En
las últimas semanas hemos sido testigos del despertar ciudadano contra
el descalabro del Seguro Social. Ha ido creciendo la indignación de la
gente y hay razones de peso para ello. El robo descarado del seguro por
sí mismo es un acto espantoso y escandaloso. Pero no menos indignación
ha provocado el cinismo e hipocresía de los representantes de casa de
gobierno.
El
despertar lo ha alimentado el hartazgo ciudadano por el cinismo de la
clase política corrupta. Aun cuando las pruebas culpan directamente al
Partido Nacional y al gobierno, sus representantes han tenido el descaro
de negarlo, han buscado desviar la atención con otros temas, hasta han
inventado un golpe de estado.
Han tenido el descaro de manifestar que la
corrupción en Honduras la trajeron los conquistadores españoles, y que
Juan Orlando Hernández es el máximo luchador contra la corrupción en
Honduras.
Un
despertar y una indignación que se alimenta de la podredumbre de casi
toda la institucionalidad. Hay hartazgo en la ciudadanía de que los
políticos crean comisiones para tratar temas como la corrupción del
Seguro Social con el único propósito de proteger a las cúpulas de los
partidos políticos y la empresa privada. Hace año y medio se creó la
comisión de interventora de Seguro Social y nunca dio informe serio
sobre corruptos y corruptores. La institucionalidad hondureña es como
una enorme bolsa podrida, que por donde rasquen expulsa malos olores.
Los
hondureños y las hondureñas han logrado pasar de la indignación del
murmullo a la indignación creativa y movilizadora. Se han movilizado con
presencia masiva en la caminata de las antorchas en la capital, en San
Pedro Sula, en Comayagua, en Santa Rosa de Copán, en Choluteca, La
Ceiba, El Progreso. Hay caminatas de indignados e indignadas en La Paz,
en Danlí, en Tocoa, en Tela y siguen convocándose en las plazas y calles
en todo el país. Las marchas de los indignados han ido creciendo en
creatividad y cantidad a tal grado que ya es imposible ocultarla a los
medios corporativos, por más distracción que hagan, las antorchas siguen
sumando e iluminando.
Las
antorchas de la indignación son una iniciativa de la juventud
indignada. La iniciativa ha convocado a todos los profesionales,
filiaciones partidistas, colores y edades. Lo jóvenes han sido claros,
que no hay banderas de partidos políticos y que la demanda central es,
cárcel para los corruptos y corruptores del Seguro Social y justicia
para todos los muertos a causa de la falta de medicamentos y equipo en
el Seguro Social. Esta indignación expresada en la marcha de la
antorchas, es una esperanza, una luz en medio de medio de tanta
oscuridad.
Y
en este andar la única ruta, es la que nos canta el cantautor mexicano,
José de Molina “Obreros, campesinos y estudiantes, empleados y pueblo
en general, alcemos la frente y con los puños… hagamos un lenguaje
universal, rompamos el cerco y las cadenas, en pos de nuestra libertad." Escuchar y descargar Nuestra Palabra
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