Por: Redacción CRITERIO redaccion@criterio.hn 24 de Octubre 2015
De 2005 a 2013 los feminicidios aumentaron 263%. Cada 12 horas es asesinada una mujer. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Honduras ocupa el primer lugar en feminicidios a nivel mundial en países que no están en guerra.
De 2005 a 2013 los feminicidios aumentaron 263%. Cada 12 horas es asesinada una mujer. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Honduras ocupa el primer lugar en feminicidios a nivel mundial en países que no están en guerra.
Una
silenciosa y terrible realidad es la que viven desde hace años, las
mujeres y niñas hondureñas. Diversas organizaciones feministas y de
derechos humanos han denunciado que tras el golpe de Estado en 2009, la
situación es cada vez más crítica y persiste un ambiente de represión y
militarización. Las más golpeadas son siempre las mujeres, contra
quienes se descarga una brutal saña y crueldad que además, sirve como
mensaje de terror para el conjunto de la población.
Es
en este contexto que Honduras ha desplazado a México y Guatemala, como
el país más peligroso para las mujeres en Centroamérica y el mundo.
Según el Observatorio de Violencia de la Universidad Nacional Autónoma
de Honduras (UNAH), Honduras registró en 2014 la tasa de homicidios más
alta del mundo con 68 casos por cada 100 mil habitantes, es decir 15.9
asesinatos por día. También se registraron 14.6 mujeres asesinadas por
cada 100 mil habitantes, lo cual equivale a más de 4,600 feminicidios en
los últimos años y una mujer asesinada cada 12 horas.
En 2014 fueron asesinadas 636 mujeres y en lo que va de 2015 se tienen
registrados más de 150 casos de feminicidio. La gran mayoría de estos
casos permanecen impunes. Las autoridades argumentan que se trata de
“crímenes pasionales” o que las víctimas estaban relacionadas con el
crimen organizado, minimizando así el grave problema de violencia
feminicida que se vive en el país centroamericano.Golpe de Estado: la derecha al poder
En
2009 fue destituido mediante un golpe de Estado, Manuel Zelaya como
presidente de la república hondureña. Su lugar fue tomado por Porfirio
Lobo del conservador Partido Nacional de Honduras y que contó con el
respaldo del gobierno de Estados Unidos y sus aliados latinoamericanos.
La
disputa por la tierra y los recursos naturales ha desatado una ola de
represión contra las y los activistas y defensores de derechos humanos
hondureños, así como hacia los movimientos sociales y opositores al
gobierno. En ese marco es que bajo el pretexto de la “lucha contra el
narcotráfico”, el gobierno golpista ha implementado políticas de
militarización en todo el territorio hondureño.
Después
de golpe, el gobierno declaró ilegal la píldora anticonceptiva de
emergencia, argumentando que su uso equivalía a abortar –lo cual es un
delito grave en Honduras–. Además la tasa de homicidios y feminicidios
se ha disparado desde entonces, sin que esto sea una preocupación para
el Estado, que tolera la violencia feminicida y mantiene al 96% de los
casos en total impunidad. El 70% de las muertes de mujeres se debieron a
disparos por armas de fuego, lo cual habla de un país totalmente
armado.
Feminicidio, crimen de Estado
Por
desgracia, los asesinatos de mujeres han sido una constante en la
historia de la humanidad. Según las condiciones sociales e históricas,
la violencia contra las mujeres se recrudece en tiempos de crisis
económica, conflictos armados o guerras.
El feminicidio es un problema global, que no respeta razas ni
nacionalidades. Son muchas las explicaciones teóricas que giran en torno
al tema de la violencia contra las mujeres, así como muchas las salidas
políticas para su erradicación.Marcela Lagarde y de los Ríos –antropóloga y feminista mexicana– fue la que acuñó el término de “feminicidio”, para describir el asesinato violento de mujeres. Más allá de sus aportes teórico-filosóficos para entender la opresión femenina, es necesario entablar un debate político sobre la caracterización que hace del Estado y su relación con el feminicidio.
Lagarde afirma:
“El
feminicidio es el conjunto de delitos de lesa humanidad que contienen
los crímenes, secuestros y desapariciones de niñas y mujeres en un
cuadro de colapso institucional. Se trata de una fractura del Estado de
derecho que favorece la impunidad. Por eso el feminicidio es un crimen
de Estado”. (El subrayado es nuestro)
Como señala el artículo “Feminicidios: escritos con sangre”, el “Estado
de Derecho” del cual habla Lagarde, es un Estado sumamente reaccionario
que no falla, sino que tiene inscrita la misoginia y la opresión
patriarcal en su estructura institucional. El feminicidio es un crimen
de Estado, porque es el que sienta las bases objetivas y subjetivas para
la reproducción de la violencia y subordinación, entre los géneros como
entre las clases sociales.
Hoy,
lo “políticamente correcto” es hablar de los derechos de las mujeres y
la equidad de género. Tanto en Honduras, México y la gran mayoría de los
países latinoamericanos se cuenta con leyes que tipifican el
feminicidio y reconocen la perspectiva de género en sus leyes. Sin
embargo, el feminicidio y la violencia machista siguen siendo una
constante en las sociedades latinoamericanas que cada día nos arrebatan
la vida de decenas de nosotras.
Actualmente
a pesar de existir mujeres presidentas en Brasil o Argentina, las
condiciones de vida para la mayoría de las mujeres pobres y trabajadoras
en Latinoamérica no han mejorado mucho. Por el contrario, el fenómeno
del feminicidio se ha extendido territorialmente y le acompañan el
engrosamiento de las redes de trata y prostitución, entre múltiples
expresiones de violencia machista.
El pasado 3 de junio se realizó una movilización histórica de cientos
de miles de mujeres en Argentina, Chile y México. El reclamo de
#NiUnaMenos traspasó las fronteras nacionales y dejo de manifiesto el
hartazgo de las mujeres ante la violencia e indiferencia de los
gobiernos.
Desde
la agrupación internacional de mujeres Pan y Rosas, participamos de
dicha movilización y continuamos con el impulso del movimiento para que
no haya #NiUnaMenos. Hacemos un sororal llamado a nuestras hermanas de
clase en toda Latinoamérica, a impulsar un gran movimiento en las calles
y a discutir sobre una alternativa política independiente para las
mujeres y que represente nuestros intereses de clase.(tomado de
izquierdadiario)
http://criterio.hn/honduras-escalofriante-primer-lugar-en-feminicidios-a-nivel-mundial/
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