esta categoría las acciones consumadas por el Estado o con la aquiescencia de éste: tal fue el caso de los desaparecidos. En todo este “frenesí” de reforma a la legislación penal, debe incluirse el delito de desaparición forzada, conforme a los estándares internacionales. Si no se actúa de esa manera, seguiremos teniendo desaparecidos y desaparecidas por razones políticas, y continuarán como hasta ahora las ejecuciones extrajudiciales.
7. Exigimos justicia para los casos de las desapariciones forzadas y para la dirigente indígena lenca Berta Cáceres Flores. Ella se jugó la vida en defensa de los indígenas y de los bienes comunes y fue asesinada el 2 de marzo de este año. La denuncia internacional causó insomnio al presidente Juan Orlando Hernández y a sus principales colaboradores. Por eso se capturó a los presuntos asesinos materiales. En una dimensión de impunidad permanecen los autores intelectuales. El cálculo de quienes hilvanaron la trama va dando resultados. El asesinato de Berta nos hace entender que el Estado, el represor, mantiene su voluntad de detener, de desaparecer, de asesinar impunemente toda manifestación de vida, toda exigencia de igualdad y de justicia.
Nosotras y nosotros, con valentía y con compromiso, hoy recordamos y honramos a nuestros hermanos y hermanas detenidas- desaparecidas, y tomamos su bandera de lucha para continuar, sin claudicar por una Honduras justa e igualitaria.
Finalizamos este emotivo MANIFIESTO esperando que llegue a la conciencia de todos y todas. También a la conciencia de los infames.
Hogar Contra el Olvido
Aldea La Joya, Santa Ana, Francisco Morazán
30 de agosto de 2016
http://defensoresenlinea.com/manifiesto/
En la década de los 80, lo que llegó a denominarse el terror institucionalizado y década perdida, paradójicamente, junto con el inicio de un periodo de democracia formal, se agudiza la antidemocrática represión y persecución de mujeres y hombres por su forma de pensar y de actuar, en la búsqueda de justicia, igualdad, equidad y el bienestar de las y los pobres.
El poder político, el poder económico y el poder militar, apoyados por la política intervencionista de Estados Unidos (EEUU), impusieron LA DOCTRINA DE SEGURIDAD NACIONAL, con lo cual de la manera más impune, cruel y selectiva se dieron la tarea de dar seguimiento, secuestrar, torturar, asesinar y desaparecer a cientos de hombres y mujeres valientes que luchaban por la paz, la justicia y la igualdad.
La afluencia internacional de protesta ante lo que Ernesto Sábato (“Nunca más”) llama “la figura fantasmagórica del desaparecido”, dio pié a consagrar un mes y un día del año para ofrendar nuestra gratitud y respeto al “detenido-desparecido”. Gratitud, en tanto que ofrendaron su vida en la lucha contra la creciente situación de miseria que asola los pueblos de la América Latina. Contra el hambre, la insalubridad, la falta de techo y el analfabetismo, que afrontan millones de seres; todos ellos, obviamente, ubicados en la franja de los sectores de menores ingresos: los explotados, los desposeídos, los desempleados, los oprimidos por el imperialismo norteamericano y las oligarquías locales.
Contabilizar el número de desaparecidos es una tarea fatigante y, en extremo, dolorosa. Argentina parece llevar el primer lugar en estas cifras macabras. A nivel centroamericano es Guatemala.
Honduras, a través de sus organismos de derechos humanos, reporta 184 desaparecidos, representan muchos y muchas cualitativamente hablando; los mejores hombres y mujeres de la patria. En los difíciles años 80, la guadaña, guiada por la mano del Imperio, segó la vida de los mejores hondureños y hondureñas.
A los que se suman, extranjeros: salvadoreños, costarricenses y hermanos latinoamericanos de varias nacionalidades.
¿Quiénes eran los desaparecidos? La fina flor de Honduras. Obreros, intelectuales, estudiantes, en fin; los motores del cambio y del desarrollo.
La FUSEP, los COBRAS, la DIN, G-2, el DIES, el 3-16, fueron despiadados instrumentos operativos para implantar una cultura de terror en la que, gracias a datos del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), sabemos que al menos 184 personas fueron detenidas y desaparecidas.
Después de tantos años, toda esta dinámica de sicariato gubernamental y de crímenes de lesa humanidad, continúa en la completa impunidad y desde el poder siguen actuando y reciclándose, los perpetradores de ayer y hoy, que siguen persiguiendo y asesinando a campesinas, a indígenas, estudiantes, a defensores y defensoras de derechos humanos, periodistas, comunicadores sociales, abogados, niños y jóvenes.
El COFADEH y sectores que le son políticamente afines, se unen a esta conmemoración, con lágrimas en los ojos; y a la vez con gratitud hacia ellos y ellas ya que, parafraseando al poeta, fueron: “capitanes de este sueño que hoy nos quema los puños”. Ese sueño no es otro que el de una Honduras socialmente justa. Con pan colectivo, techos dignos para el pueblo, educación de calidad y gratuita, arte, cultura, hospitales con médicos humanitarios y medicamentos también gratuitos. Una Honduras, en fin, digna y feliz. Al logro de ella murieron nuestros hijos, nuestros maridos y nuestros hermanos.
Hoy mantenemos viva la memoria de las y los vencidos, que desde la lógica del vencedor ha querido ser borrada, gracias a ello podemos decir que las y los desaparecidos han muerto muchas veces, pero siguen viviendo en el corazón de sus familiares, amigos y en las luchas de nuestros pueblos.
Por todo lo anterior, hacemos un alto como defensoras y defensores históricos de derechos humanos, para expresar nuestras demandas:
1. Exigimos justicia, porque se los llevaron de sus hogares, de sus centros de estudio, de sus trabajos y nunca más volvieron. En algunos casos, sus familiares presenciaron impotentes las capturas. Los facinerosos no llevaban nunca órdenes de allanamiento domiciliario ni tampoco de captura. Se les negó el derecho de defensa, la presunción de inocencia y todas las garantías contenidas en la Constitución de la República y en los convenios internacionales de derechos humanos.
Ningún desaparecido fue capturado con armas en sus manos. No hubo hecho probado que fueran subversivos. Los desapareció el Estado de Honduras. Que el Estado responda qué hicieron de ellos y de ellas. No respetaron edades, desaparecieron a quienes recién habían abandonado la infancia. Se llevaron a ancianos. No respetó sexo, hay mujeres, mejor dicho muchachas desaparecidas, violadas y torturadas. No respetaron creencias, desaparecieron por igual a marxistas como a cristianos; dentro de estos últimos, seleccionaron a los celebradores de la Palabra de Dios.
Fue en la espantosa década de los años ochenta. El cruel suceso se aproxima a las cuatro décadas… y, “noche y niebla”, como en la Alemania Nazi. Los secuestradores llenos de presunción caminan por calles, avenidas y centros comerciales. Conducen carros de alto cilindraje. Sus hijos –inocentes sí de llevar el apellido de sus padres- estudian en colegios bilingües. Nadie sabe de dónde salió tanta riqueza, y nadie lo investiga. Allí no funciona la Misión de Apoyo contra La Corrupción y la Impunidad (MACCIH) ni comisiones de depuración; a ninguno de estos organismos caros, se les ha dado el mandato de investigar el caso de los desaparecidos. Ahora hay otros problemas: corrupción (aunque ésta siempre ha existido); narcotráfico (de irrupción reciente); asesinatos y violación a todos los derechos constitucionales.
Todo esto ha contribuido a relegar el caso de los desaparecidos al olvido. Si no existiera el COFADEH, sus hijos e hijas hubieran muerto de inanición. COFADEH los ha alimentado y les ha dado educación. Muchos de ellos y ellas hoy son brillantes profesionales. Llevan muy hondo, el orgullo de ser hijos de héroes y heroínas nacionales… ¡Castigo para los verdugos!
2. Exigimos el fin de la impunidad. A pesar de los valientes esfuerzos en la búsqueda de verdad y justicia, el Estado hondureño mantiene una postura de protección de los perpetradores. Los victimarios y torturadores, lejos de ser enjuiciados, se han convertido en prósperos asesores de gobiernos, empresas y funcionarios. Exigimos el fin de la impunidad porque no renunciamos, porque no olvidamos a ninguna y a ninguno de los detenidos desaparecidos.
3. Exigimos reparación. No pueden avanzar los derechos humanos si no hay reparaciones. Es cuestión de conciencia colectiva. El Estado –aunque lo controlen pocos- somos todos. El grueso de la población desea una compensación a los familiares de los desaparecidos, asesinados políticos y torturados. Fue un hecho atroz en el que casi todos tienen algo de culpa. Los militares en primer orden, independientemente del grado que hayan tenido; porque vieron personas civiles detenidas en los cuarteles y batallones y callaron. La población civil, exceptuando a los activistas de los derechos humanos de entonces, no quiso problemas. Se encerró en sus casas. Sabía lo que estaba ocurriendo en Honduras y se llamó a silencio (hubo excepciones honrosas, desgraciadamente muy pocas). El país necesita la reparación del daño. Así lo exigen los principios de equidad que han inspirado a la humanidad desde las más remotas edades históricas. Y este asunto de elemental justicia no hay que someterlo a estúpidos plebiscitos. Es una exigencia histórica para conformar la Honduras que todos y todas necesitamos.
4. Exigimos espacios de memoria histórica. Hay que crear el museo de los desaparecidos. Todavía es fácil recuperar la senda de sus costumbres cotidianas. Los libros que leían (todos fueron lectores y lectoras apasionadas; por eso vislumbraban un mundo mejor). La música que escuchaban (generalmente contestataria). La ropa que usaban… en fin, lo que hace humano, al humano.
5. Exigimos una ley de víctimas. Que algo hagan los diputados. Que legislen en favor de las víctimas y sus descendientes. Que sea Honduras el primer país en América Latina en tener una ley de víctimas. Sin perjuicio de los tratados internacionales afines a la materia.
6. Exigimos que se incluya la figura de la Desaparición Forzada en las leyes y códigos nacionales conforme a estándares internacionales. Que se cree la cátedra de derechos humanos en todos los centros educativos. Se discuten códigos penales, en ellos se contemplan nuevas figuras delictivas: narcotráfico, extorsión, secuestro y crimen organizado, entre otras. A los que figuran en cursivas hay que ponerles mucha atención. El “secuestro” por ejemplo, hay que contemplarlo también como un acto político, porque los desaparecidos, sin excepción, fueron secuestrados.
Fueron secuestros flagrantes, las más de las veces perpetrados a la luz del día, a pleno fulgor del sol. Los escuadrones de la muerte actuaban de esa manera con el fin de exhibir su impunidad y aterrorizar a la sociedad. El nuevo Código Penal debe, además, definir con mucho cuidado el concepto de crimen organizado, incluyendo en esta categoría las acciones consumadas por el Estado o con la aquiescencia de éste: tal fue el caso de los desaparecidos. En todo este “frenesí” de reforma a la legislación penal, debe incluirse el delito de desaparición forzada, conforme a los estándares internacionales. Si no se actúa de esa manera, seguiremos teniendo desaparecidos y desaparecidas por razones políticas, y continuarán como hasta ahora las ejecuciones extrajudiciales.
7. Exigimos justicia para los casos de las desapariciones forzadas y para la dirigente indígena lenca Berta Cáceres Flores. Ella se jugó la vida en defensa de los indígenas y de los bienes comunes y fue asesinada el 2 de marzo de este año. La denuncia internacional causó insomnio al presidente Juan Orlando Hernández y a sus principales colaboradores. Por eso se capturó a los presuntos asesinos materiales. En una dimensión de impunidad permanecen los autores intelectuales. El cálculo de quienes hilvanaron la trama va dando resultados. El asesinato de Berta nos hace entender que el Estado, el represor, mantiene su voluntad de detener, de desaparecer, de asesinar impunemente toda manifestación de vida, toda exigencia de igualdad y de justicia.
Nosotras y nosotros, con valentía y con compromiso, hoy recordamos y honramos a nuestros hermanos y hermanas detenidas- desaparecidas, y tomamos su bandera de lucha para continuar, sin claudicar por una Honduras justa e igualitaria.
Finalizamos este emotivo MANIFIESTO esperando que llegue a la conciencia de todos y todas. También a la conciencia de los infames.
Hogar Contra el Olvido
Aldea La Joya, Santa Ana, Francisco Morazán
30 de agosto de 2016
http://defensoresenlinea.com/manifiesto/
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