miércoles, 22 de agosto de 2012

Entretelones del caso Assange por Sally Burch // EEUU y sus vasallos pretenden eliminar la soberanía de los estados

Foto de: http://freeassange.org/
ALAI AMLATINA, 21/ 08 / 2012.- Ecuador considera indispensable que la OEA, cuyos cancilleres se reunirán en Washington este viernes 24, "reivindique a un país que está siendo amenazado y que es miembro de su organización", según expresó este lunes el canciller RicardoPatiño. 

 Si bien el Foreign Office de Reino Unido ha dado ha a conocer que no es su intención entrar a la fuerza a la embajada ecuatoriana en Londres para detener a Julian Assange, hasta este lunes Ecuador no había recibido ninguna comunicación oficial que retire la amenaza de la semana anterior, lo cual considera necesario para poder reanudar el diálogo en búsqueda de una solución negociada al caso Assange, a quien otorgó asilo el pasado jueves 17.

El gobierno de EEUU, por su parte, ha reiterado que no está de acuerdo con el pedido ecuatoriana de reunir a los cancilleres de la OEA, por considerar que es un asunto bilateral que no concierne a este cuerpo diplomático.  Victoria Nuland, portavoz del Departamento de Estado, lamenta que Ecuador busque "generar problemas en la OEA", pues allítratamos asuntos muy importantes que tienen que ver con el fortalecimiento de la democracia en la región", afirmó.  Debemos entender que para EEUU, una amenaza directa a la soberanía de un país de la región no concierne la democracia.  Claramente no es el criterio de la mayoría de países de la región, como quedó expresado en las contundentes declaraciones de solidaridad que el ALBA y UNASUR emitieron en Guayaquil, el pasado fin de semana.

Nuland calificó, además, de “absurdas” las declaraciones de Assange(1) de que habría una “casa de brujas” de su país contra Wikileaks.  No obstante, se negó a aclarar si es cierto o no que su gobierno tiene la intención de solicitar la extradición de Assange para enjuiciarle por la publicación de documentos confidenciales.

Los temores del comunicador australiano no están sin fundamentos.  Su abogado defensor, Baltasar Garzón, informó en Quito recientemente que tienen conocimiento de que un gran jurado constituido en Alexandria, Estado de Virginia, estaría llevando una investigación en secreto sobre el fundador de Wikileaks.  Si bien no han recibido ninguna confirmación oficial al respecto, reportes de prensa han dado a conocer la existencia de esta investigación, (entre otros a base de documentos filtrados por el propio Wikileaks).  Se desconoce cuáles serían los eventuales cargos; además, las supuestas pruebas y testimonios están secretos, lo cual implica una situación de total indefensión, según el abogado.

“Parece ser que los cargos pueden ser los de espionaje, incluso de traición, colaboración con el enemigo, es decir acusaciones totalmente insostenibles en un Estado de derecho, y con el derecho a tener una defensa; máxime cuando se trata de cuestiones que afectan, desde nuestro punto de vista, a la primera enmienda de la Constitución: la libertad de expresión e información”, agregó Garzón.  “Hay afirmaciones de los propios fiscales y de personas que han tenido acceso a la información de EEUU de que ya hay una información sellada dispuesta para acusar al señor Assange en el momento que políticamente sea oportuno…. Significa que es una cuestión claramente determinada por intereses políticos”, añadió.

Garzón opina que uno de los factores que podría motivar la espera para que EEUU efectúe un pedido de extradición sería que resulta más difícil pedirla a Inglaterra que a Suecia.  “No creo que Gran Bretaña estaría en disposición de enfrentar directamente una extradición basada exclusivamente en lo que ha sido el fenómeno Wikileaks… Sería bastante costoso para Gran Bretaña afrontar, con Julian Assange en Londres, un proceso de esos”, afirmó.

EEUU y Suecia tienen un tratado bilateral de extradición que contiene una cláusula temporal y poco conocida de rendición, de vía rápida y sin salvaguardas.  Garzon reconoce que esta cláusula solo podría aplicarse en el caso eventual de una acusación de terrorismo o similar; pero en otros casos se podría acudir al tratado de extradición normal.

De hecho, Suecia -en contraste con su larga trayectoria en defensa de los derechos humanos- fue el primer país en acoger la política estadounidense de “rendición extraordinaria” bajo la guerra contra el terrorismo, cuando permitió a la CIA llevar a la fuerza a dos refugiados egipcios, quienes fueron transportados a Egipto y sometidos a torturas.

Entre las fuentes que corroboran la versión de que el gran jurado tendría lista una acusación, se incluyen los propios cables publicados por Wikileaks, en particular el nuevo lote de miles de correos electrónicos de la empresa de inteligencia Stratfor, que Wikileaks destapó a inicios de este año.  Tales informaciones fueron reveladas entre otros por el periódico español Público en un artículo (2) publicado a fines de febrero, donde el vicepresidente de Stratfor, Fred Burton –anterior responsable de la división de contraterrorismo del servicio de seguridad diplomática del Departamento de Estado-, reconoce que ya un año antes el gran jurado habría emitido una acusación sellada contra Assange.


- Sally Burch, periodista británica radicada en Ecuador, es corresponsal de ALAI.






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EEUU y sus vasallos pretenden eliminar la soberanía de los estados


Ecuador's London embassyJUANLU GONZÁLEZ / BITS ROJIVERDES / DIARIO OCTUBRE 
No es nada nuevo, sin embargo, las amenazas del Reino Unido a Ecuador por dar asilo a Julian Assange en su legación londinense suponen un paso adelante en la escalada del imperio y sus satélites contra de la soberanía de los estados y el principio de no injerencia, surgidos o aplicados básicamente tras el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Estas prácticas diplomáticas nunca han sido del agrado de las superpotencias, que siempre han tratado de idear la manera de doblegar a aquellos países que se resistían a someterse a sus dictados.
Desde bloqueos económicos, financiación de opositores políticos, sabotajes, actos de terrorismo de bandera falsa, hasta la organización de revoluciones internas o golpes de estado y, finalmente, la declaración de guerra o la invasión directa.
No obstante, dependiendo de la intensidad de la injerencia, se necesitaban determinado tipo de excusas con el que justificar el inmiscuirse en los asuntos de otro país soberano o la violación de la Carta de Naciones Unidas.
EEUU ha sido el indudable campeón de estas prácticas a lo largo de la historia reciente. La lista es interminable, sus escuadrones de la muerte o sus marines iban indefectiblemente seguidos de los hombres de negro del FMI y del Banco Mundial, sobre todo el Latinoamérica.
Pero no podemos olvidarnos de Yugoslavia, del cinturón de países que circundan a Rusia y, por supuesto, de Oriente Medio. Para conseguir sus objetivos de dominación inventaron el concepto de intervencionismo humanitario como nuevo paradigma con el que sobreponerse al derecho internacional consolidado.
Para ello necesitaban crear escenarios de deslegitimación de los gobiernos establecidos demonizando a sus líderes hasta presentarlos directamente como asesinos despiadados comeniños y, sin lugar a dudas, el concurso de los medios de comunicación ha sido y es imprescindible.
No es nada complicado, los media se han ido concentrando en los últimos años hasta formar parte de los grandes conglomerados multinacionales con ramificaciones en el poder político y empresarial. Ese es el juego en el que ahora estamos inmersos: manipulación, propaganda, montajes mediáticos como paso previo al envío de tropas regulares, ejércitos de mercenarios profesionales tipo Blackwater o mercenarios ideológicos como los de al Qaeda o yihadistas de todo tipo.
Todo sea por el control de los recursos de los países en cuestión o revertir alianzas geoestratégicas o geoeconómicas molestas.
Lógicamente se trata de un programa oculto, verificado por los hechos y nunca admitido como praxis diplomática habitual. Por eso ha resultado tan extraño el proceder del Reino Unido ante la concesión del asilo a Assange por parte de Ecuador.
La amenaza de ataque a la embajada del país latinoamericano o incluso el fallido intento de asalto atendiendo a las declaraciones del propio afectado, pone de manifiesto a las claras el desprecio total a la soberanía de los estados y a los principios que han regido el mundo durante los últimos años.
Si el objetivo fuera lograr sistemas más democráticos y garantistas, quizá no estaría mal, pero se trata de imponer la ley de la selva, la del más fuerte, la de las multinacionales frente a los pueblos, la de los intereses del imperio contra los de las personas.
Si el Reino Unido osara atravesar la puerta de la embajada ecuatoriana por la fuerza daría luz verde a gobiernos y personas a hacer lo mismo en multitud de capitales de todo el mundo y eso es algo que no pueden permitirse lejos de la influencia de sus militares y sus cuerpos de operaciones especiales.
Por eso es improbable que conviertan en realidad sus amenazas por mucho que a sus jefes norteamericanos les pueda estar incomodando la decisión soberana de Ecuador.


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