martes, 27 de agosto de 2013

Honduras: 26 de Agosto 2003...A 10 AÑOS DE LA COORDINADORA NACIONAL DE RESISTENCIA POPULAR -CNRP-

                                           
por Car­los Amaya, Social­ismo o Bar­barie, 26 de agosto del 2013
El 26 de agosto del 2003 surge una nueva orga­ni­zación pop­u­lar de carác­ter nacional en Hon­duras. Pero a difer­en­cia de ante­ri­ores expe­ri­en­cias uni­tarias, la Coor­di­nadora Nacional de Resisten­cia Pop­u­lar, CNRP, nace encabezando la mayor mov­i­lización de protesta pop­u­lar desde la histórica huelga obr­era de 1954. Miles de man­i­fes­tantes de todos los pun­tos car­di­nales blo­quean Tegu­ci­galpa durante más de 6 horas ais­lán­dola del resto del país y desen­mas­carando y ase­s­tando un duro golpe à la política de Diál­ogo Nacional que los gob­ier­nos bur­gue­ses venían imple­men­tando en el marco de la con­cil­iación de clases desde 1991. La consigna “¡Maduro, renun­ciá!” retumbó en la capital.
La lla­mada “Mar­cha de la Dig­nidad” acor­dada a prin­ci­p­ios del mismo mes lev­antaba las sigu­ientes exigencias:

1. La exi­gen­cia del veto pres­i­den­cial à la recien­te­mente aprobada Ley de Agua y Saneamiento, cuyo con­tenido cen­tral es la aper­tura à la pri­va­ti­zación medi­ante el con­ce­sion­amiento, reivin­di­cación sen­tida por las orga­ni­za­ciones regionales del norte y litoral atlántico;
2. Con­tra el intento de some­ter a dis­cusión en el Con­greso las refor­mas à la Ley de Ser­vi­cio Civil que dero­gan las cláusu­las salar­i­ales del sec­tor público ya sea que estén reg­u­ladas por Estatu­tos o por Con­tratos Colec­tivos, además de lim­i­tar el dere­cho de orga­ni­zación y huelga, reivin­di­cación lev­an­tada por el mag­is­te­rio y los emplea­dos públicos;
3. Con­tra la ley de Tit­u­lación de Pre­dios que con la cober­tura de entre­gar títu­los de propiedad para los pobladores urbanos legal­iza las grandes con­cen­tra­ciones de tier­ras rurales (a cien mil pobladores se les tit­ula el 5% del total de tier­ras a tit­u­lar quedando el resto en manos de los ter­rate­nientes), reivin­di­cación de algunos patronatos y gru­pos campesinos;
4. Con­tra la ley de “Creación de Empleo” que per­mite à la empresa pri­vada con­tratar per­sonal por 36 meses con­trario al Código de Tra­bajo que establece un techo máx­imo para la duración de los con­tratos de 2 meses con el obje­tivo de defender el empleo per­ma­nente, planteamiento defen­dido por los sindicatos.
La mov­i­lización en la que par­tic­i­paron miles de man­i­fes­tantes, fue acor­dada en una asam­blea rep­re­sen­ta­tiva nacional y preparada en las bases, mar­cando a fuego las prin­ci­pales car­ac­terís­ti­cas de la CNRP: la DEMOC­RA­CIA y la LUCHA. (Para más detalles sobre la jor­nada recomen­damos los artícu­los: El Pueblo cerca Tegu­ci­galpa: “¡El agua es nues­tra” y El Pueblo en las calles de Ismael Moreno del ERIC y Car­los Amaya del entonces Par­tido de los Tra­ba­jadores (hoy SoB) respectivamente).

El regreso al Camino de Mayo[1]

La CNRP no surgió de la noche à la mañana. Fue pro­ducto de un pro­ceso de expe­ri­en­cia de las orga­ni­za­ciones pop­u­lares (sindi­cales, mag­is­te­ri­ales, indí­ge­nas, comu­ni­tarias, sociales y políti­cas) sobre todo del inte­rior del país y desde las bases, tras casi una década de hero­ica pero ais­lada resisten­cia a los gob­ier­nos de turno que se sucedieron tras la caída del Muro de Berlín y la firma de los acuer­dos de paz de Esquipulas.
La der­rota del movimiento sindi­cal a ini­cios de los 90 del siglo XX (huel­gas del STE­NEE, SITRA­PACI, SITRATERCO) y la dis­olu­ción de los par­tidos de izquierda (Par­tido Comu­nista, Fuerzas Pop­u­lares de Lib­eración Lorenzo Zelaya entre otros) para con­ver­tirse en par­tido elec­toral (con­flu­en­cia en el Par­tido Unifi­cación Democrática), con­sol­i­daron la política de con­cil­iación de clases de las diri­gen­cias buro­cráti­cas del movimiento pop­u­lar que per­mi­tieron el avance del neolib­er­al­ismo en Hon­duras con su secuela de duras der­ro­tas y la adaptación à la democ­ra­cia bur­guesa como única alter­na­tiva de lucha política.
La Coor­di­nadora surge como respuesta uni­taria de resisten­cia desde las bases y del inte­rior del país a este pro­ceso. Entre sus antecedentes inmedi­atos están las luchas de Tacamiche (19941996) y el movimiento campesino del sec­tor de El Pro­greso; la mov­i­lización indí­gena (1994) en el Occi­dente; las luchas mag­is­te­ri­ales (2002) y en espe­cial el “ver­jazo”; las luchas de los patronatos de Santa Bár­bara (2002). Luchas en las cuales fueron surgiendo expre­siones uni­tarias con diver­sas tradi­ciones y políti­cas: COPINH, COPA, Coor­di­nadora de Acción Pop­u­lar de El Pro­greso (luego Asam­blea Pop­u­lar Per­ma­nente), Bloque Pop­u­lar (surgido desde la FUTH y la FECE­SITLIH), la Coor­di­nadora de Salud, etc.
Lo nove­doso de la CNRP, fue su pro­fundo carác­ter democrático medi­ante el cual eran las regiones quienes decidían libre y democráti­ca­mente en los Con­ver­sato­rios real­iza­dos per­iódica­mente en difer­entes ciu­dades, todos los asun­tos con­cernientes con las deman­das, las acciones y las rep­re­senta­ciones del movimiento. En los Con­ver­sato­rios valía igual la opinión y el voto del máx­imo diri­gente de una Fed­eración Obr­era que el de un campesino, una maes­tra o un tra­ba­jador. Así se acordó en Tegu­ci­galpa la “Mar­cha de la Dig­nidad” del 26 de agosto del 2003 y así se acordó en San Pedro Sula el Primer Paro Cívico del 2008.
El segundo aspecto fun­da­men­tal de la CNRP era su inde­pen­den­cia de clase. En sus filas, total­mente abier­tas à la par­tic­i­pación pop­u­lar, no cabían los bur­gue­ses ni sus rep­re­sen­tantes, tam­poco las ONG’s que medi­ante la “ayuda económica” ter­mi­nan imponiendo agen­das. Durante los 6 años que la CNRP fue la máx­ima instan­cia uni­taria del movimiento pop­u­lar hon­dureño, supo evi­tar caer bajo la con­duc­ción, manip­u­lación o condi­cionamien­tos de diver­sas fuerzas que sólo bus­can entor­pecer el desar­rollo de la con­cien­cia de clase de los explota­dos. (Ver Declaración Política de la CNRP)
Sobre la base de las dos car­ac­terís­ti­cas ante­ri­ores, la CNRP supo sumar y coor­di­nar esfuer­zos uni­tar­ios de los difer­entes sec­tores pop­u­lares cuya máx­ima expre­sión fueron el pliego de deman­das uni­tarias del Primer Encuen­tro Obrero Campesino Mag­is­te­r­ial Comu­ni­tario y Pop­u­lar del 2008 cono­cido como los “12 pun­tos” de la CNRP. (Demanda de 12 pun­tos de la CNRP al Gob­ierno)
De tal man­era que la CNRP basaba su estrate­gia fun­da­men­tal en la con­fi­anza en la capaci­dad de lucha y en las propias fuerzas de los explota­dos, oprim­i­dos, mar­gin­a­dos y exclu­i­dos sin des­per­tar ninguna ilusión ni con­fi­anza en las políti­cas de con­cil­iación de los explota­dores y sus rep­re­sen­tantes (abier­tos o encu­bier­tos); y avan­z­aba –a par­tir de la propia expe­ri­en­cia de lucha de las regiones involu­cradas– en pro­ce­sos de acu­mu­lación de fuerzas y con­cien­cia de clase.

Cuando de lo social se avanza a lo político

Los logros de la CNRP se dieron en el marco de con­sen­sos comunes; pero tam­bién como pro­ducto de duros debates lle­va­dos a cabo democráti­ca­mente en los Con­ver­sato­rios; de acier­tos y desacier­tos, de avances y retro­ce­sos, de con­tradic­ciones y diver­sos pun­tos de vista pro­pios de un organ­ismo vivo amplio e incluyente que nunca tuvo como premisa el pen­samiento único, la ver­dad abso­luta, la con­duc­ción insusti­tu­ible y la descal­i­fi­cación del adversario.
Un claro ejem­plo de lo dicho ante­ri­or­mente fueron los debates sobre la par­tic­i­pación elec­toral de cara a los pro­ce­sos del 2005 y del 2009. En el primer caso la CNRP se man­tuvo al mar­gen, sin tomar posi­ción sobre el mismo pese a planteamien­tos que en su momento hici­mos quienes inte­grábamos el Par­tido de los Tra­ba­jadores (antecedente del actual Social­ismo o Bar­barie), en el sen­tido de uti­lizar los espa­cios de UD para pre­sen­tar can­didatos de la CNRP.
Para las elec­ciones del 2009, la situación había cam­bi­ado. La expe­ri­en­cia de lucha de la CNRP con­tra los gob­ier­nos de Maduro y Zelaya, la exis­ten­cia de los “12 pun­tos”, la huelga de ham­bre de los fis­cales (2008), hicieron madu­rar la idea de la lucha política en el ter­reno electoral.
El debate ini­ció en el 2008 con cinco prop­ues­tas surgi­das al inte­rior de la CNRP y que final­mente –tras fuertes y acalo­rados debates y posi­cionamien­tos– se con­cretó en la Can­di­datura Inde­pen­di­ente Pop­u­lar de Car­los H. Reyes, Bertha Cáceres, Mari­bel Hernán­dez y Car­los Amaya, con los “12 pun­tos” como pro­grama unifi­cador de cara a las elec­ciones del 2009.
Se conc­retaba así, la segunda can­di­datura de clase en Hon­duras (la primera fue la Can­di­datura de Manuel Cálix Her­rera en las elec­ciones de 1932 impul­sada por el Bloque Obrero Campesino)
Esta can­di­datura marcó una ver­dadera difer­en­cia con la tradi­ción de las can­di­dat­uras elec­torales bur­gue­sas y los sec­tores de izquierda opor­tunistas y elec­toreros. En primer lugar se pro­puso un obje­tivo político de unificar al movimiento pop­u­lar en base a un pro­grama (el mismo que era impul­sado en las luchas cotid­i­anas) y no en un mezquino cál­culo de ganar curules con dis­cur­sos vacíos.
En segundo lugar su política –en plena cam­paña de recolec­ción de fir­mas y de lucha por su inscrip­ción– no fue de adaptación ni de bajar el per­fil y las ban­deras de lucha para lograr la inscrip­ción sino todo lo con­trario, fue la más dura denun­cia de lo anti­democrática ley elec­toral vigente y del bipar­tidismo burgués.
Y final­mente, tras el golpe de estado del 28 de junio, la can­di­datura puso en primer lugar la lucha con­tra el golpe y uti­lizó la tri­buna elec­toral para la denun­cia del mismo a nivel nacional e inter­na­cional y para impul­sar la lucha y boicotear el ilegí­timo y fraud­u­lento pro­ceso elec­toral que buscó blan­quear la dic­tadura. A difer­en­cia de la izquierda opor­tunista que no se retiró de las elec­ciones, la CIP hizo de su retiro una expre­sión más de lucha en el pro­pio ter­reno de la bur­guesía golpista.
En este sen­tido, la CIP tuvo la misma política que la CNRP, que desde el mismo día del golpe se puso al frente de la lucha en las calles en todas las regiones donde esta­ban sus orga­ni­za­ciones –sin ningún tipo de sec­tarismo– y con­tribuyó à la for­ma­ción del FNRP, orga­ni­zación indis­cu­tida en la lucha con­tra el golpe de estado.

Es tiempo de un balance

A más de cua­tro años de la absorción-​disolución de la CNRP en el FNRP-​LIBRE, es nece­sario hacer un bal­ance de los caminos recor­ri­dos, las políti­cas impul­sadas y la con­duc­ción de estos dos pro­ce­sos. A 10 años del surgimiento de la CNRP, sus 6 años de lucha, apare­cen sin man­cha alguna, apor­tando en el ter­reno de las luchas sol­i­darias, uni­tarias y nacionales, en la elab­o­ración de exi­gen­cias, prop­ues­tas y pro­gra­mas reivin­dica­tivos; en la artic­u­lación de planes de lucha locales, regionales y nacionales; en la unidad democrática y para la lucha de la diver­si­dad del movimiento pop­u­lar orga­ni­zado; en el ini­cio de la con­struc­ción de una prop­uesta político elec­toral anti­sis­tema y al ser­vi­cio de las luchas.
Si bien no logró der­ro­tar a los gob­ier­nos y sus políti­cas neolib­erales, logró cam­biar la relación de fuerza entre la bur­guesía y el pueblo pro­duc­tor a favor de este último, fre­nando, entor­peciendo y min­i­mizando las medi­das al mismo tiempo que con­tribuyó a abrir pro­fun­das gri­etas en la forma de dom­i­nación de la bur­guesía hondureña.
Lam­en­ta­ble­mente en estos últi­mos cua­tro años la situación ha cam­bi­ado en direc­ción opuesta. El rég­i­men surgido del golpe de estado ha con­sol­i­dado una nueva forma de gob­ernar basada en la mil­i­ta­rización de la sociedad, la crim­i­nal­ización de la protesta pop­u­lar, la repre­sión per­ma­nente, el fraude, la men­tira y el engaño como forma de hacer política; la entrega de la sober­anía, el ter­ri­to­rio y las riquezas pro­duci­das por el pueblo hon­dureño, en un pro­ceso acel­er­ado de pri­va­ti­za­ciones neolib­erales sin prece­dentes a nivel mundial.
Se ha desar­tic­u­lado y frag­men­tado la lucha uni­taria, se ha der­ro­tado al mag­is­te­rio hun­di­endo la edu­cación pública en su peor cri­sis como ante­sala a su destruc­ción en todos los nive­les. La explotación del tra­bajo asalari­ado ha dejado sin efecto con­quis­tas históri­cas de la clase obr­era. La desmor­al­ización y la descon­fi­anza prevale­cen en el pueblo. Y esta­mos a las puer­tas del ter­cer pro­ceso elec­toral fraud­u­lento del que sal­drá un nuevo gob­ierno condi­cionado a respetar y admin­is­trar el mod­elo dejado por el golpe de estado.
Por todo ello, este X Aniver­sario del 26 de agosto, bautismo de fuego de la CNRP, fecha mem­o­rable de lucha del movimiento pop­u­lar y el pueblo hon­dureño en gen­eral debe servir como reflex­ión para rec­ti­ficar el rumbo, las políti­cas y los méto­dos de lucha que nos per­mi­tan recu­perar las fuerzas per­di­das y poder enfrentar los peo­res ataques al pueblo hon­dureño en toda su his­to­ria, aban­do­nando la con­cil­iación de clase, la con­fi­anza en las insti­tu­ciones bur­gue­sas y enter­rando los méto­dos buro­cráti­cos que desde den­tro del movimiento pop­u­lar tanto daño le han hecho al pueblo hondureño.


[1] El Camino de Mayo es la Vic­to­ria, ensayo de Ramón Amaya Amador sobre las prin­ci­pales enseñan­zas de la huelga obr­era de 1954 en el que traza una estrate­gia de lucha obr­era y pop­u­lar de inde­pen­den­cia de clase y democ­ra­cia directa.
                                                                
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http://sobhonduras.org/index.php/historia-y-teoria/59-memoria-historica/325-x-aniversrio



Socialismo o Barbarie - Honduras
                 JS-SoB

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