domingo, 24 de junio de 2012

PARAGUAY - VIDEO "Curuguaty la historia no oficial" : Elementos del origen de un golpe de estado "Técnico y Express;campesinos que reclaman tierra,un terrateniente politicamente poderoso,una policía que bajo ordenes decide desalojar reprimiendo,una supuesta respuesta de los campesinos agredidos y ya tienen la causa con todo planificado para destituir un presidente. // Paraguay: democracia quebrantada


Es meridianamente claro que el juicio político realizado ayer en contra el presidente de Paraguay, Fernando Lugo, y la posterior destitución de que fue objeto por parte del Senado de ese país, no estuvieron motivados por un presunto mal desempeño del mandatario en sus funciones, como alegaron los legisladores que avalaron la revocación del mandato presidencial.

 La improcedencia de las acusaciones en contra del gobernante –a quien se achaca la responsabilidad directa por la muerte de 17 personas en el desalojo de una finca del ex senador Blas Riquelme, el pasado 15 de junio–; la celeridad con que se resolvió el proceso –en tan sólo dos días y sin tiempo suficiente para elaborar una adecuada defensa del acusado– y la clara prevaricación en que incurrieron los integrantes del Senado paraguayo erigido en tribunal –cuya sentencia se conocía con antelación a la realización del propio juicio–, hacen inevitable concluir que lo que ocurrió ayer en el país sudamericano, por más que haya estado revestido de formalidad legal, fue un acto golpista de la derecha oligárquica contra un gobierno progresista, con sentido popular y democráticamente constituido.
La asonada padecida por el gobierno de Asunción ha confirmado el talante antidemocrático del Partido Colorado (derecha), que gobernó ese país entre 1947 y 2008, y cuyo desempeño como fuerza opositora durante el mandato de Lugo se caracterizó por bloqueos legislativos sistemáticos a las reformas propuestas por el presidente y amagos recurrentes de juicio político en su contra. Por su parte, el Partido Liberal Radical Auténtico, que formó parte de la alianza partidista que impulsó a Lugo a la presidencia de Paraguay en 2008, terminó por dar la espalda al mandatario, participó en la conjura con la formación política derechista y exhibió, así, su carácter oportunista, su vocación de traición a los electores y la miseria del conjunto de un grupo de políticos paraguayos que ha dado la espalda, desde hace mucho, a los ciudadanos.
En suma, como se señaló ayer en este mismo espacio, el episodio paraguayo es revelador de los escollos que enfrentan los gobiernos latinoamericanos cuando deciden alejarse, así sea un poco, de los postulados neoliberales y confrontar estamentos políticos y económicos privilegiados, enquistados en las instituciones públicas y renuentes a ceder un ápice en sus históricos privilegios, aunque ello implique la subversión de los principios democráticos y de la voluntad popular. Para efectos prácticos, la conjura oligárquica que se consumó ayer en el Senado paraguayo equivale a una restauración del régimen autoritario que prevaleció durante más de seis décadas hasta antes de la elección de Lugo en 2008, y cuyos primeros ribetes represivos tuvieron lugar ayer mismo, con las agresiones de elementos de la policía en contra de la resistencia popular que se congregó en la Plaza de las Armas de Asunción para respaldar al mandatario.
Por lo demás, el episodio da cuenta de una involución inadmisible y riesgosa de la institucionalidad democrática en la región, y confirma el patrón golpista que viene afectando a diversos gobiernos y países desde 2002, cuando el presidente venezolano Hugo Chávez fue temporalmente derrocado y secuestrado por militares desleales; se repitió en escala menor en Bolivia en 2008; logró, un año más tarde, subvertir el orden democrático en Honduras, y se reprodujo, sin éxito, en la sublevación policiaca contra Rafael Correa en Ecuador, en 2010. Hoy, a la conjura de las derechas paraguayas en contra de Lugo se suma un hecho adicional de preocupación: la revuelta policial que se extiende en territorio boliviano y que podría ser utilizada como un nuevo elemento de desestabilización por los potentados de ese país contra el gobierno de Evo Morales.
Semejante tendencia debería obligar a los gobiernos de la región, que ayer se pronunciaron en contra de la destitución de Fernando Lugo, a activar los mecanismos a su alcance para desconocer y ejercer presión sobre el nuevo régimen paraguayo, emanado de una acción de quebranto a los principios democráticos y carente, en consecuencia, de legitimidad alguna. Tal respuesta es por demás necesaria en el momento presente, no sólo por elemental compromiso democrático y por solidaridad con las expresiones de resistencia popular que se han iniciado en Paraguay, sino porque una concesión a los golpistas, como ocurrió en la propia Honduras, podría alentar a las oligarquías regionales a repetir esa experiencia en otras latitudes, generar graves desafíos a la legalidad y a la democracia en el subcontinente y causar una regresión histórica inadmisible.
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Alguna  similitud  con lo que  acontece  en el  Bajo Aguán  y  otras  zonas  donde  se reclama  con toda justicia tierra  para  la  supervivencia  de  nuestros hermanos y hermanas  del campo en Honduras? Juzgue usted y piense,si solamente  es  una  simple "coincidencia"  o un plan siniestro artículado  tomando como base  la  experiencia del golpe de  estado  ejecutado en nuestra Honduras y que  se repite  para perfeccionarlo más y continuar implementándolo  en otros países  hermanos.

Américo Roca Dalton

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Paraguay: “Fascistas y mafiosos” tienen la idea de “volver a gobernar el país”, denuncia leader campesino

 

 
Anunció que en caso de que con la destitución del presidente Fernando Lugo, su gremio decidió “forzar a los integrantes de ambas Cámaras y a la Corte Suprema de Justicia a renunciar y que se instale inmediatamente una constituyente para iniciar el reordenamiento jurídico, político, económico y militar”.
El dirigente campesino advirtió que “el pueblo paraguayo siempre mostró su valentía” e indicó que no tienen “miedo a la bala y a la muerte”.
La Asagrapa asumió una postura referente al juicio político al presidente Fernando Lugo, tras una reunión entre sus miembros, realizada en la ciudad de Hernandarias.
“Este es un golpe que está dando la derecha reaccionaria y los sectores capitalistas, burgueses y oligárquicos de nuestro país. En consecuencia, creemos que ambas cámaras no tienen la autoridad, ni moral, ni política, para enjuiciar a nadie”, indicó.

“Que se vayan todos”

Zayas dijo que la posición de su gremio es “que se vayan todos”. Indicó que decidieron forzar la renuncia de los parlamentarios y de los ministros de la Corte Suprema de Justicia y que “inmediatamente se instale una constituyente y se inicie un reordenamiento jurídico, político, económico y militar de la Nación”.
Zayas señaló que la constituyente debe resolver dos puntos, en primer lugar dar por válido el informe presentado por la Comisión Verdad y Justicia referente a las tierras malhabidas y anular los títulos de siete millones de tierras que están en poder de los responsables de esta crisis que se está viviendo en este país y entre ellos están algunos parlamentarios.
En segundo lugar, plantean que la constituyente convoque a una nueva elección general. Aseguró que esta misma postura fue asumida por los campesinos de San Pedro y Concepción.
“Nos iremos a Asunción para formar parte de una amplia dirección política y social, conformada por sectores sociales, campesinos y de izquierdas. Claramente decimos que el Congreso no tiene autoridad para enjuiciar a Fernando Lugo”, puntualizó.

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