martes, 18 de marzo de 2014

Migrantes hondureñas víctimas del terror sin límite


Tegucigalpa – Entre seis y ocho de cada diez mujeres centroamericanas son violadas en su paso por México y otras obligadas a brindar "favores" sexuales a cambio de protección o para conseguir atravesar fronteras y retenes.
Los expertos sugieren visibilizar el problema, romper el silencio y actuar contra la indiferencia que en la actualidad fortalece la impunidad.

En los últimos días los medios de comunicación publicaron el caso de un niño migrante hondureño que en una ciudad mejicana se dedica a la mendicidad, y que junto a otros, es obligado a pagar cantidades de dinero a bandas organizadas.


También trascendió el caso de la inmigrante hondureña Gladys Hernández, quien en Los Ángeles, Estados Unidos, perdió el empleo por exigir sus derechos.

En Piedra Negras, México, otra inmigrante hondureña con ocho meses de embarazo intentó cruzar a los Estados Unidos a fin de tener su hijo en aquella ciudad y en su intento fue arrastrada por la corriente del río Bravo, pero pobladores del sector la rescataron antes de morir ahogada.

Y el último caso visibilizado es el de tres migrantes hondureñas (incluidas dos niñas de 14 años de edad) violadas por un agente de la patrulla fronteriza de los Estados Unidos que al saberse descubierto por la autoridad policial, optó por el suicidio.

Departamento 19 informó recientemente sobre la presentación del infome "Atrapadas en el limbo. Mujeres, migraciones y violencia sexual", elaborado por la investigadora Sonia Herrera, del Centro de Estudios Cristianisme i Justicia.
La publicación visibiliza parte de la violencia que en su lucha de sobrevivencia enfrentan miles de mujeres migrantes que buscan el "sueño americano" que no ven en sus países natales. Leer nota completa

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